Un Pilar para Todos

El demonio del Sanatorio Sabito x Tomioka

♥Dedicado a una persona que me pidió esta idea pero neta no te encuentro, lo siento

♥Personaje demonio

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Sabito fue mandado a aquel extraño pueblo, solo verificaría algunas cosas y se iría; hace tiempo le informaron sobre la desaparición de su amiga Makomo junto a su maestro, la única pista existente era que ambos se hallaban cerca de esa locación pero luego solo se fueron, como si la tierra se los hubiera tragado.

Las calles eran poco concurridas desde lejos, sin embargo al momento de acercarse todos los aldeanos parecieron salir de sus hogares solo para recibirlo, eso le era raro. Le llevaron a los mejores puestos de comida para disfrutar de sus platillos, lo guiaban por los alrededores, respondían las preguntas que tenía y aun así todo se sentía artificial.

Logrando escapar de la multitud dio con una lo que parecía una casa de recuperación, entró a buscar si de casualidad tenían vendas que ocupaba para las heridas de su misión anterior; apenas pasó el umbral de la puerta divisó por el rabillo del ojos a un jovencito de más o menos su misma edad, su expresión era triste y solitaria.

—¿Puedo sentarme? —el joven brincó de la impresión al ver otra persona ahí -¿Te encuentras bien? ¿Qué haces en este lugar?

—Ellos me encerraron aquí, no les gusto —mencionó en un susurro.

—¿Los del pueblo? —Asintió —¿Cuál es tu nombre?

—Giyuu —le respondió tímido.

—Bueno, mucho gusto Giyuu, soy Sabito y vine aquí por una misión —El chico lo miró con un brillo en su mirar que encendió sus mejillas.

—¿Eres...Un cazador de demonios? —Se sorprendió al saber que conocía sobre ellos.

—Es correcto, estoy buscando a mi maestro y una cazadora con un haori de flores, ¿Sabes algo sobre ellos?

—El pueblo los llevó a la casa de la montaña —Ahora entendía porque le daban mala pinta -Volverán a subir en unos días.

—¿Conoces a los cazadores porque vinieron más de ellos? —le afirmó en silencio con una mirada triste -¿Qué les pasó?

—Se los entregan a él -Entonces era correcto, todo era obra de un demonio. Se levantó de su lugar decidido a ir a buscarlos —¿Te vas?

—Debo hallarlos —El hombre lo sujeto de la manga, al verlo notó su mirada de miedo, ahora que lo pensaba el hombre corría peligro al revelarle esa información, el pueblo lo asesinaría si se enteraran —, aunque primero me quedaré contigo, mi deber es proteger a los demás, te aseguró que no te sucederá nada.

La sonrisa en su rostro le hizo sentirse nervioso, entre toda la gente que conoció sin duda Giyuu era de los más lindos; en el tiempo que se quedó con él descubrió que su hermana había sido asesinada por un demonio y el pueblo lo creyó loco así que lo encerraron en ese lugar como un sanatorio. Sin manera de huir o si quiera de ver la luz del Sol, la única vez que salía era cuando todos iban a la montaña pues escapaba por un hoyo mientras nadie veía.

Se juró sacar de ese lugar al pobre chico, merecía una vida digna después de todo, de vez en cuando mandaba reportes sobre su estadía en el lugar, sobre sus sospechas y teorías de lo que ocurría en el pueblo. Siempre acompañó a Giyuu en esa pequeña casa, narrándole historias o enseñándole sus posturas, en cada accionar el azabache lo felicitaba con gran animo como si fuese lo más asombroso del mundo.