No confíes en mí © (Terminada)

Capítulo 11

 Lunes otra vez. Estudie todo el fin de semana y Jessi estuvo de fiesta. Mi tía nos compro helado y vimos un par de películas riéndonos de los absurdos guiones que tienen las películas de terror de hoy en día. Pero luego, todo fue estudio, hojas, horarios, exámenes, etc.

Anoche averigüe por Internet como ir a mi instituto en autobús y encontré una parada a cuatro cuadras de la casa, así que a la mañana siguiente me bañe, me puse unos jeans y una remera negra con el logo de RHCP, una chaqueta y mi bolso, para todo esto eran las cuatro y media.

Salí de mi habitación despacio tratando de no despertar a nadie. No quería que mi tía regañara a Jessi por no llevarme y me odie aún más provocando que en cualquier momento me mate.

Salí de la casa robando unas galletas de la cocina y camine hasta la parada. Para mi suerte el autobús llego casi en el mismo instante que yo.

Tengo demasiado sueño y esto va a matarme todos los días si tengo que ir siempre en autobús a un lugar que queda al menos a 35 kilómetros de donde duermo. Tengo que conseguir un trabajo y rápido, necesitó pagar un taxi porque todos los días cuando aún está oscuro afuera, salir sola para ir al instituto no es muy seguro.

El autobús me dejó a unos metros de la entrada del instituto. Son las 6 de la mañana y aún está oscuro, los demás alumnos probablemente vendrán a las 7 y tengo una hora para leer. Me senté en un banco cerca de la luz de la entrada y abrí una novela qué hace alrededor de un mes quiero terminar pero no puedo, siempre estoy ocupada haciendo algo más... Antes era mi madre ahora es la escuela, no tengo tiempo para mí misma y si lo tuviera no lo gastaría en nada más que leer o escribir, nada más me interesa

Vale, sí, me interesa aprender varias cosas, pero sé qué aún no es el momento. Cuando esté en la universidad y tengo un trabajo fijo, quisiera aprender a tocar guitarra... Me gustaría ir a clases de canto, también a un curso de fotografía, escribir libros. Tengo tantas malditas cosas que deseo hacer y espero algún día si tengo algo de tiempo hacerlas.

Me faltaban solo 20 hojas para terminar, ya estaba amaneciendo. Comencé escuchar risas provenientes de la calle de enfrente, miró de reojo y un par de chicos tambaleantes estaban caminando hacia mí y era obvio que estaban borrachos. Mi corazón latía a mil, no voy a mentir, tengo miedo.

Los veo y percibo qué intenciones tienen al acercarse a mí. No podía correr, como esa noche, estaba indefensa y aunque estos no tengan armas, son cinco contra una. No creo tener muchas chances. Será que me buscó a los problemas, será que esto es lo que yo me merezco... Puta mierda de vida.

—Hola nena —dice uno de los cabrones que en este momento está a solo un paso de mí. Estoy rogando que aparezca al menos un estudiante y estos idiotas se vayan corriendo.

— ¿Que estás leyendo? —Se sienta a mi lado y me roba el libro

—Wow, que inteligente eres —Digo antes de pensar. Yo tengo una gran bocaza.

—Me gustan las contestonas. ¿A ti no Luis? —Dijo riéndose y mirando a su amigo.

—Soy más de las calladas pero no es nada que una mano sobre su boca no pueda hacer —Responde el tal Luis mirándome de arriba a abajo y mordiendo su labio.

Con ese comentario reaccione y golpeé a Luis en su entrepierna con el pie y le di un codazo en el estomago al chico a mi lado.

Cuando me incorporé para correr, otro de los hombres me tomo del brazo y me impidió seguir. El maldito aguantaba bien mis golpes.

—Pequeña perra —Dice Luis enderezándose y acercándose a mí. Va a ver un golpe, lo sé.

—Suéltenla y súbanse las braguetas chicos. Hoy no va a ser su noche —Una voz profunda irrumpe detrás de nosotros. Todos nos damos vuelta para ver de quien se trata aunque ya el sonido de su voz me sonaba familiar.

—Den, vamos amigo. Un poco de diversión —El chico al cual le di el codazo se acercó a Donovan y me señalo como su objeto de diversión.

—Yo no soy tu amigo. Vayan a buscar una prostituta y punto. No jodan a nadie que no quiere estar en su jueguito —Donovan miraba entre el chico y yo.

—Ella me golpeó, tiene que pagar —respondió el cabrón de Luis.

— ¿Te vuelvo a repetir? ¿O prefieres mi pie en tu feo trasero y un brazo sano menos? Aparte del combo de un ojo negro a cada uno de tus amiguitos. Sabes quién soy y con quienes estoy. No me busques las cosquillas y suéltala —Todos se miraron entre si y me soltaron. Apenas lo hicieron corrí al lado de Donovan por miedo a que cambiarán de opinión.

—Está bien, tío. Tranquilo.

—Me tengo que ir y también ustedes. Lárguense

—Hoy esta de mal humor —Murmura uno de los chicos del grupo y después se largan riéndose y tambaleándose. Tal y como llegaron hacia mí.

—Gracias por eso —me limitó a decirle a Donovan. Realmente si él no hubiera llegado no sé que hubiera hecho

— ¡Tu eres idiota! Debería haber seguido de largo por tu estupidez, ¿qué mierda haces sola a las seis de la mañana aquí en la escuela? ¡Serás gilipollas! ¿No te enseñaron nada tus padres? ¿O solo servían para mimarte cuando hacías berrinche? —Empezó a bramar ni bien le agradecí.

—Eres un capullo. No me hubieras ayudado sino querías. Nadie te obligo, entérate.

—Créeme que si pasa de nuevo, no te salvaré.

Donovan, se da la vuelta y camina rápido hacia la dirección por la cual vino. Es tan gruñón y malhumorado. Una versión mía pero hombre y cien veces peor

A pesar de sus palabras un pensamiento no deja mi cabeza ¿Por qué me ayudo en primer lugar?

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