Mamá había insistido en comprar un vestido y zapatos para la fiesta de graduación, no me sentía muy cómoda con la idea, hacía muchísimo no usaba tacones y no me sentía muy cómoda usando un vestido. Pero no tuve opción así que me llevó a una tienda y elegí un vestido simple, color celeste. Solo tenía tirantes y era largo hasta las rodillas. Los zapatos eran color nude, seguro mamá pensaba que los usaría otra vez. Obviamente, Liam pasó a buscarme
La fiesta era en el salón de actos del colegio, estaba todo adornado para la ocasión, la música me ensordecía y no lograba ver nada. Ni siquiera podía encontrar a Kate, hasta que me di vuelta y la vi entrar del brazo de un chico, aunque no lograba ver quién era.
-¡Leila! – gritó y corrió a abrazarme – Estás hermosa… - el chico se acercó y era…
-¿Qué haces con él? – le pregunté, estaba con Mateo, un chico que iba a otra clase.
- Me invitó, y acepté – se encogió de hombros – No iba a esperar a que venga Patricio ¿O si?
- ¿Están saliendo?
- ¿Con Mateo? No, solo vinimos juntos al baile.
- Claro que sí – bromeó Liam. El chico se acercó y nos quedamos callados.
Bailamos durante un rato con nuestros compañeros. Luego pararon la música para dar las medallas de “premios”. Creo que inventaron una nueva categoría porque yo gané la de “Mejor mamá” y Liam la de “Mejor papá”. Kate se ganó la de “Compañera más divertida”.
Aunque aun era temprano, ya estaba cansada, así que le avisé a Liam que me iría.
-Te llevo – insistió.
- No. Quédate, puedo decirle a papá que venga a buscarme.
- No me molesta llevarte…
- ¿No voy a convencerte de lo contrario?
- No…
- Entonces… Está bien…
…
-¿Te dieron horario de llegada? – preguntó cuando estábamos en el auto.
- No realmente.
- ¿Quieres venir a casa? Mis papás no están…– dijo y al momento pareció arrepentido de que aquellas palabras salieran de su boca – Disculpa, creo que no me expresé bien…
- No, entiendo a lo que quieres llegar – me mordí el labio tímidamente.
- No pretendía eso – rió, nervioso.
- No te preocupes, vamos a tu casa, aún es temprano – habíamos ido al baile a las nueve de la noche, y eran apenas las once.
- Bien – sonrió.
A los pocos minutos llegamos a su casa. Cuando entramos:
-¿Puedo sacarme los zapatos? No estoy acostumbrada y están matándome.
- Claro – sonrió – Voy a mi habitación, ya vengo.
- Voy contigo – la habitación de Liam quedaba a unos pasos de la sala de estar.
- ¿Qué tal lo pasaste? – preguntó – En la fiesta…
- Oh, bien – musité ¿Por qué sonábamos tan incómodos? - ¿Y tú?
- También… - respondió sin pensar y se sentó en la cama – No entiendo porque parecemos incómodos – rió.
- Tampoco lo entiendo – me senté a su lado. Era la primera vez en mucho tiempo que estábamos completamente solos.
Liam se acercó a besarme y yo enredé mis dedos en su cabello mientras el me besaba el cuello. ¿Estaba por pasar? Comenzó a desprenderme el cierre del vestido y levanté mis brazos en un acto reflejo para que me lo quitase, luego desprendí su camisa mientras acariciaba su espalda y se la quitaba. Nos recostamos en la cama mientras no dejaba de besarme.
-¿Estás segura?
- Más segura que nunca – dije y volví a besarlo.
…
Me desperté abrazada al pecho de Liam. Busqué mi celular en la oscuridad hasta que lo encontré en la mesita de luz. Miré la hora, eran las cuatro de la mañana, seguro nuestros compañeros seguían en la fiesta. Me levanté para ir al baño, Liam se despertó y prendió la luz.
-¿Qué hora es? – preguntó frotándose los ojos.
- Las cuatro…
- ¿Te llevo a casa?
- No. Voy a avisarle a mamá, no te preocupes. Solo iba al baño…
- Espera – buscó algo debajo de la almohada, un pantalón, se lo puso y se levantó al armario. Nunca me había fijado hasta ahora, pero Liam tenía la espalda como si hubiese estado ejercitándose. Sacó una remera – Ponte esto, no vas a andar así. Seguro mis papás ya están aquí – sonrió.
- ¿Estás haciendo ejercicio? – pregunté sin prestar atención a la remera que me había dado.
- Si, algo parecido ¿Por qué?
- Tu espalda – dije y me avergoncé. Solo sonrió.
Me puse la remera, me quedaba casi hasta las rodillas, y fui hasta el baño. Me lavé la cara y me miré en el espejo. Me veía diferente, me sentía diferente. Pero me sentía diferente y me sentía bien con eso. Creo que estaba feliz.
Volví a la habitación, Liam tenía mi celular.
- Es tu mamá – me pasó el celular.
- ¿Pasa algo? – dije.
- No, solo quería saber si querías que fuese a buscarte…
- Ah, no, mamá. Estoy en casa de Liam…
- Ah – se quedó un rato en silencio.
- Si quieres voy…
- No te preocupes – escuché una pequeña sonrisa – todo está bien…
- ¿Iara?
- Está bien… no te preocupes. Ven por la mañana, ahora no es seguro.
- Está bien.
- Adiós – colgó.
-¿Está todo bien? – preguntó Liam.
- Si… Creo que mamá sabe lo que acaba de pasar – Liam rió por lo bajo.
- Te quiero – me besó en los labios.
- Creo que yo te quiero un poquito más – sonreí.
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I wanna wake up |cancelada|
Teen Fiction¿Qué pasaría si quedas embarazada a los 16 años? ¿Cómo afrontar una responsabilidad tan grande tan corta edad? Ésto es lo que le ocurre a Leila, su vida "casi normal" da un giro inesperado cuando, luego de dos meses de haber pasado una noche con Lia...