Viendo cómo su plan cada vez se encontraba más cercano a su realización, Kurai comenzó a pensar en sus motivos, en las razones por las que quería cambiar la realidad, en aquellas cosas que había perdido hace mucho tiempo...
-Sinnoh, año 283 D.H. -
Al norte de Pueblo Caelestis había una zona boscosa habitada por diferentes especies de pokémon, pero si había una especie que destacaba de entre las demás, era una que, irónicamente, hacia sus esfuerzos por pasar desapercibida, una manada de absol los cuales habitaban un pequeño claro en los límites de esa zona, colindando con el mar de la región, quizás en este lugar los absol tenían que esforzarse más por mantenerse ocultos a diferencia de la otra manada que residía en el Monte Corona, pero a diferencia de estos últimos tenían una mayor facilidad para conseguir recursos, dentro de esta pequeña manada, el más joven de los absol era un pequeño cuyo nombre, casi como una broma cruel del destino, ya avisaba de la oscuridad en su futuro, uno al cual en este momento, durante una calurosa madrugada, estaba siendo buscado por su madre.
— ¿Kurai? — La joven madre absol buscaba a su cría con algo de preocupación en su voz mientras se adentraba entre los árboles del área — ¿Dónde estás?
En eso, un pequeño absol salió de detrás de un árbol y fue corriendo hacia su madre, quien apenas verlo lo abrazo y acarició su cabeza.
— Oh Kurai — La madre dirigió una mirada que expresaba su gran alivio al ver a su cría — te he dicho que no te alejes de mí y que no vayas al bosque.
— Pero mamá, quiero ver qué hay afuera... — Dijo el joven absol con leve molestia — Este lugar es muy aburrido...
— Lo sé mi niño, pero al menos es un lugar seguro — Respondió la madre acariciando a su cría con dulzura — desde siempre los absol hemos sido temidos y odiados, ahora que los humanos ya no están las cosas solo han ido a peor...
— Pero papá si puede salir... — Protesto Kurai ante las palabras de su madre.
— Porque él va a recolectar bayas con los demás, tú podrás hacerlo cuando seas un poco más grande — Replicó la madre para consolar a su hijo — solo se paciente... ¿De acuerdo?
— Bien... — Algo desanimado, pero sintiendo una leve sensación de confort en las caricias de su madre, aquel pequeño absol volvió junto a esta al centro del claro.
Aunque en ese momento apenas había una decena de absol más en el claro aparte de la madre y su hijo, al amanecer salieron otros 5 absol del bosque, entre ellos uno destacaba al no solo ser un poco más alto que sus congéneres, sino que además su cuerno en forma de medialuna, muy característico de los absol, estaba roto en la punta, inmediatamente al verlo, uno de los absol de la manada se acercó al que más destacaba.
— ¡Unmei-sama! ¡¿Cómo les fue en la recolección?! — Preguntó el absol desesperado a quien aparentemente era su líder — ¡¿Dónde están las bayas?! ¡No he podido cultivar nada con este clima! ¡Nos estamos quedando sin reservas!
Al ver la preocupación de uno de sus subordinados el líder solo suspiro con derrota bajando la cabeza.
— Me temo que no conseguimos nada, la ola de calor de su de este año fue más fuerte de lo que anticipamos — Contesto Unmei sintiéndose derrotado — es arriesgado pero lo mejor será expandir un poco nuestro rango de búsqueda y nuestros números para aumentar nuestras posibilidades de conseguir algo de comida, ¿Alguno se ofrece a ayudarnos?
El resto de los absol de miró entre sí con duda y miedo, todos estaban temerosos ante la idea de salir de su zona segura, a excepción de uno...
— ¡Yo quiero ir! — Dijo Kurai con decisión.
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Pokecuento: Cambiar al mundo
PertualanganEsta es la historia de un joven shinx, el cual luego de afrontar una amarga tragedia se vera envuelto en un conflicto en donde no solo luchara por su vida, si no que tendrá que cuestionar las razones por las que lucha y la moralidad de su sociedad...