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Seokjin la pasaba bastante bien en Jeju, con los amigos de Jungkook, saliendo a la calle, tan bien que no pensaba en sus problemas, justo como quería.

El viento despeinaba su cabello y en su mano llevaba una botella de cerveza que la tal Jamhy le había ofrecido, cantaba a todo volumen junto con ella las canciones que se reproducían desde la radio del convertible de Seunghee, camino a la casa de playa de los Kim.
Mientras que Seunghee y Jungkook se mantenían en silencio. Jeon viendo el precioso paisaje de las palmeras y el mar en el fondo y Seunghee viendo a Jungkook.

Seokjin definitivamente no parecía alguien que se quedó casi huérfano días atrás, no parecía sufrir de ninguna manera. Cosa que Jamhy admiraba, los hermanos Jeon eran demasiado fuertes.

Seokjin vestía la sudadera, con ese olor que hacía que olvidara todos sus problemas y bebía alcohol hasta ya no necesitar la sudadera.

-Kookie, ahí esta el baño, vístete- dijo Jamhy.

Jungkook obedeció entrando en el baño de aquella lujosa casa de playa que más bien parecía una mansión de madera y empezó a quitarse la ropa.

Descubría cada parte de su cuerpo, cada vez observando más moretones en sus muslos y torso, esas marcas no se irían fácilmente, habían pasado ya bastantes días desde que Sunny y sus amigos lo habían golpeado y aún no desaparecían.

Deslizó sus pantalones cortos hacia arriba, mientras se rogaba a sí mismo por retener las lágrimas en sus ojos.

Llevaba dos semanas sin consumir drogas, dos semanas en las que Taehyung apenas y había cruzado por su mente.

Siempre se había preguntado cuál era el origen de su adicción, como si no lo supiera, como si, él mismo no conociera su interior.

Todo había empezado la noche del cumpleaños del tal Jimin. Esa misma noche en la que él había llorado tras escuchar a Taehyung y a Taemin burlándose de su físico.

Su mano se deslizó por su abdomen, sintiendo el lugar un poco abultado a causa de lo ligeramente apretado que le quedaba el pantalón corto.

Jungkook no se lo atribuyó al hecho de que aquel pantalón corto lo había comprado ya hace bastantes años, como sería lógico, si no que su mano tembló y sus pensamientos lo hicieron aún más.

-

Seunghee suspiró, tomando su bolso para salir a la playa, donde Jamhy y el hermano de aquel idiota charlaban y chapoloteaban animadamente.
Estuvo a punto de irse y resignarse a disfrutar lo que quedaba del día cuando escuchó algo que llamó su atención.
Un sonido que provenia de aquel lugar en el que Jungkook había entrado.

Apoyó su mejilla en la puerta, con la intención de escuchar con más claridad.

Y entonces descubrió que eran arcadas.

¿Acaso Jungkook estaba enfermo?

Luego de un silencio escucho como Jungkook bajaba la palanca del baño y luego abría la llave del lavamanos.

Escucho pasos a si que se alejo rápidamente para que no se diera cuenta de que lo espiaba.

Observó al castaño de pies a cabeza, no se veía pálido, ni mucho menos mareado, definitivamente no estaba enfermo.

-¿Ha-hace cuanto estas a-ahí?- tartamudeó.

-¿Eh? Acabo de llegar- mintió.

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-¿Sabes? En una ocasión Namjoon me trajo hasta aquí por que soñó con su "predestinado"- rió Taehyung.

Hoseok y Taehyung caminaban por aquel camino en el que el rubio había acompañado a su hermano en aquella ocasión.

Scent of a hoodie (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora