Como dijo aquella mujer en el hospital.
Los cuatro jinetes caminaban por la tierra, una reina los mantuvo bajo control por un tiempo.
Pero la reina se apago y ahora.
Están libres, el rencor recorre sus venas y el hambre de venganza los consume...
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Uriel...
El día no podía ser más jodidamente horrible. Londres estaba envuelto en una tormenta ruidosa que sólo anticipaba lo que pronto ocurriría. Mientras nos preparábamos para asistir al funeral, quise pasar por el cuarto de los gemelos a ver si ya estaban listos.
Pero me encontré con la postal de Mia colocándole los zapatos a ambos mientras hablaban.
El primer día fue bueno, ellos estaban emocionados por la vuelta de su madre, lo malo vino en la noche, cuando buscaron a Jerry por toda a casa y no pudieron encontrarlo. Aza y Ram fueron quienes los llevaron a la oficina y trataron de explicarles que él ya no regresaría y que había muerto.
El segundo día, fue verlos llorar por todos lados y Mia destruida acostada en la cama, sabiendo que estaba embarazada. Comia porque era conciente de que no le haria bien al niño y lo que menos queria, era perder la unica parte de Jerry que le quedaba.
Me quedé a escuchar la conversación, Azkeel quien iba pasando no dudo en sumarse a mi como espectadores de esa charla entre madre e hijos. Aunque no quisiera decirlo, el abdome se le notaba con ese vestido negro apretado, era poco pero si le prestabas atención, la descubririas. J
Jason nos noto rapidamente, pero luego de pedirle silencio, volvio a concentrarse en su madre. Cosa que no le resultaba dificil, ya que si ella andaba cerca, nadie mas existia en su mundo.
-¿Papá está en el cielo como los abuelos?- Julia jugaba con sus manitos.
-Si, como la abuela Emily, el abuelo Eliot y el abuelo Andy- ella elevo su mano y acomodo el cabello de la pequeña. -Cuando regresemos a Estados Unidos podrán visitarlos ¿si?- su vista se desvió al pequeño -¿qué pasa cariño?-
Azk suspiró-Parecen una puta ilusión- cualquiera diria que mi hermano no era ese, pero si lo era. Azkeel Trust, quien no sonreia con nada, no podia evitarlo si uno de esos tres se cruzaban en su mirada.
-No quiero olvidar a papá- Jason tenía los ojos un poco enrojecidos.
-¿Por qué dices eso?-
-A veces me olvido de las cosas, como donde guarde mi carrito o mi balon. No quiero olvidar a papi-le explicó.
-Jamás- por el tono de su voz, estaba evitando llorar frente a los niños -jamás olvidaremos a papá- su dedo se posó en el pecho del pequeño -él está aquí y no va a irse nunca-
-¿Nunca?-
-Nunca, papá va a quedarse con nosotros cuidándonos y al bebé-
-¿Mi hermanito cuando va a venir?- la rubiecita pregunto curiosa.
-Pronto, pero debemos esperar- estiro sus manos y ellos las tomaron -¿lo quieren conocer?-
-SI- ambos le sonrieron.
Se volteo para venir hacia la puerta y nos encontro, sorprendiendose -¿qué hacen ahí?-
-Estaban espiandonos mami- el pelinegro pequeño nos vendio -yo los vi-
