Save Your Tears [Tokyo Revengers]

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Después de yo haber salido del hospital, fui a la casa de los abuelos de South, y me quedé ahí un rato hasta que la abuela me llamó diciendo que alguien me buscaba. 

Le dije que ahora mismo no me sentía bien así que la abuela entendió.

Me acosté boca abajo en la cama, tomando la chaqueta de South para abrazarla y sentir como si él estuviera conmigo.

Inevitablemente comencé a llorar.

La puerta se abrió de golpe pero yo no pude dejar de llorar.

—¿Qué te pasa?

Abrí mis ojos a más no poder, me giré hacia la puerta notando al rubio.

—¿Qué demonios haces aquí, jodido homicida?

—Quiero hablar contigo.

—Si no dejé hablar a Baji, hasta crees que te voy a estar dejando a ti, lárgate.

—Tienes que oírme porque soy tu líder.

—Mikey, vete, no quiero hablar, ni verte, ni nada. —Dije con las lágrimas en mis ojos.

Él apretó la mandíbula mirando hacia la ventana.

—Por favor... vete. —Sollocé.

Pero en un rápido movimiento Mikey me giró en la cama y se puso sobre mi, sujetando mis manos encima de mi cabeza con una sola mano, y con la mano libre comenzó a limpiar mis lágrimas.

—¿Tanto te agradaba ese tipo?

—Incluso más de lo que tú pudiste hacerlo. —Dije miedosa.

—Lo lamento.

—Lamentarlo no va a traerlo de vuelta. —Traté de moverme para quitarmelo de encima pero él puso su rodilla encima de mis piernas, evitando que las mueva, y a su vez apretó con fuerza mis muñecas, haciendo que estas me dolieran un poco. —¿M-Mikey? Me estás lastimando.

—Chaeri... Me tienes a mi, no necesitas a otra persona. —Dijo con la mirada perdida, continuó apretando mis muñecas.

—¡Mikey! —Chillé adolorida.

—Tu y yo est...—Pero antes de continuar la abuela llegó y con su bastón comenzó a darle bastonazos a Mikey, haciendo que me soltara.

—¡Malnacido! ¡No toques a Chaeri! ¡South ya te habría matado! —Exclamó.

Cuando Mikey iba en contra de la abuela, el abuelo rápidamente llegó con un su arma en sus temblorosas manos.

—Largate de aquí, ¡O yo mismo voy a matarte! —Exclamó.

Mikey sólo me dio una mirada y se fue.

—¡Mi niña! —Exclamó la abuela corriendo a abrazarme. —¿Estás bien? ¿Te hizo algo?

—Estoy bien, estoy bien. —Dije con una leve sonrisa, intentando no preocuparlos.

°°°

—¿Eh? ¿Cómo que no? —Cuestioné indignada.

—Bueno, por parte de los Kawata, Smiley dijo que le cagabas y que ni por mil ocho mil bolas iba a aceptar. —Dijo Baji. —Pah y Peh ya dejaron de lado eso, así que ellos de plano dijeron que no se volverían a unir a ninguna pandilla. Mitsuya ahora está más metido con sus hermanas, porque ya van a pasar a la primaria y blablabla. Chifuyu está molesto con Takemichi. Hakkai dijo que estaba mejor en su nueva vida con Yuzuha. Kazutora dijo que si porque te debía un favor... Y creo ya.

—Y bueno, Brahman dijo que estaba bien, así que ellos vendrán en un rato. —Dijo Shinichiro. —También Inui.

—Oh, yo pude contactar a Taiju y a Osanai, ellos dijeron que estaba bien. Tuve que hacerles berrinches y casi me dan en mi mandarina. —Dijo Emma.

—Si bueno, yo... Contacté a Hanma y a Kisaki... Digamos que quedó en un: “lo pensaremos”. —Dije nerviosa.

෴

—¿Ah? ¿Ahora sí quieres nuestra ayuda? Ni hablar. —Dijo Hanma cruzandose de brazos.

—Por favaaaarrrs, va a ser divertido acabar con Mikey. —Dije codeandolo.

—Nembreeee, yo quiero que me dominen. —Dijo él virando los ojos.

—¿Kisaki?

—Es por Takemichi que estoy fuera de todo eso de las pandillas, así que no.

—Pero, pero, pero.... —Hice un puchero sintiendo mis lágrimas casi caer.

—¿Sabes qué? Lo pensaremos, ya vete.

෴

—Ah, bueno. —Asintió Takemichi. —¿Entonces...?

—¡Alto ahí! —Exclamó Hina. —¡No permitiré que sigan induciendo a Takemichi en pandillas! ¡Volverá a salir gravemente herido!

—Pero...-

—¡Sobre todo tú, no puedo permitir que mi nieta en el futuro haga esas cosas!

—¿Nieta? —Cuestionó Emma confundida.

—Larga historia. —Dijo Shinichiro abrumado.

—Abuelita dime tú. —Canté.

—¡Tú, pequeña punk! —Me señaló. —¡No harán nada de eso.... Sin mi!

—¿Eh?

—Si van a meterse en problemas, yo puedo ser de ayuda. —Dijo haciendo un puño decidida.

—¡Oh, yo también puedo hacerlo! —Exclamó Emma dando saltitos.

—Pues... Bueno, pero ustedes se quedarán lejitos de los verdaderos matones. —Señaló Shinichiro. —Takemichi, será un gusto trabajar contigo.

—Lo mismo digo, Shinichiro. —Asintió sonriente.