Cap 20 Mi bebé

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Liam POV


Las horas se hacían eternas. La incertidumbre de no saber que estaba pasando en la sala de operaciones no me dejaba ni siquiera pensar. No necesito nada más que saber que estás bien. Saber que las dos están bien. Se abrieron las puertas de la sala, salía una doctora con una incubadora. Mabel y Roger se aproximaron corriendo a ver que pasaba. 

-¿Qué pasa? – decía Roger. 
- La bebé está bien – la doctora hizo una pausa – pero la llevaremos a cuidados intensivos, su peso aún está debajo de lo normal. 
- ¿Y mi hija? – dijo Mabel. 
- Le hicieron una transfusión de sangre. 
Mabel lloró con Roger. Luego se sentaron en frente de donde yo estaba. 
-Deja de llorar, Leila es fuerte, muy fuerte podrá con eso. 

Ojalá pudiese pensar tan positivamente. 
Seguían pasando las horas. Seguían siendo eternas, hasta que al fin salieron con una camilla. Ahí estaba Leila. Corrí a verla. 

-La llevamos a terapia intensiva. Le hicimos una transfusión de sangre – explicó, mientras llevaba la camilla la sala de terapia. 

Cuando ya estuvo ahí entré. 

- ¿Cómo está? – pregunté. 
- Tiene mucha suerte de estar viva, aún está bajo el efecto de la anestesia. 

Fui afuera un momento, no quería verla con la máscara puesta, ni sondas. Apareció la doctora que llevaba la incubadora y entró a la habitación. Salió con Mabel detrás de ella. 

-Acompaña a la doctora – dijo dirigiéndose a mi – Ve a ver a tu hija – dijo con una sonrisa débil. 
-E… está bien – intenté sonreir. 

Me llevó hasta la sala de neonatología.


-Pasa. Por aquí – dijo llevándome en dirección en donde estaba la incubadora – lávate las manos – sonrió y me dio un desinfectante de manos – Es ella – dijo señalándome la incubadora. 

Aún no lograba hacerme a la idea de que iba a ver a mi hija. Por primera vez. Ni siquiera había presenciado una ecografía, no sabía nada. ¿Y si lo que veía no era lo que imaginaba? Tomé el valor para acercarme, y la ví ahí, tan pequeña, tan frágil. 

-En muy poco tiempo podrá dejar la sala – dijo la doctora. Me sequé la lágrima que caía por mi mejilla, avergonzado – Eh, no te preocupes, los hombres también lloran. 
-¿Puedo…tocarla? 
- Por supuesto - dijo - muy suavemente - Metí la mano en una pequeña ventanita de la incubadora y la bebé inmediatamente se aferró a mi dedo. 
- Es…hermosa…- dije sin poder evitar sonreir.

I wanna wake up |cancelada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora