Capítulo 23

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El día de ayer, me la pase vomitando media hora fácilmente, hasta que ya no había más que desechar. Donovan fue bastante compresivo conmigo, me ayudo a recomponerme y estuvo a mi lado hasta que llegamos al auto por precaución de que pudiera recaer. Su atención fue algo que me gusto. No sé si él llego a sentir preocupación por mí, pero al menos no le era indiferente.

No dijimos palabra en todo el viaje y apenas susurre una exigua despedida cuando baje del auto, no por estar enojada, ni por asomo lo estaba, sino que estaba avergonzada. Donovan seguro que en algún momento me recordara lo del vomito y lo estúpida que fui por aceptar el trago. Maldita chica la de anoche, no recuerdo su nombre, pero sé que me miraba como si quisiera golpearme.

Cuando entré en la casa no había nadie, así que no sufrí ningún tipo de regaño por parte de mi tía, pero al entrar a mi habitación y acostarme, me di cuenta que me faltaba algo

Mi celular.

Donovan nunca me lo devolvió

Empecé a desesperarme. El número de mi abogado, capturas de mensajes amenazantes de Shawn de mi antiguo teléfono, el número para dar con mi madre, tenía todo. Rogaba porque ese celular no volviera a encenderse, podría conseguir todos esos números después, solo que tendría que viajar hasta mi ciudad natal o buscar en internet

Con un poco de suerte, Donovan ni siquiera encendería el celular. Ya le he contado sobre mis padres, pero no puede saber lo de Shawn, sería la gota que me hundiría en la depresión otra vez.

Me desperté un poco antes de las cinco para tomar el autobús y con los nervios a flor de piel, me bañé, me vestí y fui a la cocina a tomar una galleta. Salí prácticamente corriendo de la casa por miedo a encontrarme a alguien despierto, además para encontrar cuanto antes a Donovan. Quiero ese móvil devuelta.

Con la boca llena, cruce la calle y mientras tanto acomodaba mi suéter negro. Sabía que estaba hecha un completo desastre, ni siquiera había cepillado mi cabello.

Concentrada en tratar de arreglarme, un bocinazo me sobresalto. Me di la vuelta y me encontré con el chico en el cual pensé toda la noche.

— ¿No me has visto o qué? —Pregunta irritado saliendo del auto. ¿Ahora por qué está enojado?

—Lo lamento, no te vi, estoy con prisa Donovan —Le dije suavemente.

Ya no tenía la necesidad de actuar a la defensiva con él, no después de ayer, podía atreverme a confesar que me gusta su compañía.

—Vale, no importa, toma —dice tendiéndome el celular. Lo tomo y él se da la vuelta para irse nuevo a su auto.

— ¡Donovan! ¡Espera! —Él no se detuvo— ¿Qué ocurre? Creí que ya estaba todo bien... Si es por lo de anoche, lo siento

Fue lo único que se me ocurrió para que se detuviera. No encontraba motivo por el cual Donovan se haya enojado conmigo si no era por lo de anoche.

—Me engañaste bien Alicia, eres igual a todos —declara sin voltearse.

Cuando grite pidiendo una explicación por aquello, solo siguió ignorándome hasta que llego a su auto. No lo perseguí, no lo valía.

¿Leyó algo?

Lo creo capaz.

Salió como fiera de mi acera y se fue sin mirar atrás. Solo me negué a pensar que pasaría cuando lo viera en la escuela.

Esto es lo mejor, de todos modos, esta era mi idea desde el principio. No me haría bien entablar ningún tipo de relación con él. Lo sabía. Y mientras más tiempo paso con Donovan, mis deseos de verlo se multiplican.

No confíes en mí © (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora