Capítulo 16

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Cuando llegué a casa, mi tía estaba viendo televisión y comiendo palomitas. Me preguntó cómo fue la velada y le comenté todas las cosas que hicimos con April, exceptuando el momento en el que me encontré con Donovan y me trajo a casa.

Subí las escaleras y entré en mi habitación. Me acosté en mi cama repasando cada detalle de lo que paso esta noche con Donovan y su madre. Cada cosa que me conto esa mujer me da razones para desconfiar de su validez, ya que, el causante de toda su estabilidad y alegría es Donovan. No me lo imaginó al sujeto en un parque de
diversiones con otro ser humano ni loca.

Y su madre tiene algo, eso es más que obvio. A veces actúa como una niña, pero otras parece actuar como adulta, no tiene esquizofrenia, la reconocería al instante, tiene otra cosa.

Donovan la cuida, le provee su alimento, ropa, techo, todo lo que necesita y me atrevería a decir que también debe proveerle medicamentos para su condición o tal vez lo hace su padre.

Ya no sé qué creer de todo esto, ¿Que partes de Donovan son verdad o mentira?

Él mismo dice que es malo, que debo temerle, pero ¿cómo temer a alguien que hace estas acciones por su madre? No me entra en la cabeza que sea malo si es capaz de cuidar a su madre con su edad... Dios, yo lo hacía y estoy muy segura de que soy una buena persona.

Trate de olvidar a Donovan y ponerme a leer, pero estaba muy cansada, por lo que ya estaba muy lejos de que
ocurriera, sin que babeara todo el libro. Me lave la cara, cepille mis dientes, me puse mi ropa de dormir y puse el despertador a las seis, iba a llegar 7:30 a la escuela, justo a tiempo para la primera clase.

Cerré mis ojos y traté de dormir...

No puedo. Han pasado dos horas, son casi las tres de la mañana y aun
sigo despierta. Tengo una sensación de ansiedad en mi pecho que no me permite relajarme.

¿Mañana me llamara en serio? ¿Está loco? No creo que lo haga, tendrá que pasar tiempo conmigo y eso en mi vida es malo, muy malo. Apenas lo tolero y voy a estar con él por decisión propia, en realidad, por su madre.

Me habría gustado mandarlo a la mierda apenas sugirió que al día siguiente iría a su casa, pero la persona a su lado no lo merecía, es buena chica, me cayó bien y yo a ella igual, no quería ser causante de sus lágrimas o tristeza. Tan sólo su sonrisa me alegra y cuando me abrazo, me enterneció
completamente... Pero eso no quita que Donovan sea un gilipollas insoportable.

Cuando sonó el despertador lo supe. No dormí en toda la maldita noche. Genial.

Me levanté con el mal humor chispeante a plena vista, fui al baño, me di un baño rápido y ni en ese momento me relajé. No entiendo la razón se porque estoy tan confundida y derrotada, desde anoche siento una horrible opresión en el pecho de la cual, no encuentro sentido.

En diez minutos, ya estaba lista. Tome el autobús y llegue a tiempo al Instituto. La primera persona que vi, como siempre, es April y extrañamente se hizo presente Donovan más temprano. Él me miro de reojo varias veces en los pasillos, pero no se me acerco, aunque sentía que quería hacerlo.

En la clase, lo notaba inquietó sin siquiera mirarlo, notaba que se movía más de lo usual, considerando que era una estatua bastante intimidante la mayor parte del tiempo.

A la mitad de la clase, lo supe. Su problema era inimaginable para mí. Nunca lo hubiera supuesto hasta que vi un pequeño trozo de papel aterrizar en mi mesa.

Dejando de prestar atención a lo que el profesor explicaba, mire a Donovan confundida. Él sólo se limitó a señalar con expresión sombría el papel para que lo abriera.

Lo hice.

—No se lo dirás a nadie, ¿verdad?

La pregunta me tomo por sorpresa. En el momento, mis ganas de dejarlo tranquilo me carcomieron, jamás diría lo de su madre sabiendo lo delicado que puede ser. En mi anterior instituto siempre se empeñaron en hacerme sentir diferente por el simple hecho de que mi madre tenía esquizofrenia, jamás haría eso con otra persona, ni con Donovan.

Agarré un trozo de papel y escribí en el. No sabía exactamente que decirle, aunque sentía una gran necesidad de hacerle ver que lo entendía, que pase lo mismo que él, pero no podía. Sabía que yo no lo traicionaría, pero ¿Como sé que él no hará lo mismo? No pondría las manos en el fuego por Donovan nunca.

—Jamás.

Pude ver una breve sonrisa asomarse en sus labios y volvió a escribir detrás de mi papel. Tardó mucho en volver a dármelo, así que esperaba una amenaza bastante extensa en respuesta, pero me sorprendí al ver que eran tan sólo cinco palabras

—¿Tu escondite después de clases?

¿Leí bien? ¿Por qué siento mis mejillas arder y un calor abrumador subir por mi pecho?

Ignorando el sentimiento volví a darle el papel.

Con un simple "Si" debajo de su pregunta.      

No confíes en mí © (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora