Capítulo 48: El festival cultural

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Tal y como inició el día, Shoto pensó que el festival cultural no iba a prometer. Había empezado con un altercado fuera de los límites del instituto en el que se había visto envuelto Midoriya «sin necesidad». Y lo ponía entre comillas porque era distinto de «no necesario». A primera hora de la mañana había salido a hacer unas compras innecesarias porque podrían haber conseguido cuerda de otra manera. Pero gracias a eso, había detenido a unos villanos que querían sabotear el festival.

Casi no llegan al espectáculo de su clase ni él ni la cuerda, por lo que se habrían quedado sin un bailarín y la «bola de luces». Pero debido a eso, no se había echado a perder todo el trabajo de los alumnos de la UA para celebrar ese día.

Quizás, haciendo el balance global del suceso, se podría decir que la cosa podría mejorar porque todo había salido bien, pero a él no le había durado ni cinco minutos ese pensamiento. Según empezó la actuación —y a pesar de la alta música de los altavoces—, había escuchado cómo algunos fans aclamaban a Yaoyorozu. Tal y como sospechó desde la primera vez que la vio, Yaoyorozu sería la típica heroína guapa que compaginaría su profesión con la de publicidad. Aún no había debutado como heroína, pero sí había salido ya en un anuncio en la tele, lo que se traducía en que ya tenía fans a día de hoy.

Oír su nombre siendo gritado entre la algarabía de espectadores, le había carcomido por dentro todo el tiempo que había estado produciendo el hielo que Kirishima se encargaba de picar y esparcir. Aunque lo sabía, ése había sido el momento en que había comprobado lo sólido que había sido el muro de los rumores. Y aún con todo, le seguía sorprendiendo que nadie se le hubiera acercado. Habían sido rumores; alguien con arrojo —y mucho interés— podría haberle preguntado haciéndose el desentendido de ser sólo rumores. Cosa que nadie había hecho y agradecía.

Pero su clase ya estaba al tanto desde hacía más de una semana de que todo era un invento colectivo. No sabía cuánto tiempo tardaría en extenderse la noticia y perder del todo esa seguridad de que todos la consideraran vedada y que ya echaba de menos.

Aunque quizás, pensó en positivo, lo de esa noche ayudara un poco a prolongarlo algo en el tiempo.

Se recostó contra la pared mientras esperaba y casi de forma inconsciente metió la mano en su bolsillo para tocar el llavero que le había regalado. Aunque no pudiera llevarlo a la vista —más si tenía en cuenta que a todos se les había dicho que sólo eran amigos— no se había separado de él. Era su secreta esperanza con ella, aunque ya no supiera muy bien qué hacer.

No se había esperado esas consecuencias de aclarar su situación, pero le agobiaba que otros estudiantes percibieran a Yaoyorozu tan disponible. Incluso aunque la lógica le dijera que, igual que no había sucedido nada hasta ahora, la cosa podría seguir igual durante mucho tiempo.

Pero le agobiaba... y sentía un apremio importante que le desconcertaba. Se había exacerbado durante el concurso de belleza a pesar de que ella no había participado. De hecho, eso debería haberle dejado más tranquilo. Pero lejos de ello, mientras la veía ahí, a través de la muchedumbre, hablando con el resto de chicas de clase, no había podido evitar imaginarse qué le habría supuesto que hubiera participado. Aún no sabía por qué no lo había hecho. Yaoyorozu le había comentado sus dudas al respecto, pero al final no había aclarado si participaría o no.

Pero tal y como había pasado en el espectáculo musical, a Kendo también la habían aclamado. Otra estudiante que no había debutado como heroína, pero sí en el sector de la publicidad y ya tenía fans. No quería ni pensar lo que habría sido verla en ese escenario a la vista de todo el instituto y que hubiera acabado en el top... O peor: que lo hubiera ganado.

El resultado del examenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora