Conflicto por Ti Sanemi x Tomioka x Iguro

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Su pierna derecha se movía incesantemente arriba y abajo en un ritmo ansioso, no creyeron que la herida fuese tan grave como antes; por lo que les contó Tomioka su capacidad de regeneración era decente pero cuando Kocho lo vio se alarmó por el estado del cuello. Ahora ellos esperaban en el pasillo por noticias, ninguno se movería hasta saber del otro.

Ya por la tarde la mujer salía con una cara seria de la sala, se sorprendió de ver al Pilar de la Serpiente y el del Viento fuera del lugar, al momento de verla se acercaron con preguntas del paciente.

—Necesita descanso, perdió mucha sangre y la herida mantenía pedazos de metal dentro pero ya se arregló —Si todo salió bien, ¿por qué su expresión? —Solo una duda, ¿el demonio lo hirió de alguna forma?

—¿Por qué la pregunta? —No se podían dar el lujo de contarle a la mujer teniendo pleno conocimiento de su trató con los demonios y la rara relación con Tomioka.

—Nada, solo algunos rasguños —Los dejó pasar más ella se quedó en el pasillo en silencio, su mente sacaba teorías y conjeturas de lo visto en la operación, no tenía un buen presentimiento de la situación, se aseguraría de llegar al fondo del asunto.

Al abrir los ojos se vio en una sala blanca, sus ojos viajaron por toda la habitación hasta topar a las dos figuras en las sillas. Su cuerpo se sentía tan débil que no alcanzaba a levantarse por su cuenta, las imágenes de lo ocurrido anteriormente eran borrosas en su mente; al verlo despierto ambos se acercaron a su cama para comprobar si estado.

—¿Cómo te sientes? —preguntó preocupado Sanemi.

—Tengo hambre —Las veces en que ese lado suyo salió a la luz era acompañado más adelante por un hambre voraz. En ese momento queria comer —Carne —Eso preocupó mucho a los pilares.

—¿Qué clase de carne? —Iguro temía a lo que respondiera, pedía que fuese algo normal.

—Pescado, me gusta el salmón —Suspiraron aliviados de que no fuese otra clase de carne, a decir verdad no saber nada de sus capacidades asustaba.

—Necesitas recuperarte, pediremos que te traigan comida —Una de las pequeñas niñas de la Finca atendió el llamado  y corrió a la cocina.


[•]


Decir que tenía hambre era poco, los dos veían impactados como comía su quinta bandeja completa, todo sin parar para nada más que tomar algo de agua pero fuera de eso seguía dando grandes bocados a la comida. Su cara se veía embarrada por los restos de comida que no se molestaba en limpiar de sus mejillas, de repente y sin precio aviso la serpiente se desenrosca del cuello de su amigo para subirse a los hombros del híbrido, el reptil procedió a lengüetazos ir probando bocados.

—Hace cosquillas —Acarició al pequeño animal con cariño, a decir verdad siempre tuvo el deseo de hacer eso pies le daba curiosidad saber como se sentirían las escamas. Los perros no le agradaban del todo pero la serpientes eran otro tema.

—Puedo quitarla si te incomoda —Extendió el brazo para recogerla pero la Serpiente se negó a irse.

—Esta bien, me gusta —Kaburamaru se frotó su cabeza contra la mejilla haciendo sonreír al de ojos azules, eso era nuevo para ambos.

—Iguro y yo pensamos en algo —Giró si vista hacía ellos en señal de atención —, como no queremos que te descontroles nos encargaremos de vigilarte.

Un Pilar para TodosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora