13.

221 36 8
                                    

Jungkook observaba el techo de su habitación, en el cual se dibujaban varios garabatos de colores, (en su imaginación, claro está).

Se perdía entre la música que inundaba fuertemente su cuarto.

Amaba eso, realmente lo amaba, el ver por la ventana como todo el mundo alla afuera se distorsiónaba.
Y sentirse vivo, ahí era donde se sentía realmente bien.

Tomó el frasco ya casi vacío, con sólo dos o tres pastillas restantes y sin pensarlo se tragó de una vez su contenido.

-Se acabaron- susurró.

El extasis era más que una adicción para él, el extasis era prácticamente lo que lo mantenía vivo.

Su alarma sonó interrumpiendo su ambiente, así que suspiró y se puso de pie.

Abrió su armario, su forma de vestir había cambiado radicalmente, ya no usaba variedad de colores ahora solo quería cubrir su cuerpo lo más posible.

Trataba de pasar desapercibido, sin embargo las miradas siempre caían sobre él en el instituto.
Le fastidiaba, odiaba pensar que por más que había cambiado su apariencia, Taehyung aún no se fijaba en él, incluso parecía seguir pensando que era feo, aún cuando había perdido mucho peso. Sólo tenía encima la mirada de estúpidas chicas fangirls.

La puerta sonó con un "toc toc"

-¡Kookie! ¡Apresurate!- exclamó una chica.

-Ya voy, noona- reprochó viendo en dirección a la puerta.

El clima estaba fresco y había mucho viento, el atardecer adornaba los preciosos paisajes de Jeju en aquel fin de semana. Ese en el que algunos jóvenes se reunirian en la playa para una "pequeña reunión", incluido Jungkook quien poco a poco había comenzado a aceptar más invitaciones que su mejor amiga le ofrecía.

Pensarán que con él fin que estar con Taehyung... Pero no...
Bueno, si, pero no, ya no era solo el rubio, un pelirrojo hace un año había robado su atención, cosa que aún no devolvía.

-Jamhy noona- la pelimora hizo un ruido haciéndole saber que lo escuchaba- ¿tus madres no van a molestarse contigo por haber organizado esto?

El castaño conocía a las señoras Kim, ya fuera por lo que sus padres hablaban de ellas como sus jefas, por lo que Jamhy le contaba o por lo que él había descubierto por sí mismo usmeando en la vida de Taetae hyung. Él sabía que las señoras Kim cuidaban las apariencias, y jamás dejarían a sus hijos beber, mucho menos cerveza barata y peor en compañía de "plebeyos".

-De hecho, Nammie oppa lo organizó- habló señalando a su hermano quien bailaba con Seunghee- además, ellas no están en la ciudad, no tienen que enterarse.

Jungkook desvío la mirada con un mal presentimiento, pero simplemente lo ignoro. Debía ser que el efecto de las pastillas que había tomado antes se estaba pasando. Últimamente había aumentado su dosis, y cada vez se pasaba más rápido el efecto. Claro, un año drogandote debe hacer que tu cuerpo se acostumbre.

Se sentó en la arena disfrutando de la movida música que llenaba el lugar, el olor a cerveza era realmente fuerte, pero al castaño no le disgustaba del todo, estaba bastante acostumbrado a ese olor. Suspiró y se removió.

-No me digas que vas a nadar con camiseta- le dijo Jamhy.

El castaño asintió, era demasiado tímido como para desnudar su torso frente a alguien mas, además de... La cicatriz de su hombro izquierdo.

-Está bien, iré por algo de tomar- dijo la pelimora poniéndose de pie.

Jungkook la ignoro ya que se encontraba observando al pelirrojo quien jugaba vóleibol contra otro equipo, el equipo de Taehyung.
Hoseok sudaba y su cabello se pegaba a su frente, justo como aquella noche en la que le había dejado esa fea cicatriz en el menor. No llevaba camiseta, dejando al descubierto sus gloriosos abdominales.
Por otro lado Taehyung, quien observaba desafiante y confiado al lobo. Al rubio no le hacía falta desnudar su torso para que Jungkook lo notara, él babeaba con solo ver sus brazos marcados y sus manos con venas notorias.

Scent of a hoodie (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora