Un Pilar para Todos

Hanahaki AkazaxTomiokaxKyojuro

♡Dedicado a AraAraTomioka_San

♡Hanahaki

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Todo inició con una carta, él no era alguien expresivo pero solo por esa ocasión dejaría atrás la pena para acercarse a confesarle sus sentimientos. Ya desde hacía un tiempo venía pensando en ese momento. Le era difícil hablar con la gente así que se encargó de plasmar cada sentimiento en papel.

Dicen que el amor te hace ciego, pues era cierto, en todo el tiempo que conoció a su amado no pudo notar las señales de como se enamoraba de alguien más, el brillo en sus ojos la primera vez que se encontraron, los sonrojos y roces entre ellos. Sus muestras de afecto que crecían con cada día. Nada de eso pasó por su mente.

Se encamino para buscar al Pilar de la Flama, ese hombre que calentaba su corazón, ese herido pero aun capas de amor corazón, recordaba la primera vez que se enamoro; su amigo Sabito le hizo probar ese bello sentimiento, planeaban decírselo después de de la selección final pero desafortunadamente falleció antes de lograrlo, es debido a esto que por un tiempo sus pulmones se llenaban de pétalos creyendo que nadie más lo querría de esa manera. Hasta dudando de que su amigo le correspondiera.

De alguna forma logró sobrevivir, el avance de la enfermedad se detuvo, tenía una teoría pero no como comprobarlo. En camino a la casa del Pilar decidió recoger algunas flores antes de ir a declararse.

Para su mala suerte alguien ya se le adelanto, su tsuguko se encontraba najo un cerezo con la persona que él amaba, con una reverencia y muy sonrojado hablándole al Pilar, él le levanta la barbilla y procede a darle un casto beso en los labios.

Su corazón se estruja, siente las raíces y pétalos extenderse sin control alguno por su sistema respiratorio, dejó caer la carta en sus manos para solo dejarse llevar a donde sus pies dictaran, cualquier lugar era mejor que ese. Necesitaba informarle al Patrón porque posiblemente ya no habría un Pilar de Agua en sus Filas, ya le causaba dificultad mantener su respiración regular.

Su mente se nubló y su cuerpo se mantuvo en automático, todo le era borroso. Creyó escribir la carta de forma legible, trató de tomar algo pero el dolor junto a la tos se lo impedían, por lo que lo mejor fue irse sin nada. Hallaría un lugar donde arrancar esos pétalos de su sistema, por ahora solo corrió lejos de la Cofradía.

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Por su parte Kyojuro se alejaba de ese árbol con una sonrisa brillante, sus ojos se posaron en una hoja, le pidió adelantarse al menor; con curiosidad de acercó para tomarla, al abrirla notó que era dirigida a él así que la leyó, sus mejillas se  calentaron ante tales palabras. Buscó con la mirada a quien le pertenecía pero no halló a nadie. Se la guardo en el bolsillo, no quería olvidar palabras tan lindas, como si lo impulsaran a seguir luchando y sonriendo.

Llevó a Tanjiro a su hogar solo para hablar mejor las cosas, dentro el menor se maravillaba con todo lo que había, una cosa llamó su atención.

—¿Y esa mascara, Rengoku-san? Son iguales a las que hace el señor Urokodaki —¿Por qué el Pilar de la Flama tendría algo así.

—Oh, eso. Es un obsequio de Tomioka —Se acercó a examinarla —Es algo muy preciado para mi —Su sonrisa se suavizo al recordar por qué le fue dada.

Era tras una misión, un de las más difíciles a su parecer, su animo no estaba al cien debido a que en su lucha el demonio hirió de gravedad a una mujer que ahora luchaba por su vida. No se perdonaría el no haberla protegido como se debía. En sentido contrario venía el Pilar del Agua, igual regresaba de una misión. Al verlo lo saludo con su típica sonrisa pero el azabache notó algo raro y decidió acercarse.