veinte

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omnisciente

tragedia.

esa fue la primera palabra que se cruzó por la mente de hyunjin al ser anunciado su compañero de proyecto final. maldijo a todo y a todos, a la profesora, a changbin, a sí mismo y por qué no al ministerio de educación.

hacía un tiempo que changbin ya no le decía cosas inapropiadas y no sabía el por qué de su tan repentino cambio de actitud, ahora por otro lado, estaba más callado y tranquilo. ya no tiraba bolitas de papel al tacho de basura solo porque le daba flojera levantarse y tirarlo como una persona civilizada haría. tampoco lo había visto llegarse al gimnasio para sacar una pelota sin permiso y ponerse a jugar con sus igual de desastrosos compañeros en el patio.

simplemente changbin ya no era changbin.

no se quejaba mucho, era un alivio en realidad pero al mismo tiempo en él se retenía la curiosidad como pájaro metido en jaula, ¿a qué se debía el cambio?

por su parte changbin pasaba las mañanas y tardes en compañía de la amigable minatozaki sana, con las caminatas que daban por todo el colegio los rumores brotaron como esos porotos que te hacían germinar en tercer grado. igualmente a changbin le chupaban un huevo, mientras ellos supieran que eran solo amigos le importaba un bledo lo demás.

y hablando de eso, con el tiempo sana supo entender que su amor platónico no era más que una simple fantasía, siendo una chica sin muchos amigos no pudo evitar desarrollar sentimientos por changbin, que cumplían su función disfrazando un terrible sentimiento de soledad.

─ a quién verga le importa si compraste un par de doritos rancios pedazo de puto pasame las fotos.

volviendo a la actualidad, los nuevos mejores amigos estaban sentados en el patio de la escuela enviando audios a su nuevo amigo, el mismísimo yang jeongin.

para ser francos ni recordaban cómo había comenzado esa amistad, jeongin llegó un día a casa de changbin con una maqueta a medio terminar y pegamento seco en los dedos. ese día dos compañeros y una chica random se propusieron a termina una maqueta del sistema respiratorio, allí comenzó una historia de amigos y obviamente muchas peleas estúpidas, porque sana tenía un samsung del año del pedo y jeongin como hijo único y medio cheto un iphone 12 lo que llevaba a ambos a pelear porque la pelirroja se la pasaba tomándose fotos y el peliazul se rehusaba a enviárselas.

que molesta que sos hermana, tanto teñirte el pelo te quemó las neuronas.

respondió el menor de los tres en otra nota de voz mientras que changbin se retorcía a carcajadas con unas cuatro gomitas en la boca que ni pudo tragar por la cantidad de estupideces que hablaban sus amigos.

─ callate tincho de la salada si me teñí tres veces nomás vos ya tendrías la cabeza lustrada de la cantidad de veces que te machacaste el pelo.

─ bueno loco tampoco para tanto.

a pasos lentos pero precisos llegaba el menor de los tres cargando una bolsa y su mochila, minatozaki dejó un espacio entre su cuerpo y el de changbin, sin dejar de lado el hecho de que las piernas del mismo le servían de almohada. cambiaron de tema guiando este a la fiesta de fin de año que haría la hwang mayor.

no era sorpresa que yeji tendría muchísimos invitados, siendo una chica súper amable y linda. changbin solo pensaba en el momento en que llegue al hogar de los hwang y tuviese que hacer como si no pasara nada cuando chan se acercara a besar al dueño de la casa. un escenario totalmente innecesario para su salud mental.

piropos † changjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora