Capítulo 40: Movimientos

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En una de las tantas casas Ciudad Rocavelo, el lucario guardián de la diamansfera y la glaceon miembro de Mitsuzō Sake se encontraban durmiendo pacíficamente, abrazándose mutuamente en una muestra de afecto inocente, hasta que un tercero irrumpió en la habitación para sacarlos de su sueño.

— ¡BUENOS DÍAS! — Grito Boshū con mucho entusiasmo entrando al cuarto de sus nuevos aprendices para así despertarlos de golpe — ¡YA ES HORA DE ENTRENAR CHICOS!

Contrario a lo que el lucario mayor esperaba, sus estudiantes ni se inmutaron por su grito, si no que despertaron poco después por simple costumbre, después de todo, Kido los tenía acostumbrados a levantarse a esas horas, al despertar, ambos terminaron mirándose a los ojos.

— Buenos días, Mery — El lucario joven le sonrió amablemente a su compañera de equipo y rival con un ligero rubor en su cara, simplemente producto de lo avergonzado que se sentía por dormir junto a ella de ese modo a pesar de que le gustaba hacerlo.

— Bu-buenos días Kinzo — Contestó la glaceon devolviendo el saludo algo nerviosa y con un sonrojo bastante notorio.

— ¿Estás bien? Te noto demasiado roja... — Respondió Kinzo al notar el curioso cambio de su compañera — ¿Estás enferma o algo?

— ¡¿Eh?! ¡No no no no! Estoy bien solo emmm tengo calor— Replicó Mery excusándose de su extraño rubor mientras reia nerviosamente, ni siquiera ella tenía una respuesta clara sobre eso de momento, pero no quería que su compañero se preocupara innecesariamente — (¡¿Pero que me pasa?!).

— . . . Bueno está bien — El lucario menor se conformó con dicha respuesta y procedió a levantar un poco su torso, logrando ver al lucario mayor con un claro rostro de aburrimiento — oh buenos días Boshū, no te había visto.

— Hola... — Dijo Boshū quien miraba la escena con algo de decepción al no haber logrado su cometido — Solo... Vamos a desayunar, así podremos iniciar con el entrenamiento.

Luego de decir esto el lucario de la cicatriz salió de la habitación y tanto la glaceon de la bandana como el lucario de la bolsa se levantaron de la cama y lo siguieron hasta la puerta hacia la derecha de la sala, lugar en el que al entrar pudieron ver qué se ubicaba un comedor bastante simple, solo contando con unas cuantas alacenas, una mesa y 3 sillas, debido a la presencia de algunos espacios en donde el tapiz de la pared se veía más claro que el resto, se notaba que en algún tiempo pasado hubo más muebles en dicho lugar, Mery y Kinzo se sentaron en 2 de las sillas alrededor de la mesa para que luego Boshū sirviera los platos y colocará una modesta cantidad de bayas en ellos, luego de que los 3 terminarán con su comida, el lucario mayor fue a su cuarto y tomó la tarjeta llave del dojo, una vez con este objeto en posesión los 3 salieron y abrieron la puerta del local antes mencionado, entrando al lugar para comenzar con su rutina de entrenamiento.

— Muy bien, lo primero que tendrán que hacer será meditar por un par de horas — Dijo Boshū mientras dejaba la tarjeta llave de su dojo en uno de los cuadriláteros del lugar — así que pónganse cómodos porque esto será algo largo.

— ¡¿2 horas?! ¡Eso es demasiado tiempo! — Protesto Kinzo ante las horas propuestas por su maestro para la meditación — Sé que es importante y todo eso, pero yo ya controlo mi aura bien, ¿No podemos pasar directo a las MT's y el combate?

— Descuida, con cada lección se irán acortando los tiempos de meditación estática — Aclaró el lucario al notar las quejas de su alumno, soltando una ligera risa por lo cómicamente familiar que resultaba la situación — esto solo será para comprobar su concentración, luego iremos a lo físico.

— Bueno, usted ya había dicho que la meditación era la parte más importante de este entrenamiento — Comentó Mery sentándose y cerrando los ojos, pues al ser cuadrúpeda tampoco había muchas otras poses que pudiera adoptar para la meditación — así que no es de extrañarse que nos dé bastante tiempo para meditar.

Pokecuento: Cambiar al mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora