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CAPÍTULO 18

CAPÍTULO 18

Mientras iban en el carro, Charly le explicó todo a Yeimy, desde su primera conversación con Caronte después que se entregara en donde le pidió que vigilara a Titano, hasta lo que había pasado en la cárcel y la petición de Caronte a cambio de darle información.

—¿A vos cómo se te ocurre hacer tratos con ese tipo? —preguntó Yeimy algo exasperada, no sabía si estaba más preocupada porque Charly tuviera tratos con aquel matón, asustada por Titano o molesta porque Charly hasta ese momento no le había dicho nada de sus tratos con Caronte.

—Princesa, tenía que hacerlo —se excusó Charly— vos no viste a Titano cuando lo atrapamos, había algo en su mirada, el tipo está loco. Yo necesitaba que alguien lo vigilara.

Era cierto, Yeimy apenas había reparado en Titano ese día, estaba demasiado preocupada en asegurarse de que Charly estuviera bien.

—¿Y tenía que ser el otro matón de Manin? Charly ese tipo es peligroso —argumentó Yeimy intentando mantener la calma — Y después de todo lo que me has contado, vos no podes confiar en él.

—¿Crees qué no lo sé? —preguntó Charly sarcástico, la situación empezaba a sobrecargarlo— Además ese carechimba fue el que mató a Silvia... Lo que menos quiero es que salga antes de la cárcel, pero tampoco tenemos otra opción. Titano no se puede quedar libre.

Yeimy dejó escapar un suspiro ante aquella declaración, Charly otra vez estaba haciendo todo lo que podía por protegerla. Aprovechó que él tenía la mano en la palanca de cambios y puso la suya sobre la de él, quien correspondió al gesto enseguida y entrelazó sus dedos.

—Yo solo... —empezó Yeimy a media voz— pensé que ya esto se había acabado Charly... que podríamos vivir nuestras vidas tranquilos.

—Vamos a poder hacerlo, princesa —dijo él intentando sonar más convencido de lo que estaba, mientras se llevaba su mano a los labios dejando un corto beso en ella— Se va a acabar, todo va a salir bien.

Ella asintió como respuesta, realmente quería creerle, pero aunque confiaba plenamente en él sabía que no podía mantenerlo todo bajo control y saberse de nuevo en peligro la llenaba de angustia. El teléfono de Charly sonó sacándola de sus pensamientos.

—¡Por fin! —exclamó Charly al ver de reojo el nombre en la pantalla antes de contestar el teléfono en altavoz.

—¿Qué pasó Charly? ¿Qué es tan importante? —preguntó Botero al otro lado de la línea.

—¿Vos sabes en qué clínica está Titano? —preguntó Charly a su vez.

—¿Usted cómo sabe que Titano está en una clínica?

—A ver mijo, eso no es lo importante —dijo Charly rodando los ojos— Titano se va a escapar, si no es que ya lo hizo.

—¿Usted de dónde sacó esa información?

—¿Pueden hablar de eso después? —intervino Yeimy cada vez más estresada— ¿Sabe o no donde está Titano?

Charly y Yeimy escucharon a Botero suspirar cansado y se miraron expectantes.

—Voy a ver que puedo averiguar y les mando la ubicación —dijo el comandante finalmente y colgó la llamada.

—Debe estar odiandonos —comentó Yeimy

—No, creo que lo que odia es que hagamos su trabajo mejor que él. —respondió Charly con una media sonrisa y ella se contuvo de sonreír también mientras intentaba mirarlo seriamente. —¿Qué? Es la verdad.

Yeimy negó con la cabeza divertida a pesar de que en el fondo estaba de acuerdo con él y dejó salir una pequeña risa, feliz de comprobar que aún en los peores momentos Charly podía hacerla sonreír.