Capítulo 55: Aoi

183 16 6
                                    

El paso del tiempo hizo que las cosas mejorarán para Boshū y sus hijos. La idea de Joyce de usar el gimnasio como un dojo resultó ser bastante lucrativa, especialmente porque el grueso de los habitantes de Ciudad Rocavelo eran pokémon de tipo lucha, quienes por naturaleza disfrutan de entrenar y superarse. Rápidamente aquel negocio se hizo de renombre y algo de prestigio no solo en la ciudad, sino en toda la región debido a la efectividad de los entrenamientos de sus 3 maestros: Boshū, el más experimentado y aquel capacitado para entrenar a otros pokémon en el camino de la megaevolución, siempre y cuando estos contarán con las megapiedras que les corresponden, Joyce, quien pese a ser algo terco y tener un aura que a duras penas podía mantener estable, no dejaba de ser un habilidoso luchador cuerpo a cuerpo, bastante solicitado para los combates de práctica dentro del dojo, Lune, la más joven de la familia y última instructora del dojo, aunque a menudo era subestimada por los nuevos debido a su aspecto joven y débil, no tardaba en cerrar bocas mostrando sus sorprendentes habilidades, siendo la indicada para ayudar a otros pokémon con el aprendizaje y manejo de movimientos, principalmente movimientos físicos de tipo lucha, cabe destacar que su nueva posición y el respeto del que le dotaba le había hecho recuperar algo del orgullo y confianza que había perdido debido a los abusos de madre. Las cosas estaban yendo más que bien para la pequeña familia, sin embargo, eso comenzaría a cambiar en un día concreto, justo cuando se cumplían 2 años desde la llegada de la familia a Sinnoh.

Era una tarde como cualquier otra, ya casi estaba anocheciendo por lo que quedaban pocos pokémon en el dojo, el padre de familia y dueño del local se encontraba meditando al fondo del establecimiento en compañía de un gengar y una mismagius, ambos portando collares con una gengarita y una piedra activadora respectivamente, entrenando a estos para lograr la megaevolución, el hijo mayor por su parte estaba sentado en uno de los cuadriláteros del lugar mientras un toxicroak le aplicaba algunas pociones, ambos tenían algunas heridas menores, prueba del arduo combate de entrenamiento el cual habían finalizado hace poco, por último la hija menor se encontraba ayudando a un meditite a dominar un movimiento, practicándolo frente a unos sacos de boxeo ubicados cerca de una pared del gimnasio.

— Realmente es muy sencillo, solo debes relajarte, mantener una postura firme y enfocar tu poder en tu palma, así — Luego de explicar eso, Lune concentró su fuerza en su palma derecha y golpeó el saco de boxeo frente a ella, el cual se balanceó hacia atrás por el impacto hasta que ella lo detuvo con sus brazos — y eso es todo lo que necesitas para usar un palmeó.

— Bien creo que ya lo tengo — Dijo el meditite antes de imitar los movimientos de su joven instructora, respirando hondo y concentrando su fuerza en su palma para golpear el saco de boxeo, ejecutando el movimiento palmeó y haciendo que el saco de boxeo frente a él se moviera violentamente hacia atrás — ¡Lo hice!

La emoción del meditite fue efímera pues a los pocos segundos el saco que golpeo se balanceó hacia él, regresándole el golpe tirándolo al piso.

— Auch... — El joven tipo lucha/psíquico cayó al suelo algo adolorido, mientras la riolu soltó una risa nerviosa al ver la escena.

— Bueno, lo bueno es que palmeó hace retroceder así que el otro pokémon no debería regresarte el ataque tan rápido — La joven tipo lucha le tendió su pata a su alumno para ayudarlo a levantarse, cosa que este aceptó, estrechando la mano de su contraria y levantándose con una sonrisa — lo hiciste perfecto, solo recuerda que cuando le pegas a una de estas cosas se te puede devolver.

En ese momento, la puerta se abrió llamando la atención de todos los presentes, con excepción del grupo que estaba meditando, desde su distancia nadie pudo apreciar a ningún pokémon, pese a que la puerta en teoría solo se abre con el tacto de uno, al acercarse para ver quién había abierto la puerta, pudieron ver a un pokémon... Peculiar...

Pokecuento: Cambiar al mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora