By: @Moross_
«Te haré llorar cuando me escape, llévame de vuelta porque quiero quedarme. Me doy cuenta de que llego demasiado tarde, y te mereces a alguien mejor.
-Save your Tears, The Weeknd y Ariana Grande.»
Inicio: 21/Nov/2021.
Final: 21/Dic/20...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—¡South, préstame unos chones!
—¡Consíguete unas bragas, ridícula!
—¡No tengo dinero!
—¡Agarra mis boxers pero después vamos a comprarte bragas!
—¡Así me gusta, que me obedezcan!
—¡Ya cállate, estamos a medio metro!
—Ay mira que distraída. —Me reí.
Había pasado un mes desde que volví al pasado, no pude encontrar todavía a Takemichi o a alguien de los chicos. En realidad ya ni siquiera había podido localizar a Draken, parecía como si todos se hubieran esfumado.
En ese tiempo, de alguna forma le había tomado mucho cariño a South, no era como el abuelo Hanagaki mencionó en su historia. Sólo era alguien que buscaba ser comprendido, había perdido a su madre y... Bueno no es tan comprendido porque asesinó a algunas personas.
Lo cual me da un poquito de miedo porque luego se le safa el tornillo y me manda a su habitación hasta que se le pasa el enojo. O si estamos en la calle me da dinero para ir a comprar cositas y así, en lo que él va a golpear a algunos sonsos.
—¿Qué hay de Kakucho y de los Haitani? —Pregunté saliendo del baño ya cambiada, secandome el cabello con la toalla.
—¿Para que los quieres o qué?
—No te enteres. —Dije burlona.
—Chaeri.
—Bueno, es que se me hace raro no verlos por acá, ya sabes, siempre andan de metiches.
—Si claro, lo que tú quieres saber, es si te consiguieron la información de tus amiguitos. —Dijo dándome un sape.
—¿Entonces pa que chinga me preguntas que para que los quiero?
—No me rezongues. —Gruñó. —Ya apúrate, iremos a comprarte bragas y... No sé que más necesites.
—Luego veo, vamos. —Dije preparándome para salir.
Pero South me detuvo, regresandome a dónde estaba él.
—Levanta los brazos. —Ordenó y yo lo hice, pronto él me puso un abrigo rosa. —Ran lo consiguió hace poco y dijo que te lo diera pero se me olvidó hasta ahora.
—¿Qué no se te olvida a ti? —Reí y él viró los ojos caminando a la puerta.
°°°
—¡Jefecito! —Exclamó Ran. —La zona norte ya está libre de topos.
—Por fin. —Dijo con un bufido. —¿Qué hay de los traidores?
—Ah, digamos que Rindo les rompió algunas extremidades y ahora están en el hospital.
—Excelente. —Sonrió. —Ran, Rindo, lleven a Chaeri a su clase de artes marciales, tengo cosas que hacer ahora.
—Aish, ¿Otra vez ellos? —Me quejé. —La última vez que fuimos le rompieron el brazo al "entrenador" que porque según ellos él no sabía cómo pelear de verdad.
—Ay, un error lo comete cualquiera.
—Ese "entrenador" era el señor de limpieza.
—Pequeñeces.
—Y lo noquearon nada más porque andaba moviendo la escoba para quitar una araña del techo.
—Yayayaya, no nos regañes. Mejor apúrate y vámonos.
Los hermanos salieron del lugar y yo me puse la mochila para irme.
—Chae. —Llamó South.
—¿Mhm?
—Suerte. —Dijo mirando a otro lado, sonreí.
—Gracias. —Dije feliz.
Salí del lugar caminando entre ambos hermanos, no tardamos mucho en llegar, pero apenas estuvimos ahí el guardia les dijo a los Haitani que se quedarán donde él pudiera verlos.
Tras tres horas de largo entrenamiento, me sentía morir ahí mismo.
—Me duele hasta lo que no debería dolerme. —Lloriqueé siendo cargada por Rindo.
—Al menos ya mejoraste, lo suficiente para no ser un estorbo en las peleas.
—Yo no quiero pelear. —Murmuré desganada. —Sólo quiero ayudar a qué las cosas estén bien.
Ellos suspiraron.
—Así como van las cosas con la Kanto Manji... Lo más sensato no es buscar a Mikey, ni a Sanzu, sino a Kokonoi, él parece ser el más cuerdo de ellos.
—¿Y ustedes pueden localizarlo?
—Si podemos. —Asintió Rindo.
—¿Y que esperan? Llevenme con él. ¡Arre yegua!
—¡Chaeri!
—¡Arre, arre, arreeee!
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.