Como dijo aquella mujer en el hospital.
Los cuatro jinetes caminaban por la tierra, una reina los mantuvo bajo control por un tiempo.
Pero la reina se apago y ahora.
Están libres, el rencor recorre sus venas y el hambre de venganza los consume...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Mia...
Azazel y Ramiel subieron a la cama y se colocaron tomando los lugares de sus hermanos, mientras Uri estaba parado en el borde de la cama.
-Vas a dejar que te follemos fresita- el castaño tomo mis caderas por detrás y presiono su erección contra mi trasero.
Me mordí el labio asintiendo.
-Mi fresita esta lista para nosotros- Ram rozo sus dedos por mis pliegues percatándose que seguía igual de mojada -Eres insaciable pequeña-
-Ram- jadee al sentir su toque en mi intimidad.
-Pídelo- gruño en mis labios -pide que te haga mía como lo hacías antes-
Introdujo dos de sus dedos en mi y comenzó a bombear mientras aza pellizcaba mis pechos y besaba mi cuello -Quiero que me ruegues fresita-
Mordí mi labio al sentir a su hermano detrás de mi, como se frotaba en mi segunda entrada y pellizcaba mis pezones.
-Dios- jadee al sentir como ese nudo se formaba en mi estomago y comenzaba a bajar.
Aceleró el movimiento logrando que el orgasmo arrasara con mi cuerpo, dejándome con las piernas temblando, la cara enrojecida y la respiración agitada.
-Estas muy preparada para nosotros- dejo un pequeño beso en mis labios y me sentó a horcajadas suyo. Eleve la pelvis y me deje caer sobre su falo, mis paredes se estiraron, dejando que me amoldara al puto monstruo que había entre sus piernas.
-Ramiel- gemí.
Se movió dentro y fuera, haciendo que entreabriera mi boca, su hermano tanteo mi segunda entrada y sin mas entro, haciendo que soltara un grito por su intromisión.
-Joder... estas muy apretada- Azazel apretó mi cintura, haciendo que me quedara quieta, para luego entrar de golpe, logrando que clavara mis uñas en el rubio.
Este gruño y comenzó a moverse sincronizadamente con su hermano. Ellos me penetraban mientras marcaban todo mi cuerpo, jalando mi cabello, mordiendo mi piel.
-Nani- abrí mis ojos y me encontré a Uri parado sobre el colchón. -Abre tu linda boquita-
Le sonreí, abrí mi boca y él acerco su miembro, lo tome entre mis manos y lo oí decir una maldición. Pase mi pulgar por la punta, mi lengua a través de toda su longitud y oí como soltaba aire pesadamente.
Me lo engullí, mientras sobaba sus testículos con mi mano libre. Respiraba como podía mientras intentaba que entrara entero pero me fue imposible, por el tamaño.
-Mas- me lo saque un momento para pedirle a los otros que siguieran.
Ellos sonrieron y siguieron mi orden, acelerando las embestidas, volviéndose mas salvajes y despiadados. Rizos me tomo del cabello y volvió a follarme la boca -Dios, que bien lo haces nani-
Me sentía jodidamente extasiada por todo lo que estaba experimentado de nuevo, sus besos, sus caricias y la manera tan toxica de amarme.
-Eres jodidamente nuestra- Ram sujeto mi cuello- todo de ti nos pertenece-
Cada centímetro de mi se estremeció y el orgasmo volvió a tomarme, esta vez acompañada del de mis chicos. Rizos salió de mi boca, limpio mi labio inferior y me beso, probando de su sabor. -Te amo nani-
Aza se aparto y sentí sus caricias en mi cuello marcado -estoy... tan enamorado y obsesionado de ti-
El rubio se mantuvo en mi interior, recuperándose de la follada, me tomo en sus brazos y camino conmigo al baño, donde cerro la puerta. Me soltó y mis piernas fallaron, acomodo mi trasero en la tapa del inodoro y abrió el grifo, llenando la tina.
Luego nos acomodo a ambos ahí, busco el shampoo y dejo un poco en sus manos -¿puedo?- me miro.
Asentí.
-Yo..- suspiro desviando la mirada -el ultimo día que te vi, dije cosas horribles sobre ti, muchas mentiras que no eran verdad- sus ojos se empañaron -nunca fuiste un juego, nunca deje de amarte, nunca-
Quise hablar pero no me dejo.
-Y cuando te vi, tendida en ese suelo frio, cubierta de musgo y sangre. Pensé que moriría, yo morí el día que tu te marchaste, y ahora que regresas. - acaricio mi mejilla -quiero pedirte, que me perdones por ser un imbécil contigo-
-Ram, te amo-
-Yo...-
-Te amo tanto a ti como a tus hermanos, a todos- le di un beso en la coronilla.
-Dios, soy el hombre mas feliz del mundo contigo. Te amo Mia-
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
