Pokecuento: Cambiar al mundo

Capítulo 27: Verdad

Todos estaban impactados ante la historia que el jolteon shiny acababa de contar, con excepción del "drapion" que vigilaba al grupo de la diamansfera, el cual solo fingía sorpresa, pues conocía con lujo de detalle aquella historia por parte de su líder, aunque la reacción más curiosa era la de la joven vulpix, cuya expresión normalmente feliz había cambiado hace un rato a una mueca que reflejaba seriedad y algo de tristeza, producto de una deducción que hizo ella misma...

— Entonces... Es por eso que Mirai no Hikari busca las gemas de los legendarios — Mery se encontraba algo satisfecha al por fin saber la razón tras la búsqueda de ese infame gremio — aunque no es lo que pensábamos no deja de ser bastante peligroso.

— Eso explica lo de "el mundo justo que crearemos" que dijo ese pokémon — Dijo Shine citando las palabras de Twilau antes de su combate — era muy enserio...

— Pero si te dijeron que no te metieras ¿Por qué nos entrenas? — preguntó Kinzo algo confundido al respecto.

— No podía quedarme sin hacer nada — Respondió Kido ante dicha pregunta — al ver que ustedes buscaban al gremio para detenerlo, pensé en entrenarlos para poder ayudar al menos indirectamente, después de todo, si no sabían que yo estaba con ustedes no pasaría nada.

— Por eso te fuiste con Seki antes de la pelea con el líder del cuarto escuadrón... — La glaceon por fin encontró sentido a aquella acción que en su momento se vio muy sospechosa.

— Y por eso no peleó contra la absol — Comentó Amai a quien le había extrañado que el jolteon no interviniera en la pelea anterior.

— Papá... La ninetales de la que hablaste en tu historia se llamaba como yo... — Dijo Seki en un tono que, al igual que su rostro reflejaba seriedad y tristeza — Entonces ¿Ella era...?

— Si... Ella era tu madre... — El jolteon respondió a la pregunta de su hija, su rostro en dicho momento reflejaba tristeza y algo de culpa — Yo...

— Pero... Tu habías dicho que ella estaba trabajando en otra región... — Lágrimas comenzaron a caer de los ojos de la vulpix — Dijiste que nos iba a visitar cuando tuviera tiempo...

— Seki... Yo... Solo quería que fueras feliz... — Respondió el jolteon sintiéndose aún más culpable al ver las lágrimas de su hija — Cuando preguntaste por tu madre solo... Pensé que sería muy cruel decirte lo que pasó siendo tan pequeña... Pensaba decirte la verdad cuando fueras un poco mayor...

— Entonces... ¿Por eso te ponías triste cuando hablabas de ella? — Preguntó Seki sorprendiendo enormemente a su padre, pues no esperaba que ella lo hubiera notado — Cuando llorabas dormido y decías mi nombre... ¿Soñabas con mamá?

— (Entonces no mentía cuando decía que le pasaba a veces...) — Pensó Shine recordando las palabras de su sensei cuando lo despertó de una pesadilla.

— Sí... yo la verdad aún no termino de asimilarlo — Confesó Kido con tristeza — todo fue tan repentino que aún me cuesta un poco aceptarlo...

— Yo... Iré a mi cuarto... — Comentó la pequeña vulpix dirigiéndose a la base del gremio que los acogía, aun con lágrimas en los ojos, pues la revelación de su padre le había caído como balde de agua fría — Ya no quiero entrenar hoy...

— Mejor démosle un tiempo para asimilarlo — Dijo Mery sintiendo algo de lástima por la vulpix, pues ya había pasado por algo similar hace mucho — con el tiempo se calmará.

— Yo iré a buscar una lockball — Dijo Henkan con seriedad mientras se retiraba — necesitamos una para el jolteon.

— ¡Alto! ¡No es necesario capturarlo! — Exclamó Mery con firmeza — Él no ha cometido ningún crimen.