Un Pilar para Todos

Niñero Muichiro×Tomioka

♡Dedicado a ChiyoTomioka

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A su edad no debería tener niñeros, recuerda como se negó rotundamente a la idea cuando sus padres se la presentaron, era muy grande para tener que ser cuidado pero por el trabajo de ellos necesitaban salir de la ciudad seguido, a eso hay que sumarle que por el club de su hermano el casi siempre se hallaba entrenando en la escuela.
Estuvo listo para siquiera abrirle la puerta a la persona pero cuando ese chico se presentó como Tomioka Giyuu supo que no sería tan malo ser cuidado por él.

Después de hacer sus deberes lo dejaba jugar con sus consolas uniéndose en varias partidas, la comida que prepadaba se podía comparar a la de su madre, cuando le contaba de sus vivencias en la escuela escuchaba con total atención, cosa rara en él. Ese día estaba listo para dar el paso, desde hace tiempo se perdía en esos labios rosados finos avergonzándose cuando el pelinegro lo llamaba para sacarlo de su burbuja.

-¿Acabaste con tus deberes? -Esa voz, tan tranquila.

-Sí, ¿podemos ver una película hoy? -Al verlo asentir se emocionó -¿Puedes hacer palomitas? -

-Las haré en un momento, sube y selecciona la película que quieras, yo ire luego -Perfecto, había indagado un poco en el género favorito de su niñero, tenía una en mente.

Espero unos minutos hasta que oyó la puerta abrirse, ¿Había algún ángulo que no hiciera ver bonito al pelinegro? Cuando se sentó a su lado su corazón estaba que se salía de su pecho, lo apreció unos segundos más hasta que pensó que fue suficiente.

-¿Marly y yo? No la he visto -Eureka, justo en el blanco.

-Un amigo me la recomendó, dice que es muy buena -Picó para reproducir el filme, le ponía algo de atención pero lo que lo atrapaba eran las expresiones del mayor, en algún momento sus manos se encontraron en el bowl de palomitas, sintió una corriente eléctrica como nunca antes en su cuerpo. Se disculpo pero en el fondo deseaba poder estar así más tiempo.

No se dio cuenta en que momento el perro había enfermado de no ser por la preocupación en el rostro de Tomioka, juntando toda su fuerza apretó su palma como una forma de tranquilizarlo. Cosa que el otro agradeció mucho, a pesar de no parecerlo era muy sentimental con ese tipo de películas o todo lo que tenga animales.

Justo cuando el pobre perro al fin muere Muichiro se volteo para ver como su niñero lloraba a mares por el pobre animalito, decidido esto ya no iba a ser un simple apretón de manos; se inclinó hacía su mayor y tomandolo por la barbilla de forma suave planto un dulce beso en esos labios que tanto anhelo, sin dejar al otro procesar las cosas fue dejando dulces piquitos en el rastro de lágrimas que corrieron por sus mejillas.

-Muichiro... -Para su sorpresa volvió a ser besado en los labios, no sabía que hacer en ese instante. Por su parte, el de puntas menta tomó por ambos brazos al niñero para acostarlo lentamente en el suelo y seguir ese acto.

Se separó para ver el rostro sonrojado y jadeante del otro, ¿Cómo no amar a ese hombre? Se inclinó una vez más para deborar la boca con un poco de deseo, evitando incomodarlo, sorprendiéndose de ser correspondido, de una forma algo torpe pero adorable. Lamio el labio inferior pidiendo permiso de meter más su lengua, cosa que le fue aceptada.

El beso fue dulce, lento y apenas tomando ritmo pero conforme pasaban los minutos escalaban de nivel, sus lenguas se enrollaban y probaban entre ellas ese sabor tan especial. Por falta de aire tuviero que separarse aun siendo unidos por un fino hilo de saliva, se miraron mientras tomaban todo el aire necesario para sus pulmones.

-Me gusta, y mucho -Fue lo único que atinó a decir -No nos llevamos tanto, solo son dos años y medio, entonces podríamos -Un suave beso lo calló.

-Aceptó Muichiro -La sonrisa de Giyuu era de sus cosas favoritas, además de la recién descubierta cara sonrojada de su mayor. Escucharon la puerta abrirse y rápidamente se separaron.

-¡Ya llegué Muichiro, Tomioka san! El entrenamiento terminó antes - Los dos bajaron por las escaleras para recibir a su hermano gemelo -Fue un día muy pesado.

-Me imaginó, les preparó algo rápido para que coman -Había algo raro en su miñero pero debía ser solo imaginación suya, a la hora de sentarse no se percató de dos manos agarradas bajo la mesa.

Muichiro amaba a su niñero.

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Espero les vayan gustando estas pequeñas historias y les deseo felices fiestas ^3^