16.

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Tal vez nadie puso atención, o tal vez los jóvenes eran lo suficientemente estúpidos como para no pensar en el hecho de que... habiendo gente en la casa, alguno de los lobos se daría cuenta.

El señor Jung, como político y figura pública tenía una imagen que mantener, no bajaría a espantar a esos bandalos, él obviamente llamaría a la policía.

¿No se les ocurrió? nop, al parecer no.

Jungkook estaba en su propio mundo.

Uno en el que estaba haciendo "arte urbano" con su Tae tae hyung.
Uno en el que Namjoon, el chico más genial de la ciudad, le había dicho que le agradaba.
Uno en el que el chico que le gustaba le había agarrado el trasero, ayudandolo a bajar de sus hombros.

Todo parecía ser perfecto, se sentía como en uno de esos videos musicales juveniles y rebeldes.

Jungkook se alejó un poco, observando los rayones en la pared, que a los ojos de alguien así de drogado, era una perfecta obra de arte.

-Wow- susurró.

Namjoon hizo un ademán a Taehyung, quien corrió con él en dirección a la esquina, donde habían dejado el auto, y aúnque el castaño lo vio todo, seguía embriagado en su propio mundo.

-¡Jungkook! ¡¿Acaso estas sordo?!

Las mariposas drogadas son sordas

-¡Dejalo, hyung, no es nuestro problema!- respondió Taehyung.

-

La música resonaba en sus audífonos, las calles se encontraban casi vacías, como era costumbre.
La pista resonaba en sus audífonos, y mientras caminaba hacia su casa, más bien, el cuchitril en el que dormía, pensaba en la letra que adornaria esa pista que él mismo había creado.

Y aunque estaba bastante concentrado en sus pensamientos, de todas maneras no dejaba de observar a su alrededor.
Era un criminal, tenía enemigos.

A lo lejos divisó el sonido de una sirena, que parecía acercarse cada vez más. No le dio importancia, sabía que no venían por él, así que siguió caminando.

-¡Jungkook! ¡¿Acaso estas sordo?!- escucho a lo lejos

La voz se le hizo familiar, erizandole la piel.

¿Jungkook?

El convertible de Jamhy pasó al lado suyo a toda velocidad, haciendo que se preocupara aún más.

Aceleró el paso para dar vuelta a la esquina lo más rápido posible, y ahí lo encontró.

Dos oficiales apresaban a los hermanos Kim, quienes forcejeaban de más, haciendo que tuvieran que ponerles esposas.
Jungkook por su lado sólo se quedó ahí, mientras un oficial lo retenía desde atrás.

-¿Ahora en qué te metiste?- susurró viendo lo entontado que estaba. Claramente no estaba en sus cinco sentidos.

Hechó su cabeza hacia atrás y suspiro, de verdad no volvería a venderle nada.

No podía creer lo que estaba a punto de hacer.
De verdad no estaba de humor, sin embargo, sabía la cantidad de problemas que tenía el castaño, y luego él tendría que aguantar sus lloriqueos y quejas. No permitiría que agregara uno más a la lista, pudiendo detenerlo.

Sacó un cubrebocas de color negro de su bolsillo, y no dudo en ponérselo.

-Oh... Mis queridos amigos- habló en voz alta e intimidante hacia los mayores.- Minho, Changbin, y.... Disculpa olvide tu nombre.

Scent of a hoodie (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora