Pt 2 🧸 0 7

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Había pasado ya un rato desde que la bisabuela fue al hospital, y ahora estaba citando a Mikey para

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Había pasado ya un rato desde que la bisabuela fue al hospital, y ahora estaba citando a Mikey para... ustedes saben.

—Ya estoy aquí. —Me dijo Mikey algo tenso. —Supe lo que le sucedió a tu bisabuela, me encontré a los Haitani y...-

—Quiero terminar contigo. —Murmuré.

—¿Qué? —Me miró sorprendido. —¿Por qué? ¿Qué sucedió? Estábamos bien.

—Yo... —Sabía que Jory estaría escuchando, así que sólo tomé la mano de Mikey y la estreché. —Sólo quiero que sepas que es lo mejor para ambos, aún tenemos que vivir nuestras vidas, tú tienes que...-

«Sabes que no es lo que quieres, lucha por lo que deseas, y terminarlo no es algo que deseas.»

La voz extranjera de aquel sujeto en mi cabeza me detuvo de decir lo que debía decirle a Mikey.

—¿Qué te pasa? Estás muy rara.

—Jory me obliga. —Susurré. —Así que... debemos terminar, es lo mejor, Manjiro.

Él parecía molesto, y temí que fuera por la decisión que tomé.

—¿Así que esto es lo que harás? ¿Le harás caso a la anciana en lugar de decidir lo que quieres? Creí que eras mejor que esto.

—M-Mikey...-

«—No quiero verte, no quiero que estés aquí, no necesito un maldito estorbo, me fastidia tu sola presencia, me habría gustado no conocerte nunca. —Dijo él con indiferencia. »

Miré a Mikey sorprendida, ¿Por qué había escuchado eso en mi cabeza? ¿En qué momento lo dijo?

—¿Disculpa? Fui jodidamente amenazada con ir a prisión, y no suficiente con eso amenazó con llevarte a ti a prisión por supuesta pedofilia, ¿Crees que puedo decidir sobre eso? Cómo menor de edad ni siquiera tengo palabra en nada de eso, todos creerían a Jory y...-

—Suficiente. —Hablando del rey de Roma. —Nos vamos, dale un último adiós a este niño y vámonos.

—¿Chaeri? ¿En verdad te vas a dejar de ella?

—No tengo otra opción. —Dije soltando su mano finalmente, él miró su mano, la cuál había soltado y notó aquello ahí. —Hasta pronto, Manjiro.

La abuela Jory colocó su mano en mi nuca y me hizo caminar a la fuerza.

—Decirle que yo te obligaba no era parte de lo que tenías que decir, Chaeri. —Bramó subiéndome a la fuerza también al auto, ella cerró la puerta y finalmente se subió ella. —Lo arruinaste todo, ahora él podrá decir algo sobre mi.

—¿Y qué podría decir? ¿Qué eres la abuela que obliga a su nieta a no hablar con los demás?

—Ya mejor cállate, no quiero escuchar tu estúpida vocecita chirriante.

Save Your Tears [Tokyo Revengers] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora