Scent of a hoodie (+18)

57.

A Hoseok no le importó nada en ese momento, no le importó el dolor de cabeza que lo estaba matando, no le importó el hecho de que ahí estaba su padre, no le importó la mirada fija de Taehyung y mucho menos le importó levantarse y seguir a Jungkook cuando este huyó de aquel lugar.

No era la primera vez que Jungkook se iba llorando de algún lugar, y tampoco era la primera vez que él lo seguía. Sin embargo la otra vez el castaño casi se ahogaba, así que, por mucho que le gustara abrazar al pequeño y susurrarle que todo estaría bien, prefería que no volviera a pasar.

Se encontraba molesto, incluso cuando Sunny se encontraba metros bajo tierra, Jungkook seguía sufriendo a causa de ella.

Con ayuda de su olfato de lobo, Hoseok rastreaba a Jungkook, e incluso con la oscuridad de un nuevo anochecer, intentaba ver y seguir las huellas de sus pisadas.

A lo lejos, observó una silueta sobre un mausoleo, ahí estaba Jungkook, sentado, en silencio, y con las lágrimas bajando por sus mejillas.

Hoseok sin mucho esfuerzo subió junto a él, dos metros no eran nada para un híbrido de lobo.
Sin embargo se mantuvo en silencio, sentado junto a él.

-

-Bueno, si no quieres que me entrometa, esta bien.- murmuró Namjoon alejándose un poco del lado del pelinegro.

-¿A dónde vas?

-A casa. Mi...- por un par de segundos dudó en cómo llamarlo- Primo... viene de visita, y aunque planeaba quedarme el resto de la ceremonia, prefiero recibirlo en casa.

Seokjin asintió levemente, intentando calmar el llanto que se encontraba encerrado en lo más profundo de su ser, en una caja fuerte, que simplemente intentaba protegerlo.

Namjoon dio media vuelta suspirando.

-Nos vemos el lunes, entonces- dijo el alfa.

Seokjin por unos segundos sintió como la caja fuerte estaba por estallar, llevaba varios días sin ver el lugar donde yacía el cuerpo de su madre.

-E-espera... ¿Podría ir contigo?

Namjoon alzó una ceja, extrañado.

-So-somos vecinos- aclaró el pelinegro.

Por unos segundos un silencio invadió el ambiente nuevamente.

-Por favor, Nam- un escalofrío recorrió el cuerpo del azabache al escuchar la abreviación- si me quedo aqui voy a llorar. Y Dawon se va a quedar al menos dos horas más.

Namjoon negó con la cabeza a pesar de que el menor se veía especialmente alterado, como si su problema no fuera la muerte de su madre, si no, el llanto que le causaba.

-No somos amigos, tu mismo lo has dicho, no veo por qué te ayudaría.

Seokjin suspiró.

-Lo siento ¿si? Me obligaron a venir Apariencias, tú sabes. Yo nisiquiera me atrevía a visitar este lugar, y hacerlo ahora me hace explotar.

Mientras decía esto, en la garganta de Seokjin se formaba un nudo nuevamente.

-Prometo no molestarte la próxima semana.

Namjoon fue consiente de lo bajo que había caído al pensarse la oferta ¿desde cuando debía hacer un trato con un adolescente para que se comportara?

-Bien, pero me debes un café.

El pelinegro sonrió ligeramente al recordar como había derramado su café sobre el mayor la vez anterior.