XVII

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Zhongli estaba sentado en el borde del colchón, viendo a Childe, recién duchado, salir de la habitación. Apoyó sus manos en las rodillas y golpeteó con sus dedos, mirando algún lugar en la pared, contó los segundos hasta que escuchó a Ajax llamarlo con un grito. Aquí va. Pensó, se levantó de la cama y caminó fuera de la habitación, directo hacia la cocina.
—¡Tú! ¡No fue un sueño y no me dices nada!—Ajax reclamaba señalando su alacena vacía.—Mi pobre alacena, hurtada despiadadamente ¡por un dragón hormonal!—dramatizó con su mano en el pecho.

Zhongli no respondió, simplemente se pegó a su amante y lo envolvió en un abrazo en un intento de despistarlo, por un momento sintió los brazos de Childe relajarse sobre sus hombros, pero casi de inmediato pareció arrepentirse y le dio un zape.
—¡No intentes ablandarme, Xiansheng! ¡Tramposo, te aprovechas de mi amor!—Childe se retorció entre los brazos de su amante en un intento de zafarse.—Vas a pagar todo lo que te has zampado ¿está bien? No, no me mires así, Zhongli, no me pongas ojitos, ¡Basta! Me voy, ¡no harás que cambie de opinión!

Dicho esto, Ajax salió de su departamento tirando la puerta para aumentar su berrinche, dejando a Zhongli de pies mirando hacia la alacena, se llevó las manos a la cara y gruñó frustrado, genial, además de no haber conseguido hacerlo con su compañero el día anterior ahora le debía un montón de comida.

Childe intentaba huir del trabajo, sorprendentemente, no tenía ganas de una ardua batalla ahora mismo, después de todo, cuidar a un adepto de quién sabe cuántos miles de años era agotador, solo quería dormir, era algo normal considerando que su propio novio lo había sobreexplotado las últimas veinticuatro horas; y hablando del rey de Liyue, había una estatua a unos cuantos metros de él, se mordió la lengua mirando alrededor, era tan desierto, perfecto para una siesta en...

Childe obedeció a la idea de su mente sin titubear, a zancadas se dirigió a la estatua y de algún modo logró escalarla, raspando ligeramente su brazo cuando se apoyó para subir. No importa, es un rasguño, pensó mientras se acomodaba sobre los muslos de la estatua de piedra, suspiró con pesadez y se permitió reclinarse hacia el pecho de piedra, era frío, nada como la sensación de estar realmente con Zhongli, había estado tan ocupado llamándole la atención que había perdido la oportunidad de toda una tarde recostado en él, mimándose mutuamente, escuchando sus historias; lo extrañaba aunque en primer lugar había sido su culpa haber perdido el tiempo.

—Estas estatuas no te hacen justicia,—se quejó mientras sus dedos pasaban sutilmente por el cuello de la estatua—¿estas cosas pueden funcionar como un muñeco budú?
Childe rió, era tonto solo pensarlo, tal vez en su momento de gloria haya sido así, pero ahora no eran más que un montón de piedra esculpida ¿no es así?

—Lo siento, Li, fui infantil ayer, ¿mi Zhongli? ¿Qué importa la forma en la que estés? Eres Zhongli y por lo tanto, mi Zhongli. Perdón, estoy tan acostumbrado a estar a la ofensiva, que ya no sé cómo estar tranquilo, gracias a tu actitud serena logro sentirme a salvo, pero cuando comenzaste a actuar diferente, volví a sentir esa angustia y comencé a sentirme estresado.—Childe recogió sus piernas doblando las rodillas, quedando como un ovillo contra el pecho de la fría piedra, con su bufanda cubrió su rostro, cerró los ojos y tomó un bocado de aire—Eres un dios, en todo el sentido de la palabra, un rey... y yo un niñato problemático de una nación ajena, ¿puedo ser más imperfecto para ti?

Childe ni siquiera notó cuando las lágrimas calientes se encontraron deslizándose por sus blancas y pecosas mejillas, odiaba eso de ser sensible cuando se trataba de sentimientos por Zhongli.
—Te anhelo, Zhongli, mucho, ¿tú me anhelas? ¿Aunque sea un tonto?—susurró apoyando una de sus manos en el pecho de la estatua antes de que el sueño se hiciera con él.

