Rough omega (JimSu)

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JiMin caminaba detrás de HoSeok, fastidiandolo mientras intentaba comprar los libros y el uniforme que utilizaría cuando comience el nuevo semestre. Llamó esa mañana alegando necesitar consejo de alguien inteligente y no de alguien impulsivo como lo era TaeHyung. Después de la noche del viernes supo que no podía aguardar ni un segundo más para conseguir ser la pareja de su precioso omega. Pensaba en que no habría mucha diferencia en como eran las cosas actualmente. Pero había una cosa rondando su mente sin descanso. Moría por besarlo, sentir sus labios contra los propios aunque fuera un simple toque superficial.

— Dime qué podría hacer —se quejó luego de ser ignorado de nuevo.

— Nunca necesitaste ayuda, no la necesitas ahora tampoco —alegó, no gastaría tiempo en ideas cuando JiMin terminaría haciendo algo totalmente distinto—. Sólo hazme caso en esto —lo miró directamente a los ojos para recalcar la seriedad con la que lo decía—. No hagas nada que llame mucho la atención o lo vas a espantar —no era secreto que no le gustaba ser el centro de atención.

— ¿Debería darle flores?

— Un ramo sencillo, flores blancas serían bonitas —dijo agarrando varios repuestos de hojas para recopilador—. O, tal vez, algo que pueda tener con él siempre —golpeó con las hojas la cabeza del alfa—. ¿Vas a hacerlo hoy?

— Depende de si encontramos algo bonito hoy —dijo simple y esquivó al pelirrojo antes de que lo golpeara.

— No voy a acompañarte —se quejó persiguiendolo para quitarle de las manos sus cosas—. Tengo más cosas que hacer, JiMin.

— ¿No me vas a acompañar a comprarle algo a mi futuro esposo? —usó su tono berrinchudo sin darse cuenta—. Estamos hablando de mi futuro con el hombre de mis sueños, HoSeok.

— Felicidades, ve a por ello —lo animó con unas palmadas en la espalda y le quitó sus cosas para pagarlas—. De verdad no puedo —esperó que no insistiera. Algo debía haber detrás de tanta necesidad de que lo acompañara para ayudarlo, nunca necesitó de nadie para cosas así—. ¿Qué pasa, niño?

— Tengo miedo de que salga mal o que no sea lo suficientemente especial —confesó avergonzado. Él nunca fue inseguro a la hora de hacer algo por sus parejas, no era correcto necesitar ayuda para algo así. Debería saber qué hacer si lo conociera bien. Se frenó pensando en si no se estaba precipitando en su decisión.

— JiMinie, confía en ti mismo y en tus instintos como siempre has hecho y todo va a salir bien —le tomó la mano y lo llevó hasta el auto—. Puedo ver la bola de pensamientos encima de tu cabeza, habla ya.

— ¿No me estoy apresurando? Tal vez no lo conozco lo suficiente.

— JiMin... —aguantó las ganas de pelearlo porque no era lo que el alfa necesitaba—. Lo conoces más de lo que piensas, sabes lo que le gusta y lo que no, su comida y colores favoritos, sabes sus problemas del pasado y lo que quiere para su futuro —contabilizó lo más básico que debía saberse—. El resto viene con el tiempo.

— Te quiero mucho —respondió como agradecimiento.

...

Se dejó caer en el piso esponjoso, sintió pegajosa su piel a causa del sudor y sólo deseó volver a casa a bañarse, ponerse su pijama y meterse a la cama. Gruñó al escuchar a un par de alfas susurrar entre ellos. Estaba incómodo. Desde el primer momento que entró a la zona de pesas en el gimnasio han estado observándolo y murmurando entre ellos sin parar. Encontró una barra donde podría hacer dominadas, dudó ser capaz de lograrlo después de tanto tiempo sin entrenar de alguna manera, pero lo intentó porque quería volver a sentirse fuerte. Apenas logró medio recorrido cuando se soltó. Era cuestión de constancia. Volvería a lograrlo. Tendría buena condición física de nuevo. Revisó la hora en su celular y se sorprendió al ver que pasó dos horas levantando pesas, ahora no le sorprendía no poder levantarse en la barra. Subió a la cinta para correr que encontró vacía, la zona con aparatos de cardio estaba llena de omegas. Bufó fastidiado de que incluso para hacer ejercicio habían cientos de estereotipos para las castas.