Un Pilar para Todos

Comerte Douma×Tomioka

♡Dedicado a amoatomioka

♡Contenido Medianamente Explícito.

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Ah, desde que ese cazador vino a salvar a su compañero supo que debía ser suyo; ese cabello negro alocado, la pálida piel que resaltaba contra su vestimenta tan interesante, y sus ojos, esas bellas canicas azuladas, sin duda las sacaría del bello rostro para tenerlos en un recipiente de oro.

-Hagamos un trato cazadora, te dejó ir pero enfrento a tu compañero -dijo con algo de picardía, no podía esperar a tener entre sus brazos a tan magnífico humano.

-¿Y por qué debería aceptar? No me veo ganando -Algo le olía mal en todo esto -Además, ¿Para qué quieres pelear con Tomioka? Él no es la gran cosa -Si creía que dejaría a su compañero estaba muy equivocado, debía protegerlo de ese hombre.

-Bueno, eres muy celosa, sigues pareciéndome linda pero tu amigo se ve... -¿Qué palabra buscaba? Ah, sí -Interesante -dijo con una sonrisa.

-Lo siento pero esta es nuestra batalla así que Tomioka, ya puedes irte -Si esas eran sus intenciones entonces no lo permitiría.

-Ya veo, que pena -dijo con falsa tristeza -Más porque no es pregunta -En ese instante sonó un biwa abriendo una puerta debajo de la mujer dejando solos a ambos.

-¡Shinobu, ¿Qué haces aquí? -Ay no, hace un momento estaba con la Luna número dos y ahora Gyomei era su compañero.

-¡Himejima san, Tomioka san esta en peligro, hay que llegar con él! -Algo andaba mal, eso lo sabía.

-Al fin solos, Tomioka, que lindo nombre -De un momento a otro se hallaba frente al hombre -Es bueno para alguien como tú -

-Alejate de mí -escupió con odio el más bajo, de repente sintió una mano en su cintura, cosa que le dio un escalofrío.

-Que buena cintura tienes escondida con esta ropa -Su mano bajó hasta la retaguardia del cazador -¡Que forma! Es esplendido -

-Quita tu maldito hielo de mí -Odiaba ser tocado por ese hombre tan...tan... Él.

-Si lo hago no podré apreciar este cuerpo, es tan hermoso -Acercó su lengua al espacio libre de su cuello, era exquisita -Podría comerte ahora pero me encanta jugar un poco con mi... -Un corte limpio en sus ojos lo callaron abruptamente. Pasando su mano por la herida -Eso fue muy descortes -

-También tocarme sin mi consentimiento -Con el hombre lejos cortó el hielo que lo mantenía prisionero -Ahora, déjame matarte.

-Me encanta esa mirada, ¿Qué tan bien sabrán tus ojos Encanto? -Remojó sus labios con hambre. Ya podía saborearlo.

Rápido con sus ataques se abalanzaba hacía Douma, trataba de mantenerse calamdo ante la situación pero ese demonio no paraba de lanzarle comentarios que hacían su sangre hervir, los pequeños copos que dificultan su respiración tampoco ayudaban. Uno de los golpes provenientes de sus abanicos lo llevó hasta los pequeños estanques.

-Mírate, tan mojado y... Lindo, me excitas tanto -Se acercó hasta quedar frente a él, desde ese ángulo se veía más apetitoso.

-¿Y mi nichirii? Creí que la tenía conmigo -Shinobu palpo su uniforme en busca de su arma -Debería estar aquí, a menos qué... Rayos -

A su lado sintió un pequeño filo, abrió los ojos con sorpresa, reconocía esa forma como cualquier otra. Tenía una oportunidad de deshacerse de ese maldito demonio, el plan que se le ocurrió era descabellado y horrible a su parecer pero no se le ocurría otra cosa.

-Si... si me dejo hacer lo que quieras, ¿Me dejarás vivir? -preguntó con falsa inocencia, bajo la mirada un nomento para luego volver a subirla, eso siempre funcionaba con Sabito.

-Al fin entiendes, además de lindo, inteligente. Claro que te daré piedad, ven aquí -Tomó su muñeca y lo pegó a su pecho, lentamente fue desabrochando cada botón del uniforme. Al desnudar el hombro comenzó a repartir besos por toda la piel.

Sus manos recorrían cada rincón del cuerpo, normalmente no se sentiría atraído por hombres pero éste, éste era diferente; lamio el cuello sacando un hermoso jadeo de la boca del otro. Mordió suavemente hombro, sintió un pinchazo pero cuando iba a voltear una mano tomar fuerte su barbilla para plantarle un beso apasionado.
Sus lenguas bailaban entre ellas (más bien luchaban), explotaraba cada espacio de esa cavidad bucal extasiado por ese sabor, sacó algo de sangre del labio para poner más delicia a la situación.

¿Era él o todo daba vueltas?

-Lo haces tan bien, déjame tocarte más -Bajo un poco más la camisa para tener acceso a esos botones rosados en el pecho que le rogaban por comerlos -¿Te sientes mareado tú también cariño?

-Tú me mareas -No era mentira, lo mareaba y asquea hasta dónde no tenia idea.

Los besos volvieron con más pasión, los brazos del cazador se aferraron a su cuello para profundizar más. Dejó los labios para ir directamente por los pezones hinchados, pasó su lengua y los mordió con tanto deseo que seguro podría arrancarlos si se lo propusiera, su mano iba por otro punto más bajo, quería tenerlo todo para él. Algo lo detuvo de golpe, un dolor intenso que se  fue extendiendo por todo su cuerpo, le ardía.

Se separó del hombre para darse cuenta que detrás de su cuello tenía clavada la nichirii de la chica con el broche de mariposa, ¿Qué tenía esa cosa? Vio levantarse a su amante y tomar el arma propia en mano.

-Siempre debes mantener la cabeza fría en la batalla, ambas -De un solo movomiento separó el cuello del cuerpo tomándola en mano para verlo mejor.

-Me tomaste por sorpresa, ¿Te gustó al menos? -Una sonrisa extraña se puso en el rostro contrario.

-Se mi respuesta, tú muy adentro la conoces pero te dejaré sufrir un poco más en el imfierno -Lanzó lejos la cabeza dejandose caer él en el agua, no le gustaba la sensación de tener aun las manos de ese demonio paseando tan libremente por su cuerpo.

-¡Tomioka san ¿Esta bien?! -Al llegar solo estaba su compañero parándose con un aura rara.

-Todo esta bien Kocho, hay que seguir adelante -De reojo pudo observar una rara marca en el cuello y al igual que se dio cuenta del uniforme algo desacomodado.

-Tomioka san, ¿Qué hiciste? -preguntó preocupada.

¿Cómo le decía a ella y Gyomei que se dejó "comer" por ese demonio?

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