Unos cuarenta y nueve minutos pasaron antes de que los subordinados de fatui lo encontraran, habían pasado horas buscándolo y cuando lo hicieron, su superior, a quien tanto temían y admiraban, estaba acurrucado en el regazo de una estatua.
—¡Señor Tartaglia! ¡por favor, debe bajar!

Childe los escuchaba, por supuesto que los escuchaba, con lo ruidosos que son ¿quién no escucharía? Aún así, los ignoró y fingió estar dormido aún.
Pasos firmes se escuchaban acercarse, los subordinados, asustados de que fueran sus superiores, no se giraron, solo miraron de reojo con recelo antes de darse una mirada entre sí.
—Es el novio del señor Tartaglia...—susurró uno.
—¿Él es? ¿De verdad el señor Tartaglia está saliendo con alguien?—respondió el otro en el mismo tono—tal vez podamos convencerlo de que nos ayude...

Los subordinados giraron sobre sus talones, sonriendo con nerviosismo, cerraron los ojos con fuerza mientras abrían la boca para hablar, pero se callaron abruptamente cuando escucharon la voz grave del hombre llamar a su superior como si no fuese alguien de un estatus alto, simplemente de tú a tú.

—Tartaglia, ¿así debo llamarte frente a tus subordinados?—llamó Zhongli logrando estremecer a Childe contra la estatua, el pelirrojo se asomó sobre la piedra esculpida y sus ojos azules no tardaron en encontrar el dorado en los de Zhongli—baja de ahí, estés cansado o no, vaguear durante horas de trabajo no es una buena imagen para alguien de tu posición.—Childe sintió escalofríos, sonaba molesto ¿lo estaba? Estaba en su derecho de todos modos, estuvo actuando como un idiota—Además, aquí es mucho más cómodo.—agregó abriendo los brazos ligeramente, lo suficiente para que sólo Ajax lo notara.

Obedientemente el snezhnayan no tardó en levantarse del regazo de piedra, soltando quejidos cuando tuvo que apoyarse en el brazo raspado para descender, entonces decidió no bajar de la forma en que subió, enganchó sus dedos en el trono de piedra solo para estar en el ángulo perfecto para doblar sus rodillas e impulsarse hacia adelante cayendo directamente a los brazos extendidos de Zhongli.
—Ah, esto es mucho mejor que esa piedra fría.—tarareó sonriendo contra el cuello de su novio—¿Qué haces aquí?

Zhongli no respondió a esa pregunta, en cambio tomó los mechones esponjosos de Childe y lo obligó a mantenerse contra su cuerpo.
—Te anhelo.—Eso logró sorprender a Childe.—No me importa quién sea yo, no me importa que seas un problemático extranjero, no me importa que seas imperfecto, eso te hace tan perfecto para mí porque puedes enseñarme a ser humano.—Eso era muy específico—¿Por qué le hablaste a una de mis estatuas y no a mí? Creí que no habrían más mentiras.

La cara de Childe ardió, ¿estaba burlándose? Hizo un movimiento frenético en negación, frotando su cara contra el hombro de Zhongli.
—¿Qué tanto escuchaste...? Estaba cansado, dije incoherencias, olvídalo ¿sí?
Perezosamente pasó sus manos por la espalda de Zhongli en un intento de convencerlo, en vano, porque el hombre tiró de sus cabellos obligándolo a salir de su lugar seguro entre su cuello y el hombro, cor lapis brillando imponentes sobre el zafiro apagado.

—No voy a ignorar nada que haya hecho sentirte mal, cada cosa, la voy a corregir. ¿No saber cómo sentirte tranquilo? Te besaré cada vez que sea así hasta que te derritas en mis brazos.—Las palabras de Zhongli se sentían más como una orden que otra cosa.—Pero para eso necesito que confíes en mí para decirme aquello que te preocupa.

—Aún me debes mi comida, que conste, pero si no quieres pagarlo, ¿te parece luchar?—Ajax ofreció, notablemente más relajado, su sonrisa se asomaba dulcemente en sus labios. Zhongli rió en respuesta.—Te amo, por cierto.—Añadió en un susurro.

Zhongli novio comprensivo >>>>

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Zhongli novio comprensivo >>>>.

Lamento si hay faltas ortográficas.

Cristalizado [Zhongchi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora