Shoto miró de nuevo la hoja que tenía en la mano. En realidad, él sabía cuál era el motivo por el que había suspendido sin necesidad de que se lo hubieran puesto por escrito. Por eso tampoco necesitaba ayuda para saber cómo corregirlo.
Pero había descubierto que Yaoyorozu era una compañera a la que le gustaba ayudar a los demás en sus estudios. Sus notas eran las más altas de la clase desde que empezaron el curso y, durante los exámenes finales semestrales, la había visto emocionarse mucho por el hecho de que sus compañeros le pidieran ayuda. Había formado un grupo de estudio con algunos de su clase —incluidos Kaminari y Ashido, dos de los alumnos con peores calificaciones—, y había ido bien para todos. La había visto feliz tras comprobar que su grupo de estudio había aprobado sin problemas y, sólo por eso, Shoto se vio estirando la mano para darle el informe.
Yaoyorozu lo cogió emocionada y se puso a leerlo en su camino hacia el autobús. Si hubiera sido otra persona, ni se le habría pasado por la cabeza dárselo al no tener la seguridad de que lo hiciera por verdadero altruismo o sólo por cotillear. Pero le constaba que ella sí lo hacía con buena intención y de ahí que ahora estuviera tan concentrada leyendo las líneas escritas.
No se podía decir que tuviera una excelente relación con sus compañeros, pero tampoco era mala. A diferencia de otros que habían formado sus pequeños grupos de amigos, él solía moverse por la escuela en solitario. Su carácter jamás había sido demasiado extrovertido, por lo que, aunque no tenía problemas para juntarse en la cafetería con quien fuese para comer, tampoco era de los que se preocupaba de esperar a alguien para irse juntos a casa.
Miró a Yaoyorozu con más detalle. Era una chica más animada y atenta que él. Además, desde su perspectiva, era la más atractiva de la clase. Quizás no era mucho decir si tenía en cuenta que sólo había seis chicas y Hagakure era la mujer invisible; pero por eso tampoco tenía problemas en extender esa comparación a todo el curso. Y, por si no fuese poco, Yaoyorozu era de buena familia. No sabía dónde vivía, pero había oído a Sero alucinar con cómo era su mansión por dentro.
De modo que había tenido la percepción de que su vida había sido fácil... Todo lo fácil que no había sido la suya.
Pero entonces, en el examen práctico, cuando los habían emparejado contra el profesor Aizawa, había salido toda su inseguridad a relucir. No se lo había esperado siendo como se la veía siempre responsable y confiada.
Aún seguía inmersa en su informe para cuando llegaron al autobús. En su cabeza tenía que estar pensando más cosas o ya habría terminado de leerlo. Yaoyorozu miró al frente y, al darse cuenta de que estaba junto a la puerta, hizo el intento de devolvérselo.
—No te preocupes. Puedes dármelo luego —le dijo mientras subía al autobús. Ella asintió y le siguió.
Vio a Yaoyorozu sentarse con Jiro y se quedó mucho más tranquilo cuando la vio cerrar el informe en cuanto ella le preguntó por él. Como no estaba de muchos ánimos, no pudo involucrarse en el buen clima que había entre sus compañeros. Todos estaban demasiado entusiasmados mientras contaban lo que habían hecho en el examen y ponían en común sus penalizaciones. Además, a eso había que sumar que les habían dado sus carnets antes de subir al autobús, por lo que ya había visto —incluso sin pretenderlo— cómo eran, lo que añadió un poco más de escozor al viaje de vuelta.
El buen ánimo se extendió también a su llegada al internado. Había bastante alboroto en la sala común y al final decidió marcharse a su habitación para no acrecentar la desazón que ya sentía. Estaba esperando al ascensor cuando Yaoyorozu le interceptó.
—Espera, Todoroki —le dijo en cuanto estuvo a su lado. Por un momento se la quedó mirando sin saber qué decir. Ella no podía usar su mismo ascensor. A pesar de que los dos estaban asignados a habitaciones de la quinta planta, utilizaban alas diferentes del edificio.
ESTÁS LEYENDO
El resultado del examen
Fiksi PenggemarNadie de la clase 1A se habría esperado esos resultados del examen de licencias provisionales... O, al menos, casi nadie. Cuando Shoto Todoroki comprobó que su nombre no estaba en el panel de aprobados, no podía imaginarse que la inesperada ayuda d...