CAPÍTULO 28

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CAPÍTULO 28

Charly manejaba desesperado siguiendo las indicaciones que les había dado Caronte, eran bastante específicas. era el tipo de lugar que nadie podría encontrar a menos que supiera específicamente que estaba buscando.

—Tiene que mantener la calma, Charly —le dijo Botero al notarlo alterado— si pierde el control esto podría salir muy mal.

—No, gracias por el consejo, mijo... —replicó Charly irónicamente— cómo si fuera tan fácil.

Sabía que Ángel tenía razón y estaba luchando por mantener sus emociones bajo control, pero la situación empezaba a sobrepasarlo, su hijo estaba en peligro y la conversación con Riquelme no dejaba de darle vueltas en la cabeza lo que hacía que se preocupara aún más. Rogaba internamente por que el chico hubiera logrado detener a Yeimy, se estremecía de terror solo al pensar en la mujer que amaba a merced de Titano otra vez.

Luego de lo que pareció una eternidad, Charly detuvo el carro, habían cruzado una carretera de tierra y estaban cerca de una casucha que podría parecer abandonada de no ser porque una furgoneta se encontraba estacionada justo al frente.

—Tiene que ser acá. —comentó Botero y ambos prepararon sus armas y salieron del carro.



No sabía donde estaba, pero eso era lo que menos le importaba en ese momento. La mañana era un recuerdo borroso, todo había pasado muy rápido, la furgoneta, los encapuchados, el viaje hasta ahí, había dejado de intentar poner en orden sus pensamientos. En ese momento lo que más le preocupaba a Irma era saber si Erik seguía con vida.

Poco tiempo después de que entraran en aquella casucha la había sacado a ella a rastras, había sentido verdadero terror cuando uno de aquellos hombres, ya sin capucha, la apuntó con una pistola. Cerró los ojos y se estremeció al escuchar el disparo, el grito de Erik desde el interior hizo que entendiera lo que estaban haciendo. Intentó gritar, hacer algún ruido, cualquier cosa para hacerle saber al chico que seguía viva, pero las cuerdas y la mordaza en su boca no le permitían hacer gran cosa.

Cuando vio como Titano y otro hombre sacaban a Erik de la casa, intento seguirles la pista pero poco tiempo después habían desaparecido de su rango de visión. Varios minutos pasaron e Irma estaba aterrorizada, la mirada que le lanzaba el tipo que se había quedado con ella la llenaban de asco y repulsión.

—El Pez Koi va a ser historia pronto... —dijo el tipo con una sonrisa siniestra— vos y yo podemos aprovechar el tiempo...

Irma cerró los ojos asustada al sentirlo acercarse, no quería ver el rostro de aquel hombre cerca del suyo, se estremeció al sentir el roce de sus manos pero al instante siguiente la presión desapareció, se atrevió a abrir los ojos y a pesar de que aún se sentía en peligro una leve sensación de alivio la recorrió al notar que había pasado.

Habían sido sigilosos al rodear la casa, pero en cuanto Charly reconoció a Meñeco y notó lo que pretendía hacer se abalanzó contra él apartándolo de Irma, le propino un golpe que lo dejó confundido en el suelo dándole tiempo suficiente a Botero para que lo inmovilizara, mientras Charly se encargaba de liberar a Irma.

—¡Irma! Pensamos que estabas muerta —decía Charly mientras soltaba sus ataduras y le quitaba la mordaza, la chica había empezado a llorar desconsolada dejando salir todas las emociones que sentía, Charly la abrazo con gesto protector, se alegraba de verla sana y salva pero en ese momento necesitaba saber de su hijo— ¡Erik! ¿Dónde está Erik? —urgió él haciendo su mayor esfuerzo por no sonar demasiado duro.

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