56.

136 30 1
                                    

El atardecer se veía precioso, la luz naranja del sol hacía una perfecta combinación con las nuves y el azul natural del cielo.

Ciertamente era una lástima, era una lástima que todos aquellos adolescentes estuvieran en un lugar tan triste y lúgubre en vez de disfrutar de aquel paisaje en la playa. Pero bueno, el fin de semana había llegado, y con él, el funeral de Susan Soonkyu Lee.

Hoseok cargaba con él un enorme ramo de lirios amarillos, si el funeral era simbólico, lo que él llevaría también lo sería.

A lo lejos observó a Taehyung, viéndose tan precioso como siempre, con ese porte elegante que lo había hecho babear desde que se presentó como beta.
Tragó pesado cuando el rubio se giró y conectaron sus miradas.
Taehyung le encantaba, pero se había prometido dejar de verlo con ojos de amor. No podía seguir amando a alguien que había dañado tanto a su Jungkookie.

Y por eso mismo cada que recordaba todo lo que él mismo le había hecho antes, se sentía la peor escoria.

-Hola, Hobi hyung- dijo una voz detrás suyo.

Era el castaño, quien con él cargaba un ramo de claveles amarillos, y un traje elegante.

Cabe aclarar que todos en aquel cementerio iban elegantes.

-Jungkook- sonrió levemente- ¿Cómo estas?

El castaño nisiquiera fue capaz de responder esa pregunta, suspiró y desvió la mirada hacia el ataúd que encima tenía una foto enmarcada de aquella sonriente chica.
Esa misma sonrisa que a Jungkook lo llenaba de pánico.

-E-el ataúd es lindo...

Hoseok asintió, mientras de reojo, observaba a los oficiales a cargo del caso.

-Lo es- murmuró.

-¿Y tú como es-- el menor fue interrumpido.

-Jungkook, Ven aquí por favor- llamó una voz detrás de ambos.

Hoseok volteó y encontró al señor Jeon, quien simplemente alzó la cabeza como saludo.

-Dawon, no sabía que vendría- exclamó otra voz, siendo esta la del padre de Hoseok- Considerando que usted nunca asiste a ningún evento público.

-¿Un funeral es evento público?- Dijo Dawon fastidiado por la presencia de aquel hombre.

-Usted sabe a lo que me refiero. Oí que se quiere dedicar a la política.

-Así es, bueno, en el futuro- dijo con orgullo.

Jungkook y Hoseok simplemente se observaban, notando lo incómodo que era para ellos ver a sus padres discutir sobre temas que ellos no entendian y que no podían irse así nada más.

-Oh, creí que solo eran rumores... La política no es para hombres promedios y predecibles, pero quien sabe, puede que a usted le vaya bien- sonrió.

-B-bueno, considero que soy un hombre creativo y exitoso, eso puede servir.

-Hmm, usted es exitoso gracias al trato que hicimos en el 94, no se engañe. Y bueno la creatividad es importante, si es escritor, o comediante, claro está.

Esto llamó la atención de Hoseok ¿"el trato del 94"? ¿Hace cuanto se conocían? Si apenas había conocido a Jungkook hace un par de años, cuando entró a old Jeju y se mudó frente a los Kim.

-¿A qué se refiere?

-Lo que digo es que... Todo tiene que ser perfecto- dijo tomando el hombro de Hoseok- ¿Verdad hijo?

Aunque el señor Jung sonriera después de cada frase los adolescentes notaban que eso no era una charla amistosa.

-Si, padre- murmuró desviando la mirada.

Scent of a hoodie (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora