Como dijo aquella mujer en el hospital.
Los cuatro jinetes caminaban por la tierra, una reina los mantuvo bajo control por un tiempo.
Pero la reina se apago y ahora.
Están libres, el rencor recorre sus venas y el hambre de venganza los consume...
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Noruega...
Me despierto alrededor de las 6 a.m, voy a tomar una ducha mientras escucho algo de música. Busco mi ropa para este día, desayuno y salgo en mi automóvil.
Entro a la empresa y la primera que me recibe es mi secretaria, viene con una gran sonrisa y mi café en la mano. -¿Cómo se encuentra hoy?-
El ruido de los tacones resuena por todo el suelo, lo que me causa gracia. -¿Bien y tu Anelis?-
-Bien- me muestra sus hoyuelos. Anelis es una muchacha linda de unos 23 años, castaña de ojos marrones con buen cuerpo y muy servicial.
-¿Tiene planes para esta noche?-
Pienso antes de contestar, hoy es el día en el que comienza el juego. Todas las piezas se alinean de vuelta y tengo la oportunidad de hacer lo que estoy preparando desde hace tiempo. -Tengo mucho trabajo, lo siento Anelis-
Hace una mueca pero termina aceptando -No hay problema, en otra ocasión-
Me interno en mi oficina y preparo los mails para ser enviados, son las 10 a.m, es hora. Le doy a la tecla y suspiro, espero que esto salga bien.
Arakiel...
Estoy de vuelta en Estados Unidos, no piso este país desde hace un año. Los mail de ese correo fantasma siguen llegando a mi móvil, esta vez me dicen que
es hora de jugar. Voy en el taxi mientras abro una carpeta que contiene varios archivos, pero justo el coche se detiene.
-Hemos llegado señor, el cementerio está cruzando la calle- el chofer se voltea a verme.
Asiento, le paso el dinero y bajo. Me acerco a la mujer que tiene flores afuera del lugar y compró un pequeño ramo de rosas blancas, sus favoritas.
-Que curioso, tres muchachos compraron las mismas- me sonríe la mujer.
-A ella le gustaban mucho- pongo mi mejor cara y me encamino, buscando su tumba. No tardo mucho en encontrarla, porque ahí están ellos. Pero no estan solos, Jerry vino también.
-Buen día- saludo a todos.
-Hermano- Azazel tiene los ojos rojos, se acerca y me abraza -Hace meses no te veo-
Azkeel pasa de mi y Ram ni siquiera me mira. Por otra parte, el castaño frente a mi. Nos clava dagas con los ojos, aún está enojado; los segundos se vuelven minutos y ya llevamos alrededor de media hora parados frente a su lápida.
"Fuiste demasiado buena para este mundo, siempre te recordaremos"
Esas letras grabadas, me duelen cada vez que las veo, su foto pequeña a un costado. Recuerdo ese día, el vestido que llevaba le quedaba tan bonito, parecía una princesa.
-Fue su maldita culpa- por fin se atreve a hablar. -Por su jodida culpa ella esta muerta, malditos hijos de perra-
-Yo...- no sé qué decir, él tiene razón.
-Me quitaron a mi cariño, mi cable a tierra- cae de rodillas al piso -Y ya no la puedo ver mas, su sonrisa en las mañanas- su vista se empaña -no la puedo tocar mas, joder-
Camino hacia él y lo abrazo -Perdona, tendríamos que haber sido nosotros, no ella-
-Sé que no vale de nada nuestra palabra, pero... lo siento mucho, de verdad Jerry- Aza está realmente lastimado. Todos lo estamos.
El pelinegro se mantiene estático, solo que ahora mira su móvil con atención. Como si estuviera planeando algo. Los minutos siguen corriendo y aún estamos ahí, el castaño ya se encuentra mejor, mientras que por mi parte solo me he dedicado a llorar.
-Te tengo hijo de puta- Azk murmura, dejándome ver esa sonrisa que conozco bien.
-¿Qué pasa?- Ram se acerca a él y este le muestra la pantalla, el rubio sonríe de lado -¿Quien te lo envió-
-No lo se, llego de un servidor fantasma, pero supongo que es alguien que lo odia como nosotros-
-¿De qué demonios hablan?-
-Zanahoria, lo tenemos- responde el pelinegro. -Jerry, ¿Cuánto puedes tardar en internarme en este psiquiátrico, en Londres?-
-15 minutos, ¿Por qué?- él nos mira un poco confundido.
-Voy a visitar a nuestro padre- chasquea la lengua -Doctor Villing tenemos una cita, usted y yo- ve la pantalla de nuevo y ríe.
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