XXI

2.6K 215 131
                                    

Zhongli gruñó mientras caminaba a paso lento hacia el restaurante Wanmin. Childe era, definitivamente un diablillo bajo la cara de un ángel; el pelirrojo le había pedido descaradamente que buscara una sopa de mariscos con una sonrisa en la cara mientras ojeaba la página en la que había estado practicando su escritura, que, por cierto, no iba tan mal.
Ahora Zhongli estaba de pies frente al chef Mao, quien lo miraba confundido, quién sabe por qué, tal vez debido a la cara de pocos amigos que cargaba el asesor.

—Una sopa de mariscos,—Masculló.—y dos ordenes de bolitas de arroz, por favor.

—Enseguida.—El chef Mao respondió amablemente, girándose para llamar a Xiangling.—¿Para llevar?

Zhongli asintió en respuesta y pronto Xiangling le entregó dos cajetillas, en una iban los bollos y en la otra estaba la sopa de mariscos, esta cajetilla la sostuvo lo más lejos posible, Xiangling tomó la mora necesaria y le devolvió la bolsa al consultor. Poco más allá vio a Aether, el rubio estaba hablando con Hu Tao. Zhongli hizo una mueca al ver a la muchacha e hizo un esfuerzo por rodearlos sin ser visto, pero Paimon palmeó el hombro de Aether para llamar su atención.

—¡Zhongli! Te estábamos buscando.—Aether habló y se acercó al castaño.—¿Por qué esa cara?

El ex arconte mantenía su expresión de asco, mas no respondió a Aether, había hecho ya suficiente esfuerzo para contener la respiración hasta ahí como para que tuviera que volver a respirar por hablar.
El rubio, al no recibir respuesta escaneó al ex arconte. Aether agarró la cajetilla que Zhongli cargaba alejada de su cuerpo y vio al hombre suspirar aliviado.

—Creí que no te gustaban los mariscos.—Mencionó el viajero levantando una ceja mientras miraba el contenido.

—No me gusta, es para Childe, me quiere fastidiar.—Explicó Zhongli cruzando los brazos.

—Lo habrás hecho enojar.—Dijo Aether devolviendo su atención al adepto—¿Qué hiciste?

—Yo sé.—Dijo Hu Tao levantando la mano, pero Zhongli le tapó la boca, mirando al viajero, como pidiendo ayuda.

Aether no opinó, tragándose su curiosidad le ofreció a Zhongli acompañarlo a dejar la sopa de mariscos, cosa que Zhongli agradeció.

—¿Vas a invitarlo al rito de la linterna?—Preguntó Aether cuando estuvieron cerca del banco.—No falta mucho para que empiece.

—Estaba pensando hacerlo, sí.—Zhongli contestó.—Pero no sé si esté mucho tiempo más en Liyue, así que tal vez no lo haga.

Aether asintió dándole la razón, por un momento el rubio había olvidado que Tartaglia estaba en el bando opuesto a él. Se preguntaba si ellos seguirían juntos una vez Childe tuviera que partir, ¿se mantendrían en contacto? ¿Se olvidarían entre sí?
Zhongli interrumpió los pensamientos de Aether, agarrando la sopa de mariscos y agradeciendo por su ayuda, el rubio miró al adepto, su mirada se había oscurecido ligeramente, tal vez le había rascado en una pequeña herida que en su momento llegaría a volverse profunda.

—Espera, tengo algo para ti.—El viajero habló y le dio uno de sus daguerrotipos, Zhongli miró el objeto, dudoso.—Es para que tengas recuerdos de él, ¡Nos vemos!

Una vez el rubio salió del banco, Zhongli entró en la oficina de Childe, el pelirrojo estaba recostado cómodamente en su silla y tenía sus pies apoyados sobre su escritorio. El geo sigilo se mantuvo activo durante el rato en el que Zhongli no estuvo, por lo que Ajax estaba bastante tranquilo.
El ex arconte se aclaró la garganta cuando su pareja no se inmutó ante su presencia.

—¿Qué haces ahí parado? Ven a alimentarme, cariño.—Childe finalmente lo miró y el castaño había puesto nuevamente su cara de asco.

Había pensado dejarle la sopa a Childe y salir de la oficina a comer en lo que el pelirrojo degustaba su almuerzo, pero parecía que el heraldo no lo iba a dejar huir tan fácilmente.

Cristalizado [Zhongchi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora