CAPÍTULO 31

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CAPÍTULO 31

La comida fue amena a pesar de lo avergonzada que podía sentirse Yeimy, tanto ella como Charly habían perdido la noción del tiempo, la tarde estaba por terminar y no se habían dado cuenta de lo hambrientos que estaban hasta que Ligia lo nombró.

¿Y ustedes qué? preguntó Ligia cuando estaban terminando de comer, parecía que llevaba todo ese tiempo aguantándose por preguntar.

¿Qué de qué? replicó Charly casualmente mientras Yeimy contenía una sonrisa.

¿Están bien? ¿no? insistió Ligia.

Si ma, ¿Por qué estaríamos mal?

Ay Charly por Dios, llevas dos días encerrado en ese cuarto con cara de funeral, dijo Ligia casi regañándolo llega Yeimy y de repente estás ahí con esos ojitos brillando.

Yeimy intentó disimular la sonrisa que se formó en sus labios ante aquellas palabras y miró a Charly que le devolvía la mirada entre divertido e incómodo.

Ligia, estamos bien... intervino Yeimy, ante la mirada inquisitiva de Ligia se vio obligada a agregartuvimos un malentendido... pero ya lo resolvimos.

Volvió su mirada a Charly y se tomaron de la mano sobre la mesa en un gesto instintivo y compartían una sonrisa.

Pues me alegro comentó Ligia y ellos se giraron a mirarla recordando que no estaban solosno voy a negar que me costó aceptarlo... pero ustedes dos se hacen mejor juntos que separados.

Charly y Yeimy la miraron sonrientes agradeciendo sus palabras, para ambos era un alivio que Ligia no se opusiera a su relación.

¿Saben qué? preguntó Ligia deberíamos organizar algo, hemos pasado por tanto, yo creo que nos merecemos celebrar en familia, nosotros, los muchachos, Ángel... ¿Por qué no nos reunimos mañana aquí?

Pues a mi me parece una chimba de idea dijo Charly¿vos, princesa?

Me encanta secundó Yeimy Ligia tiene razón, después de todo esto nos merecemos celebrar y despejar la cabeza.

Estuvieron un rato más hablando y luego Charly se ofreció a acompañar a Yeimy a su casa. Se despidieron de Ligia con la promesa de verse al día siguiente todos juntos y emprendieron su camino.

Durante el trayecto a su casa Yeimy revisó su teléfono encontrándose con algunas llamadas perdidas de Erik y varios mensajes preguntándole como estaba y si había ido a ver a Charly, Yeimy se sintió un poco mal por no comunicarse con su hijo durante el día, pero decidió esperar a llegar a la casa en lugar de llamarlo.

Se encontraron con una extraña sorpresa cuando llegaron a la casa y se bajaron del carro.

Juan... ¿Qué haces acá? Yeimy no pretendía sonar tan severa, pero el amargo recuerdo de su último encuentro seguía latente en su memoria.

Juan acababa de salir de la casa y los miraba con seriedad, Charly estaba justo tras ella, lo suficientemente cerca como para que ella sintiera como se tensaba ante la presencia de Juancho.

Me enteré de lo que pasó y vine a ver a Erik. explicó Juan. pensé que ibas a estar acá con él aquello sonaba peligrosamente parecido a un reproche, Yeimy alzó las cejas sin poder evitarlo y el tono de Juancho cambió un poco ¿Vos estas bien?

Está perfectamente, mijo soltó Charly antes de que Yeimy pudiera siquiera asentir. Hubo una guerra de miradas entre ambos por algunos segundos que se sintieron como horas.

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