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TW: Mención de abuso sexual

YoonGi agradecía que el alfa haya ignorado lo que vio por el resto de la semana, sabía que intentaba actuar como si nada hubiera pasado con todas sus fuerzas, pero había momentos en que volvía a mirarlo fijamente con la esperanza de obtener algo de información al respecto, mas nunca se atrevía a preguntar. Sin embargo muchas de las acciones de su mayor habían tomado sentido, como el usar prendas que taparan su cuello y todos los moretones que había llegado a ver.
Mientras tanto él se armaba de valor para sacarlo de su pecho y liberarse del constante tormento de todos los recuerdos.
Entonces los betas se marcharon para cumplir con sus deberes y les dejaron a solas afuera, después de toda la preparación mental a lo largo de la semana decidió que era el mejor momento para contarle.

— Gracias por no preguntar nada al respecto —inició, JiMin abrió los ojos y se acostó de lado en el pasto para prestarle atención al mayor, haciendo un gesto para quitarle importancia a su silencio— ¿Recuerdas que iba a contarte de mis pesadillas?

JiMin entendió que en ese momento su mayor le resolvería todas sus dudas. Asintió a la pregunta al mismo tiempo que se sentaba para poder prestarle toda su atención al contrario.

—Tenía catorce años cuando me presenté, estaba en la escuela así que llamaron a mi padre para que fuera a recogerme, pero llegó un vecino —el gesto de estupefacción de JiMin le hizo sonreír—. Esa fue la misma cara de la directora, después de llamar a mi padre él les confirmó que mi vecino iba por mí y no les quedó de otra que dejarme ir.

«Dudé en irme, pero lo conocía o eso creía. Él era lo que yo quería ser, era respetuoso con todas las personas sin importar su casta, ayudaba en todo lo que podía y sumamente amable, entonces decidí confiar en que todo estaría bien»

—Cuando llegamos a mi casa creí que solo me dejaría pero entró detrás de mí —las lágrimas se juntaron en sus ojos y un nudo se situó en su garganta dificultandole hablar—. Le pedí nervioso que se fuera que iba a estar bien. Entonces me llevó hasta mi cuarto a la fuerza y me dijo que mi papá prácticamente me había regalado a él, como si fuera un jodido objeto —agregó incrédulo.

«Lo desconocí por completo, el alfa amable que idolatraba me estaba golpeando e insultando porque no me quedaba quieto y le pedía que me dejara en paz, comprendí que siempre fingió»

«Yo luché con todas mis fuerzas, pero era tan solo un niño contra un adulto, no pude hacer nada. Lo intenté, juro que lo intenté. Terminé quedando inconsciente, pues mi lobo tomó mi lugar»

Podía recordar vividamente las bofetadas que entumecían su rostro, el agresivo agarré sobre sus muñecas que pasaba cada tanto a su cuello bloqueandole la respiración y como aplastaba con sus piernas las propias para inmovilizarlo. Su garganta ardiendo por gritar que se detuviera y por pedir ayuda.
A ese punto ya estaba bañado en lágrimas y sorbiendo la nariz. No podía creer que lo estaba contando por primera vez, la mano de JiMin cayó tímidamente en su hombro, tenía los ojos llorosos y su labio inferior temblaba.

— A la mañana siguiente me dí cuenta de la marca. Él seguía en la cama, así que lo patee e insulté, le dije que no quería que se me acercara y desapareció luego de burlarse —cerró los ojos y dio una respiración profunda—. Le robé una pastilla del día siguiente a mi mamá, estaba tan asustado de quedar en cinta. Intenté denunciarlo pero nadie me prestaba atención y decían que no podían hacer nada —finalizó con rabia—. Y cada maldita noche vuelvo a revivir ese día, se siente tan real que al despertar me cuesta respirar.

JiMin le preguntó si podía abrazarlo y se aferró a él con fuerza apenas asintió. El corazón del castaño dolía, no podía asimilar todo el dolor de YoonGi, necesitaba aliviarlo urgentemente, hacerle sentir mejor, sin tener herramientas para hacerlo. Nunca se había enfrentado a una situación parecida y el no saber qué hacer para ayudar al hombre del que estaba enamorado le pesaba. Mientras los sentía temblar entre sus brazos y escuchaba sus sollozos, buscaba alguna manera de confortarlo. Sin embargo una idea poco consoladora llegó a su mente.

— ¿Por eso dijiste que ocultaba algo malo? ¿Te recuerdo a él? —su lobo aulló dolido por las palabras del humano, sin querer creerlo.

— Sí —confesó apenado, incluso a él mismo le había tomado tiempo descifrar su repulsión hacia alguien tan bueno como lo era Park JiMin—, lo hacías, ya no —se encargó en aclarar—. En este tiempo me he dado cuenta que así eres tú realmente y me agradas de verdad y me haces sentir bien.

Ante la repentina confesión del omega fue una guerra de sentimientos en su interior. En un inicio saber que él le recordaba a aquel imbécil le dolió terriblemente, pero entonces YoonGi pronunció las palabras que le alegrarían su completa existencia. En respuesta lo apretó un poco más, siendo el contacto físico la única forma que conocía para consolar a las personas mientras lloraban. Notó los tímidos brazos contrarios rodeando su cintura de una forma algo floja.
YoonGi debía reconocer la calma que el alfa le brindaba, tan sólo un simple abrazo y sentir de cerca su olor, y a pesar de haberse deshecho en lágrimas hace unos segundos, sentía una clase de paz embargar cada rincón de su cuerpo. Su lobo agitaba su cola con esperanza, el animal sentía que la diosa luna había mandado al alfa para ayudar a sanar a su dueño y a él.

— Gracias por confiar en mi —murmuró suave contra los cabellos azabache.

A pesar de no obtener respuesta, le bastó el tener a su mayor acomodándose mejor. Había deseado tanto ese momento que el estarlo viviendo le hacía sumamente feliz.

...

El alfa miraba a YoonGi mientras comía, su cabello negro goteaba por el reciente baño, humedeciendo la parte del cuello de la sudadera.
Era poco decir que amaba que el omega confiara en él, era como un sueño. Durante las clases tenía la esperanza de que al llegar ahí podría acercarse a YoonGi, sin embargo no creyó que sería tanto.

— Deja de verme, JiMin —dijo después de darle un par de palmaditas en el muslo.

— Sí, lo siento —regresó su atención a su propia bandeja, queriendo evitar las miradas burlescas de sus amigos.

YoonGi sonrió con ternura por la reacción del contrario. En definitiva el castaño comenzaba a ganarse su aprecio cada vez más y debía confesar algo, se sentía extraño que a veces bastaba su presencia para hacerlo sentir mejor. Sabía que su lobo quería a JiMin y seguramente eso explicaba aquella reacción a su cercanía. No tenía problemas con eso, llevaba demasiados años sintiéndose terrible que cualquier fuente de calma era buena y que JiMin lo fuese no le parecía una mala idea.


Nana~









Rough omega (JimSu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora