Capítulo 69

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—¿Qué haremos ahora? —pregunta Donovan inestabilizando toda la paz procedente de mi cabeza en su pecho, mi mano en su abdomen y su brazo rodeando mi cintura apretándome más a sí.

Tuvimos sexo cinco veces y aunque mi entrepierna estaba dolorida, no me molestaría una sexta. Una vocecita en mi cabeza estaba regañándome, a sabiendas de que esto nunca debería haber pasado, que solo me hace recular una y otra vez, Donovan es tóxico y yo también, ¿Cómo podríamos empezar una historia de amor normal después de todo lo que hemos pasado? Él es un vendedor de drogas, o lo era. Ya no sé quién es y creo que nunca lo supe. Yo soy una chica que básicamente perdió a su madre de pequeña, sufrió abusos por parte de su padre y a la cual Shawn termino de quebrar.

¿Qué puede construirse en un lugar donde hasta los cimientos son inestables?

—No somos buenos uno para el otro —susurre sobre su piel para después plantar un delicado beso sobre el dolor de mis palabras—. En este punto, considero que no somos buenos para nadie.

En un abrir y cerrar de ojos, me inmovilizo, quedando él arriba de mí, con sus manos aprisionando mis muñecas arriba de mi cabeza. —No estoy roto Celina, yo en realidad no...

No iba a dejarlo terminar de hablar, era inútil. —Pues, yo sí.

—Podemos arreglarlo, si nos vamos de aquí podemos buscar ayuda, terapeutas, lo que necesitemos.

—No necesito terapia Donovan, necesito paz y enfocarme en mis prioridades, ya estamos por terminar la secundaria y sé muy bien que haré después de eso.

—Quieres irte y puedes hacerlo conmigo —Su mano apretó la mía con fuerza, con nervios también, teniendo miedo de que mi respuesta no sea la que espera escuchar.

Por más que quisiera gritar a los cuatro vientos que sí, que me iría a cualquier lugar con él, no me parece lo más sensato teniendo en cuenta mi estado pos-orgasmo. Mi corazón no para de dar brincos cada vez que observo su hermoso rostro y cuando cada tanto su mano se amolda en mi cadera o cintura en señal de caricia.

—¿Contigo? ¿Hay algo seguro contigo? La relación está rota Donovan, nos hicimos mucho daño.

—Nos amamos y de algo eso tiene que servir, una vez que nos vayamos de aquí, te diré todo lo que no pude y jamás volveré a lastimarte, lo prometo —Su cara se acerca a la mía y besa la punta de mi nariz, para después murmurar sobre mis labios: —. Tengo un trabajo asegurado en la ciudad, y podemos llevar a tu madre. Podrás estudiar y seremos una pareja como cualquier otra.

Me encantan las palabras que brotan de su boca, ¿Cómo no iban a encantarme? Si las mentiras endulzan cualquier oído y construyen sueños de fantasía en cualquier mente desbordada por la realidad. —Creo que necesitas irte.

Él con los ojos cerrados y sin chistar se levantó de la cama, se vistió y sin mirar atrás, se acercó a mi ventana de Rapunzel. —¿Lo pensarás? Me voy en dos días. Prométeme que lo pensarás

—¿Dos días? Tengo que terminar la escuela.

—Dame el sí y lo retrasaré hasta tu graduación.

—¿Tú no te graduarás?

—No fui jamás a la escuela, claro que no

Y se fue en un santiamén, perdiéndose en la oscuridad de la noche.

***

—¿Estás bien? —pregunto Jessi antes de que entrara al coche. Solo me confiné a asentir.

Ahora nos llevamos bien, no somos las mejores amigas ni nada, pero nos toleramos y respetamos un poco más. Yo la ayudo con la tarea y ella me llevaba a la escuela, ese era el trato.

No confíes en mí © (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora