Capítulo 37: Abuelos...

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A diferencia de Mery y Kinzo, cuyo viaje fue extremadamente corto y sencillo por la cercanía de Ciudad Rocavelo en relación a Ciudad Corazón, el recorrido de Shine, Amai y Seki fue considerablemente más problemático, no sólo por tener que atravesar el Monte Corona, sino también debido a la propia Amai, pues por su especie y aspecto atrajo varias miradas de rechazo y palabras poco agradables de escuchar de parte de muchos pokémon, aunque para su suerte, está vez nadie se atrevió a atacarlos, finalmente luego de algunas horas, cuando ya estaba atardeciendo, el equipo pido la ruta 201, estando muy cerca de llegar a su destino.

— Bueno, según el mapa, luego de esta ruta está el pueblo — Dijo la absol de la cicatriz algo cansada mientras veía a su compañero — espero que tu familia no reaccione mal... A mí...

— No te preocupes Amai, yo me encargo de eso — El luxio del collar sonrió a aquella absol para darle confianza — mis padres no tenían problema con los shinies ni los absol, así que no creo que la familia de mamá los tenga.

— Si tú lo dices... — Amai dudaba un poco respecto a lo que su compañero decía, pero decidió confiar en él — Supongo que tienes razón.

La pequeña conversación entre el luxio y la absol fue interrumpida por el grito de una voz en las cercanías.

— ¡Déjenme en paz! — Fue el grito que emitió esa voz aparentemente femenina, se podía percibir su desesperación — ¡Por favor no se lo lleven!

— ¿E-ese fue el grito de una pokémon? — Pregunto Amai un tanto nerviosa por lo repentino de la situación.

— Eso creo... — Comentó Seki, rompiendo el silencio que había mantenido durante todo el trayecto — Creo que está cerca porque se escuchó muy fuerte...

— Parece estar en problemas — Dijo Shine con una mirada sería — deberíamos ir a ayudar.

La absol de la cicatriz asintió tomando algo de valor, sabía que su compañero se tomaba muy enserio el ayudar a los demás y su intención era ayudarlo a él, mientras Seki asintió levemente, aun no podía asimilar lo que había ocurrido con su padre, pero él había fundado un gremio para ayudar a otros... Supuso que estaría de acuerdo en ayudar a alguien necesitado, una vez con los 3 integrantes del grupo de acuerdo, prosiguieron con su camino acelerando el paso, encontrándose con una sorpresa bastante peculiar, una breloom estaba siendo atacada por un unos 3 murkrow mientras otros 2 sostenían un saco bastante grande el cual llevaban hacia una honchkrow shiny.

— ¡Ay! ¡Ya dejen mi mercancía! — Protesto la breloom mientras recibía picotazos por parte de los murkrow cercanos a ella — ¡Trabajé mucho para traerla aquí!

— ¡Pues qué lástima! — Dijo uno de los murkrow que sostenía la bolsa en tono burlón — Vimos que traes cosas brillantes en esa bolsa.

— Ahora tus cosas brillantes son propiedad de Chieko-sama — Dijo el otro murkrow que sostenía el saco mientras con ayuda de su compañero la dejaba cerca de su ama — aquí tiene, mi señora.

— Muchas gracias, chicos, venderé algunas cosas de esta bolsa por muchas monedas y le daré una moneda de las más brillantes a cada uno — Al oír eso los murkrow sonrieron con gran felicidad mientras su lideresa reía con malicia — (Qué fácil es engañar a estos imbéciles con un par de moneditas para que me den cosas de valor y quedarme con la mayoría dinero para comprar bayas de alta calidad).

Al ver dicha escena, Shine fue el primero en intervenir, usando impactrueno contra los 3 murkrow que atacaban a la breloom y debilitándolos de inmediato, luego Seki utilizó el movimiento lanzallamas para debilitar a los murkrow cerca de la bolsa.

— ¡¿Pero qué rayos?! — La honchkrow de color rosado volteo a ver de dónde vinieron esos ataques, encontrándose con el luxio y la vulpix que identifico como los atacantes de sus secuaces, acompañados de una absol de tonalidades rojizas — ¡No se metan en donde no los llaman!

Pokecuento: Cambiar al mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora