Capítulo 42: Megaevolución

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En el actual dojo de entrenamiento de Ciudad Rocavelo, el lucario protector de la diamansfera y la glaceon miembro de Mitsuzō Sake se encontraban corriendo alrededor del gimnasio bajo la mirada de su maestro, estos 2, a parte de la bolsa y la bandana que los caracterizaban, llevaban en sus muñecas y tobillos unas pesas de entrenamiento de color negro similares a gruesas pulseras de acero, las cuales, pese a verse muy pequeñas, aparentemente pesaban mucho, pues se notaba como a ambos pokémon les costaba demasiado moverse y estaban muy sudados por el esfuerzo físico, de hecho, tal era el cansancio que sentían el tipo lucha/acero y la tipo hielo que cayeron al suelo en pocos segundos.

— Oh vamos ya casi terminan la 49... — Boshū veía a sus estudiantes con algo de diversión — Si no siguen bien el entrenamiento ¿Cómo piensan hacerse fuertes?

— ¡¿CÓMO PIENSAS QUE NOS MOVAMOS CON ESTÁS COSAS?! — Grito Kinzo notoriamente molesto respecto al nivel de exigencia de su maestro — ¡Son demasiado pesadas! ¡Fue difícil hacer 49 vueltas y quieres que mañana hagamos 100!

— Si... Es... Mucho... Peso... — Agregó Mery entre jadeos pues ya estaba prácticamente acabada — No... Puedo... Más...

— Les recuerdo que esté es el entrenamiento más intenso, solo así podrán lograr fortalecerse lo suficiente en 6 meses — Dijo el lucario mayor con seriedad — pero bien, igual una sola vuelta menos no hace mucha diferencia, pónganse a meditar otras 2 horas.

— Está bien... — Con dificultad, la glaceon de la bandana acercará sus patas delanteras a su compañero — Kinzo me puedes quitar las...

— Esperen esperen esperen, nada de quitarse las pesas — Dijo Boshū con autoridad — van a meditar con ellas puestas.

— ¡¿Qué?! ¡¿Pero cómo esperas que hagamos eso?! — El lucario de la bolsa protestó nuevamente ante su entrenamiento — ¡Va a ser difícil concentrarnos con todo este peso encima!

— Y esa es justo la idea, tonto, si se acostumbran a meditar y hacer otras cosas con ese peso, les costará mucho menos cuando ya no lo carguen — Explico el lucario de las cicatrices mirando a sus estudiantes — por eso a partir de ahora van a usarlas en todo momento.

— ¡¿Incluso para comer y dormir?! — Pregunto incrédulo Kinzo recibiendo por respuesta de su maestro un "si" al asentir con su cabeza — ¡Debes estar bromeando!

— ¿Eso no es muy excesivo? — Mery dudaba un poco de esta parte de su entrenamiento — Parece algo sacado de un libro de ficción o algo así...

— ¡Oh vamos, claro que no! ¡Mis entrenamientos los creé yo con puro ensayo y error! (Ojalá no descubra que lo vi en un libro con dibujos de los tiempos humanos) — Boshū se hacía el ofendido para encubrir la verdad sobre aquella idea de entrenamiento — Ahora dejen de perder el tiempo y pónganse a meditar.

— Ahg bueno... — Resignándose a cumplir con el entrenamiento, pues era su única oportunidad de alcanzar la megaevolución, Kinzo se sentó colocándose en su posición de meditación con algo de dificultad e intentando concentrarse para meditar.

Por su parte la glaceon también se sentó en una posición cómoda para intentar meditar, sin embargo, si ya le estaba resultando imposible concentrarse antes, ahora sintiendo peso en sus extremidades le era aún más difícil entrar en el estado de calma necesario para meditar, mientras que el lucario más joven, aunque tardó un poco más de lo habitual en lograrlo, no le costó demasiado entrar en un estado de gran concentración y sentir con facilidad las auras a su alrededor, el lucario mayor noto al instante como su alumna de tipo hielo era incapaz de meditar, por lo que pasadas las 2 horas, decidió tomar cartas en el asunto.

Pokecuento: Cambiar al mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora