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El señor Jeon no siempre fue un cretino, él no solía ser un asco de padre, solo un muy mal esposo, siéndole infiel a su mujer de aquel entonces, la señora Kim, desde el inicio de su matrimonio con su secretaria. Producto de esa infidelidad: Jungkook.

Él solía cuidar a Seokjin o al menos tratarlo bien... Pero a medida Jungkook y él crecían, el señor Jeon perdía el interés en su primogénito, o más bien veía que el menor de sus hijos no tenía <<ese>> “defecto“.

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Un pequeño Seokjin de cuatro añitos estaba casi llorando de felicidad, por la idea de pasar un tiempo en casa de su papi. Su papi era su héroe, su persona favorita, e incluso su estrella.

(Ya qué brillaba por su ausencia, diría yo)

Seokjin lo amaba y además se llevaba muy bien con su pequeño hermanito menor, Jungkook.

Pero... Huenji, la "nueva señora Jeon" , lo asustaba, aunque nisiquiera había convivido con ella.

Seokjin llevaba días en aquella casa y simplemente no se cansaba de recorrer los pasillos en busca de que algo interesante le pasara.

Un día de esos el pequeño encontró un paraíso, donde habían cosas que él siempre veía en la Tv, y que realmente quería.
Sabía que estaba mal, pero no se podía detener, sus manitos ya habían tomado aquel labial de color rojo.

La señora Jeon entró a la habitación dispuesta a vestirse para aquel prestigioso evento, pero al levantar la mirada su sonrisa se borró al instante.

-¿¡Estúpido niño, que estas haciendo!?- el pequeño dejó caer la brocha de maquillaje por la impresión- ¡Dawon!- llamó a su esposo.

El señor Jeon se paró en el marco de la puerta, y su expresión cambió.

-¿Que tienes en la cara?- preguntó a su hijo

-Y-yo...

-Amor, ve por una servilleta- dijo la rubia.

Dawon se alejó del lugar sin decir nada, no podía creer lo que su hijo había hecho.

Seokjin tenía carita de miedo, sabía que había hecho algo malo, pero no quería que lo castigarán.

La mujer se acercó al pequeño después de que su marido se fue, observaba el rostro de el pelinegro y se molestaba cada vez más.

-No vuelvas a tocar mis cosas- dijo golpeando su mano, con fuerza dejando una marca- ¿entendiste?

Los ojos de Seokjin se llenaron de lágrimas y la rubia se burló.

-Comportate como hombre y no llores, ni siquiera lo hice con fuerza.

El señor Jeon entró con la servilleta en mano, por que no usaría el desmaquillante de su esposa... No en un niño.

Cerró la puerta detrás suyo, no queria que Jungkook viera a su hermano, por que luego él también querría usar el maquillaje de su madre.

-

Un inocente Seokjin de seis añitosos veía a través de la ventana del auto con asombro.

-Papi, que bonito es Jeju... me gustaría quedarme aquí para siempre.

El señor Jeon, quien conducía el auto, sonrió por el comentario.

-Hijo, tú ya tienes una vida en Seúl, tienes a tu mamá y a tu perro... Te extrañarían ¿no crees?

El pequeño lo pensó.

-Hmm... Mami tiene la tv y Rapmon tiene a mami- dijo con una sonrisa.

-¿Que hay de tus amigos?

Scent of a hoodie (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora