Como dijo aquella mujer en el hospital.
Los cuatro jinetes caminaban por la tierra, una reina los mantuvo bajo control por un tiempo.
Pero la reina se apago y ahora.
Están libres, el rencor recorre sus venas y el hambre de venganza los consume...
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Azazel...
Mis manos sudaban más de lo normal, habían pasado dos semanas desde el llamado de Az. El que no me había dejado dormir.
-Ya me paso la ubicación, es un paseo de compras en una plaza- Arakiel entro con una dirección anotada en un papel.
-¿Están listos?- pase saliva un poco nervioso.
-Para nada, Joder-
-Soy el único al que le sudan las manos- dijo nerviosamente Ram.
-Creo que a todos nos pasa lo mismo- rei.
-Bueno, ya saben. Ella no nos recuerda, alejense si ven a papá cerca.- mi hermano lanzó una fotografía en la mesa del medio de la habitación. - Así se ve ahora-
-Vamos-
Salimos a las calles de una pequeña villa en Italia, los niños corrían por todos lados y el sol resplandecía en su punto más alto.
Había optado por llevar una camisa blanca abierta y unos short color caqui, me coloque los lentes para disimular la falta de sueño y emprendimos nuestro viaje caminando a través de los puestos.
-El restaurante está cerca- me indico el pelirrojo a mi lado.
Solo asentí.
-Esperemos cerca, recuerden lo que dije en el hotel-
Me quedé en un puesto de flores con Ram, esperando y viendo a todos.
-Señor, ¿me pasa esa flor?-
Una mano pequeña tiró de mi pantalón haciendo que bajara la vista. Miré a la niña, y le toqué el brazo a mi hermano, haciendo que él también se fijará.
-No puede ser- musitó.
-¿La estás viendo?-
Lo sentí tragar saliva-si-
-Señor, ¿me pasa esa flor?- señaló con su pequeño dedo la rosa color blanco que había sobre mi cabeza.-Es que esta muy alta y no llego- hizo un puchero.
Había caído en un transe con su rostro, sus facciones eran tan parecidas a ella. El cabello color dorado y las mejillas rosas. Sus ojos eran de un gris hipnotizante.
La mano de Ram pasó delante de mí y le entregó la rosa.
-Gracias señor - le sonrió.
Me agaché hasta quedar a su altura y otro niño apareció de la nada.
-Jul, mamá dijo que no te alejaras- tomó a su hermana y me miró.
Otra vez esas mejillas rosadas y esa sonrisa que hipnotizaba a todos.
El niño era un poco diferente, su cabello era negro y sus ojos azules, pero tenia las mismas facciones que la pequeña.
-¿Tú quién eres?- levantó sus cejas un poco enfadado su ceja.
-El señor que me regalo la flor-
Miró a su hermana y de nuevo a mi arrugando su frente.
Levanté mi mano y señale a mi hermano, quien los veía a ambos y no lo creía.-Él le dio la flor-
-¿Por qué le das una flor a mi hermana?- pregunto enojado.
-Ella la quería-
-No tenías que hacerlo, yo puedo dársela-
-No llegas enano- le dijo riendo Ram.
Yo blanqueé los ojos, de verdad iba a pelear con un niño pequeño.
El niño le sacó la lengua y mi hermano respondió del mismo modo.
-Vamos Juli- jalo a la pequeña rubia, que seguía encantada con la rosa.
La niña le soltó la mano y se acercó a mi, señalando para que bajara a su altura de nuevo. Se acercó y me dio un beso en la mejilla y me abrazo-Gracias señor bonito-
Fue donde estaba Ram e hizo la misma acción, pero a él solo le dio un beso en la mejilla.
-Julia, Jason, vamos. Es hora de comer.-
Esa voz, esa maldita y dulce voz.
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*Inserte grito*
JAJAJAJ
Si si... eso no?..
Volví!! Estaré subiendo el siguiente capítulo a continuación.
