Poco tiempo después de desmayarse en los brazos de su salvador, aquella shinx que había sido brutalmente atacada por un trio de starly en su fallido intento por conseguir algunas bayas, estaba abriendo lentamente sus ojos, encontrándose en un ambiente completamente desconocido para ella, el cual era el centro pokémon de Pueblo Arena, siendo más específicos, ella estaba acostada en una cama de hospital, en un cuarto ubicado en la parte trasera del centro pokémon, cuyas paredes tenían tonos mayormente naranjas, estaba bastante confundida, no solo por la habitación en la que se encontraba y lo mucho que está contrastaba con los entornos naturales en los que vivió toda su vida, sino también por el hecho de que sus heridas habían sanado casi por completo, a penas y podía sentir una leve incomodidad de algunos de los rasguños que los starly le dejaron, cuando volteo a su derecha para inspeccionar con más detalle su entorno, pudo ver a 2 humanos, el primero era el joven castaño que la había salvado, el cual cabe resaltar, ahora tenía una gasa y una bandita cubriendo su ojo morado, mientras que la otra era una mujer de pelo rosado y piel clara, la cual vestía un uniforme de enfermera rosa y blanco, ambos sonrieron alegremente al ver despertar a la pokémon.
— ¡Al fin despertaste! — Exclamó el humano más joven con alegría — De nuevo, muchas gracias por atendernos, enfermera Joy.
— No hay nada que agradecer pequeño solo hago mi trabajo — La enfermera le sonrió al joven alegremente — fue algo noble de tu parte traer a una pokémon salvaje aquí, muchos los dejan a su suerte por más graves que estén.
— Solo sentía que no podía dejarla allí — Respondió el castaño viendo a la shinx con una sonrisa, sin embargo, está vez dicha sonrisa reflejaba algo de tristeza — sé cómo es estar en problemas y que no te ayuden, no podía solo dejar que alguien más pasará por lo mismo.
— Dijiste "dejarla" — Comentó la enfermera Joy un tanto impresionada — ¿Entonces sabes que ella es una hembra?
— Claro, en mi clase del lunes vimos las diferencias de sexo de algunas especies de pokémon — Afirmo el joven con la gasa en el ojo para luego proceder con su explicación — los shinx machos tienen pelaje de color negro en sus patas traseras, pero cuando usted la recostó en la cama pude ver qué el pelaje de sus patas es celeste y solo las shinx hembras tienen pelaje celeste en las patas traseras.
— ¡¿Eh?! — Al oír este dato por parte del humano, la shinx se levantó y miró sus patas traseras, fijándose que tal como dijo, tenían pelaje celeste, quedando algo impactada pues nunca se fijó en aquel detalle — Yo jamás me di cuenta de eso...
— Pues parece que ella no lo sabía — Dijo la enfermera soltando una pequeña risa ante los gestos de impresión de su paciente.
— Pues sí, eso fue casi lo mismo que dije... — Afirmó la shinx un tanto confundida por las palabras de la enfermera — ¿Me están escuchando?
— Parece que ya está recuperada — Supuso el castaño al oír lo que para él eran simples gruñidos por parte de la pokémon y ver cómo está se movía con normalidad — se nota que las pociones son muy efectivas.
— Así es, parece estar mucho mejor — La enfermera Joy miraba con detenimiento a la pokémon, la cual estaba a punto de protestar por cómo desde su perspectiva estaban ignorándola, más fue la enfermera quien habló primero — creo que con su estado actual ya puede volver a la naturaleza.
¡¿Volver?! — Está palabra asustó de sobremanera a la shinx, pues sabía que si volvía con su manada sin haber recolectado nada su padre le haría cosas horribles, y si trataba de vivir por su cuenta siendo tan débil no duraría mucho e incluso su manada podría encontrarla, por lo que inmersa en un profundo miedo aquella pokémon comenzó a temblar y sus ojos se humedecieron — No... No... No...
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Pokecuento: Cambiar al mundo
Phiêu lưuEsta es la historia de un joven shinx, el cual luego de afrontar una amarga tragedia se vera envuelto en un conflicto en donde no solo luchara por su vida, si no que tendrá que cuestionar las razones por las que lucha y la moralidad de su sociedad...