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EPÍLOGO

Un año después...

Despertó temprano aquella mañana, aunque Yeimy se sentía tan cómoda en ese momento que no estaba en sus planes levantarse pronto, su espalda estaba apoyada en el pecho de Charly y tenía su brazo abrazándole la cintura, su mano acariciándole suavemente el abdomen le hizo saber que él también estaba despierto. Se giró lentamente y una sonrisa somnolienta se dibujó en su rostro al encontrarse con esos ojos azules que la enamoraban cada día más.

—Buenos días... —saludó Yeimy acortando la distancia entre ellos y dejando un beso en la comisura de sus labios.

—Buenos días —repitió Charly con voz ronca, hizo el ademán de levantarse pero Yeimy se abrazó a él y se acurrucó en su pecho— ¿No es hora de levantarse, reina?

Por toda respuesta Yeimy negó con la cabeza y se acomodó aún más sobre su pecho, indicando que no solo pensaba seguir durmiendo sino que pretendía usarlo de almohada.

—De verdad que soy una mala influencia para vos —bromeó Charly dejando un beso sobre su cabeza y aunque no podía verle el rostro sabía que ella estaba sonriendo.

Se quedaron ahí abrazados dormitando por varios minutos más hasta que Yeimy giró nuevamente hacía su lado de la cama, Charly despertó completamente gracias al movimiento y se dio cuenta que ella seguía sin querer levantarse aunque conociéndola no tardaría en hacerlo.

Charly finalmente se levantó de la cama, una idea empezó a formarse en su cabeza y con una sonrisa pícara entró al baño de la habitación.

Pensaba tomarse todo el tiempo necesario, con parsimonia reguló la temperatura del agua desde afuera y luego se desvistió y entró a la ducha, pocos minutos después escuchó que tocaban la puerta.

—¿Te falta mucho? —preguntó Yeimy del otro lado.

—Acabo de entrar a la ducha, princesa —respondió él procurando no soltar la risa.

—Pues apurate —dijo Yeimy un poco exasperada— yo también necesito ducharme.

—Podes usar el del pasillo. —respondió Charly e incluso a través de la puerta y el sonido de la ducha pudo escuchar el bufido de Yeimy, él sabía perfectamente que todo lo que ella necesitaba estaba en ese baño— Claro que yo no tengo ningún problema en compartir, así ahorramos agua.

—Idiota que sos... —murmuró Yeimy más por impulso que porque pretendiera que él la escuchara.

Técnicamente podía esperar a que Charly saliera, 'por lo general ella se levantaba primero en las mañanas y Charly se alistaba en el baño del pasillo rápidamente, pero lo conocía bastante bien y sabía que era perfectamente capaz de quedarse bajo esa ducha todo el día, pero no se lo iba a poner tan fácil.

Fue hacía la puerta de la habitación, la abrió y cerró con toda la intención de que Charly escuchara el portazo y pensara que ella se había ido al otro baño. Se desvistió en la habitación y abrió la puerta del baño sigilosamente por lo que Charly no se dio cuenta de su presencia hasta que estaba dentro de la ducha con él.

—¿Feliz? —preguntó Yeimy mientras el agua comenzaba a empaparla, procuraba mantener sus ojos fijos en el rostro de Charly y con la sonrisa que él le mostró no estaba segura si quería golpearlo o comérselo a besos.

—No te imaginas cuánto... no puedo creer que no se me había ocurrido esto antes. —contestó Charly acercándose a ella.

—Ey... Ey... No te emociones. —alegó Yeimy esquivándolo y se metió directamente bajo la ducha dándole la espalda— Vine a bañarme.---añadió a punto de tomar el gel de baño de la repisa.