Un Pilar para Todos

El Hombre que bailo con el Diablo- Muzan x Giyuu

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El Distrito Rojo era el apogeo de mucha diversión y de todo tipo, tanto para humanos como para demonios, o eso se decía. El Pilar del Sonido fue el encargado principal de esa área debido a su gran conocimiento de éste.

¿Él? Él solo se hallaba ahí por una misión, aunque a decir verdad se ofreció en lugar de las niñas de la Finca Mariposa, al principio Uzui se negaba rotundamente hasta que tras mucha insistencia el pilar acepto a hacerlo pasar por mujer para recabar información sobre ciertos rumores que apuntaban a la posible presencia del Rey de los Demonios.

Así que con vestimentas de grandes y llamativas capas logró abrirse paso entre las cientos de mujeres ganándose un poco de reconocimiento, vigilaba de cerca a cada hombre que pasaba buscando a su enemigo, ¿Sabía como era? No, pero alguien como él no era difícil de reconocer, más por la descripción que le dio el joven Kamado.
Ya iban tantas noches en las que convivía con hombres deseosos de atención que sin duda no querría hablar con nadie hasta dentro de un año, eran muchas interacciones para su persona. Afortunadamente nunca tuvo que hacer algún trabajo de más intimidad, las drogas que Shinobu le había proporcionado servían de maravilla.

Esa noche no fue distinta, tras tres hombres ya se cansaba del ambiente, con su rango actual tenía más libertad de elección de a quien atender y quien no; solo se acercaba a los de aspecto elegante y rasgos parecidos a los descritos. Su mirada pasó a la entrada donde un hombre bien vestido con un sombrero que adornaba su cabeza, ambos se observaron unos instantes y fue más que suficiente para que Giyuu supiera que ese tipo no era normal.

Para sorpresa de nadie sus servicios fueron requeridos por el extraño, charlaron un poco y bebieron como si fueran amigos desde años pero había llegado el momento en que ambos irían a la habitación, poniendo algo nervioso al azabache pero no demostrándolo, había refuerzos después de todo.

—Quiero que bailes —habló con ímpetu el cliente. Al instante inició la serie de movimientos bien aprendidos con suma delicadeza y elegancia, suaves pero atrapantes a la mirada sin embargo parecían no convencer al hombre quien se levanto de su lugar tomando su palma y cintura entre sus manos—Deseo que bailes conmigo — Asintió.

Juntos iniciaron un dulce vaivén entre las paredes de la habitación iluminados por la Luna, ninguno daba palabras en esos momentos solamente "disfrutaban" del tiempo; hasta música pusieron, ambientando más lugar. Cualquiera pensaría al pasar que todo era tranquilo para el par pero a decir verdad Tomioka se sentía nervioso, mucho más que antes. Inclinándolo y sin soltarlo sus ojos se conectaron.

—Eres un excelente bailarín Hashira —Sus ojos se abrieron sorprendido por la exclamación— Amaría pasar más tiempo junto a ti, a solas —Antes de decir nada ambos desaparecieron de la habitación.

—¡¿Cómo que desapareció?! —gritó alarmado Tengen, una de sus esposas le había informado que hacía dos noches no se veía a su compañero por ningún lado, lo último que supieron de él es que había atendido a un hombre bien vestido, llevándolo a su habitación donde ya nadie lo vio salir. Apresurado movió a los refuerzos disponibles temiendo lo peor.

Justo sobre ellos la Luna alumbraba tímida la escena, dos hombres bailando un suave danza; uno con un traje elegante y el otro con ropas desgarradas, hechas harapos y manchadas de sangre al igual que la mayoría de su cansado cuerpo. Al acabar la melodía proveniente de la radio la casa donde se refugiaba se prendió en fuego, el más alto dejó caer cual muñeca al de ojos azules.

—Has sido uno de mis mejores compañeros de baile, quizás en tu próxima vida pueda hacerte mío —Depositando un último beso en el dorso del joven dejó el lugar donde el olor a azufre comenzaba a dominar cada vez más llenando los pulmones del humano, una lastima enserio. Si tan solo hubiera dicho que sí a su propuesta de sangre todo sería distinto.

Por su parte, el cazador trataba de levantarse pero las heridas de su cuerpo lo dejaron tan débil, era probable que muriera esa misma noche, ahogado en el denso humo de las llamas a su alrededor.  Un ruido extraño llamó su atención, si era gente podía gritar por ayuda, decidido buscó llamar la atención de cualquiera mientras trataba de no aspirar tanto humo. 

—¡Giyuu ¿Estas aquí?! —Al instante reconoció la voz del Pilar del Sonido, llorando por saber que no moriría esa noche.

—¡Aquí Uzui, por favor, ayúdame! —De entre el fuego vislumbro la corpulenta figura de su compañero quien lo cargó entre sus brazos y lo sacó casi al instante de lo que detrás de ellos ya no eran más que ruinas. Un minuto más tarde y él habría muerto.

—Giyuu, ¿Cómo te sientes? ¿Qué te sucedió? —Lamento mucho el momento en que accedió a la loca idea del Pilar, si no lo hubiese traído él no se hallaría en ese estado tan deplorable. La culpa pinchaba cada extremidad de su cuerpo aunque, por otra parte, no pudo evitar pensar que agradecía que no involucrada a las niñas iniciales, no soportaría el pensar que él las mando a morir.

Con dificultad Tomioka respiro, sus pulmones necesitaban mucho aire. Aun jadeando respondió.

—He bailado con el diablo —

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 Holii a todos, la verdad tenía muchas ganas de sacar este libro, no me podía sacar la idea de la cabeza.

Para empezar no se porque se me ocurrió este capítulo pero creo que queda bien, probablemente algunos de ustedes ya se dieron cuenta pero para los que no. Este one-shot fue inspirado en una leyenda conocida de México, me pareció interesante la idea y bueno, todoa sabemos que Muzan es un diablo.

Así que espero que les haya gustado y espero sus ideas.

Byeee