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-Mierda, Seokjin, apestas a alcohol.

El joven rió acercandose un poco. Sin embargo aún cerca de la puerta.

-Bebí un poquito... un poquito nada más- hipó.

La noche caía y Namjoon se había cansado de esperarlo, su paciencia estaba agotada.

-Estamos en el instituto- Dijo serio.

-L-la cura para la resaca es volver a beber.

Namjoon solía ser el primero en beber en las fiestas, sin importarle su salud, su estado o la resaca que tendría al día siguiente.
Sin embargo, en aquel momento no pensaba lo mismo, Seokjin no debía consumir aquello.

Le molestaba que Seokjin afectara su mente con aquellas sustancias.

Namjoon rodó los ojos llevandose la mano al puente de la nariz para masajearlo, de verdad no le pagaban lo suficiente como para soportar a aquel imbecil y todo lo que causaba en él.

-¿Seokjin, qué te ocurre? apenas es miercoles

El pelinegro chistó.

-¿so-lo se puede beber en fin de semana?- arrastró las palabras.

Namjoon ignoró la pregunta, estaba hablando puras estupideces.

-¿Por qué haces esto? ¿Que celebras?

El pelinegro se quedó en silencio y sonrió casi finjiendo, Namjoon observó.

-Quisiera... tener algo que celebrar- murmuró.

Namjoon se quedó en silencio y lo observó de pies a cabeza.

Vestía bien pero su ropa estaba desalineada, su rostro tan bonito mostraba cansancio.

Unas ojeras rojas lo hacían ver casi enfermo y sus pupilas estaban dílatadas.

Su mente estaba vacía y su cuerpo parecía líquido, ya que no podía mantener siquiera el equilibrio.

Incluso en aquel estado tan embriagado y perdido, parecía mantener su carácter malcriado y a la defensiva.

Namjoon mentiría si dijera que no le causaba gracia.

Así era él.

Era un dolor de cabeza.

-Seokjin, Me preocupas.

Y entonces el pelinegro desvió la miradas y dejó salir una sonora carcajada.

¿Namjoon se preocupaba por él?

-No finjas, tú y yo nos odiamos, Namjoon.

El azabache frunció el ceño caminando hacía él, acortando los metros de distancia a centímetros.

-¿Me odias?

El joven no respondió y simplemente perdió su mirada en un punto fijo en la habitación.

-Seokjin... Dime... ¿Qué mierda sientes por mí?

-

Taehyung observó la consternación en su rostro, Jungkook no sabía de lo que él hablaba.

Él era un humano después de todo, nisiquiera sabía de la existencia de los híbridos.

Suspiró e ignoró la voz de su animal interior que le exigía respuestas.
Si seguía preguntando solo revelaría su secreto.

Aunque no podía dejar de pensar en lo extraño que era todo.

¿Como el olor de un beta podía pegarse a un humano?

Scent of a hoodie (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora