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Childe se mordisqueaba las uñas con nerviosismo, ¿cuánto falta? Ya es la tarde del día siguiente, el pelirrojo había estado dando vueltas en la litera de su camarote. En una esquina de la habitación, dos de los soldados que habían enviado con él lo miraban en silencio. No pasó mucho tiempo hasta que la puerta se abrió, era un marinero, que le susurró algo a los soldados, quienes asintieron y se acercaron sutilmente hasta Childe, que se había sentado al borde de la cama para prestarles atención.

—Llegamos al puerto de Liyue, señor —El rostro de Childe se iluminó —¿Qué hará esta vez?

Ajax ladeó la cabeza y se rió ante las palabras de su subordinado, ganándose una mirada de confusión del mismo. El pelirrojo se sujetó el mentón, como si estuviera pensando en una respuesta. Aunque no había ninguna duda en él.

—Disfrutaré mi vida, seré feliz hasta que llegue el momento —Childe respondió mientras buscaba en su bolsillo — y me aseguraré de no arrepentirme de nada.

La mirada de Childe cayó en el objeto que sacó de su bolsillo, una cajita. Los soldados se miraron entre sí y decidieron no hacer más preguntas. Ajax tomó un profundo respiro mientras cerraba los ojos y se dejaba caer sobre el colchón, solo debía esperar a que anclen el barco y le digan que es seguro desembarcar.

¿Dónde debería buscar a Zhongli? ¿Estará en la funeraria? ¿En el quiosco Xinyue? ¿Quizás esté haciendo compras en el puerto? ¿Cómo se encontraría él? ¿Estará bien? ¿Deprimido? Ajax gruñó, solo había logrado estresarse debido a sus propios pensamientos, debe ir a verlo ahora mismo o se volverá loco.

No pasó mucho tiempo hasta que los marineros dieron la orden de desembarcar; los soldados fatui caminaron hacia Childe para indicarle que ya podía salir, pero el pelirrojo no los esperó, se levantó de un salto y echó a correr fuera del camarote, notó cómo los soldados intentaban frenarlo pero Ajax no se detuvo en absoluto.

—¡Lleven mis cosas al banco, yo me encargaré de eso después! —Childe exclamó, finalmente saliendo a la proa, el calor de Liyue golpeó su piel, el olor a mar entró en su nariz y se sintió en casa.

Childe siguió corriendo hasta que estuvo al borde de la proa, apoyándose con sus manos en el barandal, buscando con sus ojos algún indicio de Zhongli con la esperanza de que no tendría que buscar demasiado. Para su buena suerte (y sorpresa) Zhongli estaba justo ahí, en el puerto, mirándolo con una sonrisa en el rostro como si lo hubiese estado esperando, no se veía sorprendido, parecía... aliviado.

—Zhongli... —Childe no se había dado cuenta de que sus ojos se habían vuelto cristalinos con lágrimas.

Childe no lo pensó mucho antes de subir un pie al barandal para saltar directamente al puerto. Los soldados y marineros que habían estado sacando las pertenencias del heraldo se detuvieron en seco y corrieron hacia el pelirrojo.

—¡Señor Tartaglia, baje de ahí, es...! —Un marinero gritó pero Childe ya había saltado —peligroso...

Childe usó su planeador para evitar una mala caída y se aseguró de aterrizar justo entre los brazos de Zhongli. El castaño no dijo nada, solo apretó al pelirrojo entre sus brazos y colocó una mano en su cabeza. Childe devolvió el abrazo, escondiendo su cara en el cuello del adepto.

—Bienvenido de vuelta, Ajax —Zhongli le dijo y fue entonces cuando el ex arconte comenzó a sentir su cuello mojado.

—Zhongli —Childe sollozó y apretó más a su novio —Zhongli, Zhongli... —. El pelirrojo gimoteó y lloriqueó ahí, sintiéndose libre finalmente —Te amo, Zhongli.

Childe se apartó de su novio mientras hacía un esfuerzo por secarse las lágrimas y sorberse los mocos para evitar que salieran. Carajo, no puede ser que después de todo, lo primero que dejaría que Zhongli viera de él fuera un desastre. Childe ahora tenía hipo y lloriqueó más, esta vez frustrado porque no importaba cuántas lágrimas secara, seguían saliendo.

Sintió la mano enguantada de su novio acunar su mejilla y secar sus lágrimas, el hipo de Childe comenzó a cesar casi al instante.

—Yo también te amo, Ajax —Zhongli le dijo apoyando su frente en la de Childe y cerrando los ojos.

Ajax lo imitó, cerrando los ojos también, sin darse cuenta, las lágrimas dejaron de brotar y ya no sentía la cara caliente por el llanto. Ahora sentía que flotaba en completa paz, solo con Zhongli. Por un momento, solo eran ellos dos en el mundo. Pero el adepto decidió apartarse un poco para mirar un poco más el rostro del pelirrojo.

Ajax abrió los ojos y vio al ex arconte mirarlo detalladamente, se sintió cohibido e hizo lo posible por evitar la mirada de su novio. Pero algo en Childe hizo clic y miró a Zhongli.

—Un momento, cómo... —Childe hizo una pausa. —Tú... parecías estar esperándome, como si supieras que yo estaba vivo, ¿cómo?

Zhongli sonrió, sabía que Childe no se quedaría con la duda. El castaño le dió la supuesta carta de ejecución a Ajax.

—Bueno, los muertos no pueden escribir cartas —El adepto le respondió, levantando los hombros como si le restara importancia —. Si vas a intentar escribir una carta oficial deberías esforzarte un poco más en tener una buena ortografía. Cometiste los mismos errores que cuando practicabas.

Las mejillas de Childe se pintaron de un ligero rosa mientras evitaba la mirada de Zhongli. «ah, realmente me esforcé por tener un liyuen perfecto...» Ajax iba a defenderse pero el ex arconte tomó su mano, entrelazando sus dedos y lo guió lejos del puerto.

Los soldados fatui vieron cómo su jefe se escabullía con su amante y suspiraron, Tartaglia no bromeaba cuando les dijo que él buscaría su equipaje más tarde. Solo esperaban que eso signifique un pago extra.

—Dejen de holgazanear —Ekaterina, quien había llegado al puerto para vigilar la actividad, dio dos aplausos para ordenar a los soldados que comiencen a movilizar el equipaje —. Lleven todo al banco, el señor Tartaglia está de vacaciones, ¡no se les ocurra darle dolores de cabeza!

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La que merece un pago extra aquí es Ekaterina.

Es un capítulo super corto, el siguiente será considerablemente largo y será casi el cierre de todo pero no será el final.

Gracias por leer.

Cristalizado [Zhongchi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora