Como dijo aquella mujer en el hospital.
Los cuatro jinetes caminaban por la tierra, una reina los mantuvo bajo control por un tiempo.
Pero la reina se apago y ahora.
Están libres, el rencor recorre sus venas y el hambre de venganza los consume...
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Mia...
Abrí los ojos esperando encontrar aunque sea alguno de esos seis idiotas a mi lado pero no, estaba sola y la cama se encontraba fría ya, lo que significaba que hacia largo tiempo no estaban ahí.
Refregué mis ojos, me levanté y me dirigí al cuarto de mis bebés. Al no encontrarlos bajé y los hallé frente a la pantalla viendo caricaturas con un par de tazones de cereal -Amores- rodeé el sillón y me senté en una esquina. -¿No van a saludar a mami?-
Ambos sonrieron, dejaron su desayuno en la mesita pequeña y se arrastraron hasta mi -beso- hicieron un puchero -y abrazo-
Sonreí y los acurruqué en mi pecho-¿durmieron bien?-
-Sip- hablaron al unisón.
-¿Quien les preparo el desayuno?-
-Papi Jerry- Jas volvió a llevar su atención al programa infantil.
Fruncí el ceño -¿Saben a donde fueron?-
Los dos ignoraron mi pregunta, y la duda se planto en mi.
-Julia-
-Mira mami, el perrito es bombero-
Rodé los ojos, eso iba a tardar un tiempo y tal vez tendría hasta que sobornarlos, como ultimo recurso. -Jas-
No contesto.
-Jas, bebé ¿no quieres a mami?-
-Si te quiero- volteo a verme por escasos segundos, lo veía tan jodidamente parecido a Azkeel.
-¿Donde se fueron?-
-¿Quienes?- ladeo su boca en forma de sonrisa.
-Tus padres-
-¿Cual de ellos?- esta vez fue la rubiecilla.
Se sentaron en forma de indiecito frente a mi -Bien, pongan su precio- los imite.
-¿Que ofreces?-
-Helado al almuerzo y en la cena-
Negaron.
-Quedarse despiertos un poco mas en la noche-
-Nop- el pelinegro me dio una mirada con cara de estas lejos.
-Chocolates y golosinas-
Volvieron a decir que no con sus cabecitas.
-Okay me rindo, ¿Qué les dieron a cambio?-
-Un cachorro- Julia me mostro una sonrisa de oreja a oreja.
Entrecerré mis ojos viendo a Jas -a ti ni te gustan los cachorros-
-Una bici mami, me darán una bici-
-Protesto- levanté mi mano -jugaron sucio-
-No jugaron sucio, son buenos negociadores- y los volví a perder a ambos, porque comenzó una película de Disney, haciendo que su madre se volviera invisible para ellos.
