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El autobús los esperaba aparcado a unos metros de la entrada, las maletas listas sobre sus hombros o espaldas, recibían sin un orden en específico el comprobante de que pasaron por el entrenamiento militar como se dicta para poder graduarse. Dejó caer su valija al suelo junto a sus botas, la sangre se le heló cuando el coronel lo miró fijamente y le pidió que se acercara en un gesto. Buscó con su mirada a uno de sus amigo para que lo acompañara con él pues de verdad temía del militar, sin embargo, estos estaban recibiendo sus papeles en ese instante y no los esperaría por temor a hacerlo esperar. Se acercó al enorme alfa con miedo, mantuvo la frente en alto y suprimió todas esas sensaciones, insispuesto a dejar que ese sentimiento lo invada.

— Min YoonGi —lo nombró con los brazos cruzados en el momento que se puso frente a él—. Coronel Kim NamJoon —le tendió la mano luego de presentarse con él—. Todos creen que no me entero de lo que pasa en los lugares donde estoy al mando, pero no es así. Yo lo sé todo —le informó y el omega sintió su presión bajar, sin saber qué pasaría. Sacó de debajo de su brazo una carpeta y se la tendió al menor—. Me he tomado la libertad de expedir un documento que te protegerá al volver a la universidad, con eso no podrán expulsarte por motivo de casta —señaló de vuelta la carpeta.

— Muchas gracias —sus ojos se aguaron al abrir la carpeta y ver los papeles con su nombre. Hizo una reverencia.

— No me agradezcas sólo a mí —llamó la atención del omega, señaló con la cabeza al otro par de alfas que estaban entregando el documento de validación—. Ellos me ayudaron —sonrió al ver a los otros militares a lo lejos—. Te topaste con las personas correctas en el momento correcto, chico. Está en ti aprovecharlo.

Agradeció nuevamente antes de irse a guardar la carpeta con cuidado para no arrugar los papeles. Pocos quedaban afuera, la mayoría ya había abordado el autobús. Esperó a que JungKook se desocupara y en seguida se acercó para agradecerle, mas el alfa descontento por la formalidad decidió abrazarlo. El omega lo rodeó con sus brazos de igual manera con timidez, no podía creer que lo dejaría de ver todos los días, suspiró triste, gracias a él había mejorado no sólo física sino también emocionalmente.

— No es un adiós, enano —comentó separándose con los ojos húmedos por la despedida—. Nos vamos a ver de nuevo. Es una promesa —YoonGi asintió, temiendo que si hablaba su voz se rompería.

Volteó a ver a Amber y ella también estaba esperando para despedirse de él, era el último que faltaba por subir, no dejó que eso lo presionara y de igual manera abrazó a la alfa. De no ser por ella no sabía qué estaría haciendo en ese momento.

— Vamos a apoyarte en lo que podamos ¿sí? Escríbenos si necesitas ayuda, cualquier cosa estaremos para ti, YoonGi —se aseguró de dejárselo claro. Ella le tendió un papel con su número telefónico y el de JungKook para que los registrara—. Cuídate mucho y golpea a cualquiera que intente lastimarte, creeme que ningún alfa aceptará que un omega lo golpeó —le aconsejó y JungKook asintió apoyando lo que la mujer dijo.

— Espero volver a vernos pronto —se despidieron y el omega salió corriendo hacia el vehículo.

Fue con cuidado hasta donde estaba JiMin, acomodó su equipaje en la parte superior y se sentó a su lado con una sonrisa triste. Park pudo sentir su estado de ánimo decaído más fuerte que antes, le tendió la mano y lo miró con una pequeña sonrisa. Recibió la mano más grande y entrelazó sus dedos con cariño, acarició con su pulgar el dorso de la mano y vocalizó lento un "todo va a estár bien". El pálido asintió cerrando los ojos para recargarse en el hombro del alfa sin soltar su mano.

...

El corazón de HyuNa se encogió al ver bajar a su sobrino bajar del camión con la valija sobre su hombro. En su rostro se notaba que durmió todo el camino, lucía muy diferente como para que sólo hayan pasado dos meses. Llevaba una camiseta holgada sin mangas, mostrando su piel al no llevar una camisa de manga debajo como siempre, estaba fuerte físicamente, sus brazos ya no parecían espaguetis. Entonces vio a un chico de cabello rojo pasarle el brazo por encima de los hombros y acercarlo a él con confianza, quitándose de la entrada para no estorbar a los demás. Sacó la pistola de juguete que compró hace unos días y disparó un dardo de plástico espuma a la pierna de su sobrino, llamando su atención para que supiera que lo estaba esperando.

Rough omega (JimSu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora