XXXV

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Zhongli no dejó el lado de Childe esa noche, afortunadamente el pelirrojo pudo dormir sin que Scaramouche invadiera su cabeza, podría deberse a la presencia de Zhongli o tal vez el de cabello indigo ya había notado que la pareja descubrió su verdad, a su rey.

Para cuando Childe despertó Zhongli ya no estaba, solo había una nota y unas rosquillas en la mesita de noche.

"Buena suerte hoy, baobei, ten mucho cuidado y come bien".

Sin perder el tiempo, Childe corrió al baño a darse una ducha, se vistió rápido, tomó las rosquillas y salió disparado de su departamento para dirigirse al banco del norte. Pocos segundos después de su llegada Scaramouche entró, el otro heraldo lo miró sorprendido.

—Has madrugado. —Dijo, como si fuera una novedad que Childe llegara puntualmente.

—La cantidad de papeleo que me das no se llenará solo, quería empezar más temprano para irme antes de la cena.

Scaramouche se rió sin gracia, caminando hacia la oficina de Childe.

—Ya que empezarás más temprano no tienes problema con hacer el trabajo de mañana también, ¿Cierto? —Scaramouche dijo en tono burlón, mientras le señalaba al pelirrojo su escritorio, inundado de papeleo.

Childe ni siquiera perdió tiempo quejándose, se sentó tranquilamente a leer y completar detalladamente todo su trabajo. Debía terminar temprano para tener un espacio en su agenda y pensar en alguna forma para tirar a Scaramouche a los perros.

—Tienes la verdad ¿pero quién le creerá al traidor? —Scaramouche se había acercado a él silenciosamente, susurrando esas palabras con una sonrisa en su rostro —Puedes intentar convencerte de que tienes esperanza, pero ambos sabemos que eres hombre muerto —Cómo... ¿Cómo es que Scaramouche lo sabe? —. Tu confianza es casi admirable, pero creer que no sé lo que planeas cuando ya sabes que puedo estar en tu cabeza... a veces realmente pareces un principiante.

—No sé de qué hablas. — Childe fingió indiferencia, no podía perder el tiempo, debía pensar.

¿Cómo haría llegar la información a Snezhnaya sin que nadie interfiera? No podía enviar a ningún fatui, nada le asegura que no estén en el lado de Scaramouche, no enviaría a Ekaterina porque la necesita a su lado. Todo era arriesgado y su tiempo estaba contado.

La puerta de su oficina se abrió, interrumpiendo los pensamientos de Childe. Un recaudador entró a susurrarle algo al baladista.

—Qué oportuno, Tartaglia, puedes olvidarte del papeleo por ahora, tienes trabajo fuera de la oficina, es otro recaudo especial —Scaramouche reía burlón mientras el recaudador fatui le daba un folder de archivos—. Puedes darle una miradita detallada antes de salir, no vayas a cometer un error como el de ayer, sería terrible, ¿No lo crees?

Scaramouche tiró el folder sobre el escritorio. Childe tragó saliva y abrió el folder despacio, debía ser cuidadoso así que abrió un cajón de su escritorio y sacó el registro civil de la persona de este recaudo. Normalmente le darían este archivo ya revisado para evitar problemas de falsificaciones, pero con Scaramouche al mando las cosas habían cambiado ligeramente y él mismo debía encargarse de verificar que los datos fueran correctos.

—Tian Li, cuarenta y seis años, divorciado, tiene dos hijos, 68 kilos, mide 1.70, maneja una flota de barcos y hace casi un año pidió un préstamo al banco de un millón y no ha pagado ni el 65%. —Childe leyó en voz alta mientras sus ojos pasaban del archivo al registro y viceversa, los datos coincidían.

Cristalizado [Zhongchi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora