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Despertó lleno de sudor y todo su cuerpo escocía, su cabeza parecía querer explotar.
El dolor era tan agudo que las lágrimas se aglomeran a sus ojos.
Miró el reloj y era de madrugada.

Dando traspiés hasta el baño de su cuarto, abrió la llave del agua fría. Casi arrancó la ropa de su cuerpo y se metió bajo el agua, solo ahí dejó las lágrimas caer.
Ahí, con el agua helada recorriendo su cuerpo como analgésico, esperó hasta que el "ataque" se detuviera.

Él nunca hizo nada para merecer tal cosa en su vida.

...

Despertó con su cuerpo pesado y débil, no encontraba la fuerza suficiente como para sentarse, dolía horrores el mínimo esfuerzo.

Gruñó hasta que logró sentarse. Miró con pena sus brazos amoratados y se abstuvo de mirar el resto de su cuerpo, limitándose a vestir como siempre lo hacía, dejó a su cabello ser libre y ni siquiera lo secó.
Apenas estuvo listo tragó un supresor, antes de que el efecto del otro terminara, y un ibuprofeno.

Respondió a su celular que vibraba en la cama solo para escuchar a HyoJong avisarle que lo esperaba abajo y que no se demore.

Sacó de su escondite la maleta y salió corriendo de su casa antes de que alguno de sus padres lo cuestionara.

— Buenos días —saludó apenas abordó el carro.

— HyuNa te mandó esto —le comentó después de saludarlo, extendió una bolsa de papel.

La abrió y se encontró con que le había preparado algo para comer ya que ella sabía que no comería si eso implicaba estar en su casa más de lo necesario.
Agradeció y comenzó a comer con cuidado de no ensuciar los asientos.

Estaba ansioso. De no estar comiendo, en ese instante estaría mordiéndose las uñas y no pararía hasta acabar con su cutícula.
Incluso su animal se revolvía en su interior.

— YoonGi, todo va a estar bien.

HyoJong ni siquiera lo volteó a ver y su voz fue tan monótona como siempre, aún así, fue significativo para el omega. Tal vez, solo tal vez, ese alfa quede fuera de la generalización de alfas imbéciles.

Al llegar a su escuela su estómago se revolvió, no se sentía preparado para pasar las 24 horas rodeado de alfas prepotentes.
Inhaló hondo y bajó del vehículo, bastó un asentimiento como despedida y tomó el mismo camino de siempre hacia el patio del plantel.

Vió la enorme masa de cuerpos enormes -a comparación del suyo- y prefirió quedarse alrededor para evitar ser asfixiado.
El entrenador y el director estaban de pie sobre una grada para ser visibles para todos.

— Antes de partir hay varias cosas que aclarar para facilitar todo —exclamó él director, consiguió un silencio sepulcral en muestra de respeto—. Serán divididos en dos bases militares, a las cuales ya fueron avisados de que base les asignaron.

YoonGi tomó aire y pasó su peso a la otra pierna.
Comenzaba a arder su cuello y le costaba prestar atención a las palabras.
Rectificó en su celular que la base a la que fue asignado fuera la segunda, al confirmarlo lo regresó a su bolsillo.

— Base uno, acomódese de este lado  —señaló el lado derecho y todos obedecieron de inmediato a la orden—, base dos del contrario.

El pálido se alegró de no tenerse que mover de donde se encontraba parado.

— Antes de subir a los autobuses, les indicarán una pareja con la que compartirán asiento y habitación — informó.

Ahora el pequeño YoonGi era una bola de nervios, no se esperaba que les fueran a asignar los lugares y las parejas, de cierto modo lo agradecía igualmente al no tener que preocuparse por eso.

Siguió a su grupo a los buses que abordarían y se mantuvo fuera de la aglomeración de personas.

— De acuerdo, comenzaré a decir las parejas y abordarán juntos. Se recorrerán hasta atrás y nada de cambiar lugares —recitó una alfa—. Kim JongIn y Do KyungSoo, Kim TaeHyung y Jung HoSeok, Lee MinHo y Han JiSung, Min YoonGi y Park JiMin...

De todos los alfas con los que le pudo haber tocado, tuvo que ser el mismísimo Park JiMin.
Era obvia la rivalidad entre ellos dos. Ambos siempre comparten el primer puesto y el favoritismo en los profesores al ser sus alumnos estrella, si eso no era bastante para que el omega lo detestara quedaba añadirle que no era un idiota.
Siempre trataba bien a los betas, no se creía un ser superior por ser alfa, sonreía todo el tiempo, y eso hacía dudar al pálido —nadie era lo suficientemente bueno—.
Eso provocaba que también quedará fuera de la generalización y eso consternaba al azabache ya que no tenía ni un motivo válido para odiarlo.

Avanzó hacia la puerta del camión sin levantar la mirada del suelo y se dirigió al asiento en que se supone que debería sentarse.
Escogió del lado de la ventanilla donde se sentó después de guardar su valija en el compartimento en la parte superior.
Sacó sus audífonos y los conecto a su teléfono, poniendo música enseguida.

El olor a cuero y tabaco de JiMin inundó sus fosas nasales al tenerlo a su lado.
Un aroma digno de un fuckboy desperdiciado en esa cosa de cabello marrón.

— Buenos días —saludo cordial al mayor quien únicamente cabeceó en respuesta.

YoonGi se concentró en mirar a través de la ventanilla e ignorar al castaño.
Dentro de un rato se rindió ante la serenidad y se durmió.

...

— ¡Muevan sus traseros y salgan del autobús! —gruñó la misma mujer.

JiMin vió a su compañero, nervioso al tener la tarea de despertarlo.
Lo tenía recargado en su hombro y dormía con tanta tranquilidad que le dió pena el interrumpir.

— YoonGi, despierte —sarandeó al nombrado hasta que abrió los ojos.

Se separó de golpe de aquel alfa en el que estuvo descansando.
La mujer les gritó de nuevo y sin tiempo de decir nada, se levantaron para tomar su equipaje y bajar de una vez.

YoonGi gruñó al notar el aroma del más alto impregnado en su ropa. Al bajar fue a hacer fila para sacar su equipaje de la compuerta en donde la metió;
colgó la valija en su hombro cruzada por su pecho.

Frente a la multitud, tres alfas esperaban a que guardaran silencio.

- Soy el teniente Kim NamJoon y obviamente soy el que está al mando aquí, si no me dan problemas yo no les daré problemas - el alfa de gran estatura vociferaba como si eso lo hiciera más grande -. Él es el sargento Jeon JungKook, se ocupará de todas las actividades que harán - la mirada arrogante del nombrado le provocaba ganas de golpearlo - y ella es mi segunda al mando, Amber Liu, lo que ella ordene se hace...

Su cuerpo dolía y se entumecía a cada segundo, perdía el equilibrio y le mareaban todas las feromonas de los alfas.

¿Tan complicado era llevarlos a su lugar y hacerlos sufrir solo con ejercicio?

— ¡Todos hagan una fila con su compañero! —ordenó la alfa.

¿Cuánto tiempo se distrajo? Los otros dos habían desaparecido.
Todos se movían con prisa, excepto él, estaba paralizado, no reaccionó hasta que una mano asió su muñeca y tiró de él a su lugar en la línea.

— ¿Está bien? —cuestionó JiMin con genuina preocupación.

— Sí, sí —respondió distraído.

Después de caminar por largos pasillos, asignando habitaciones a cada uno.
Cuando les dieron la suya, YoonGi suspiró aliviado, hasta que vió el tamaño pequeño de la habitación y que era una litera dónde dormiría.

— ¿Quieres la parte de abajo? —ofreció la parte más cómoda.

Min mordió el interior de su mejilla mientras asentía.
Odiaba su cordialidad.
Odiaba que no le diera problemas ni razones para poder justificar la molestia que le provocaba.
Odiaba a Park JiMin.

Nana~

Rough omega (JimSu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora