Limpiaba las mesas tirando las basuritas y restos de comida al suelo para luego limpiarlas en serio. Tenía la mente ocupada, meditando acerca de lo dicho esa mañana. En la tarde para la segunda ronda, Jeon actuó como si todo hubiera estado normal en la mañana, y lo agradecía.
Se sentía un poco mejor y esperanzado, aún así, su lobo seguía desaparecido.
Fue por la escoba para barrer todo el comedor, entonces escuchó un estruendo en la cocina.
Corrió preocupado hacia el origen del sonido y notó varias charolas metálicas esparcidas en el piso. YoonGi maldecía por lo bajo.Lo ayudó a recogerlas para salir de ahí, moriría de los nervios en algún momento.
No esperó a un agradecimiento y salió como si su vida dependiera de eso.
Terminó de limpiar por completo el comedor y volvió a meterse a la cocina con el corazón golpeando tan fuerte su pecho como si buscara salir de ahí.— ¿Por qué me odias? — soltó de golpe al mayor.
Se tensó y estrujó el trapo con el que limpiaba los pretiles. No esperaba que le dirigiera la palabra luego de ser ignorado por él, mucho menos para preguntar algo de lo que no tenía una respuesta razonable.
No giró a verlo, no tenía la capacidad de enfrentarlo.— ¿Por qué? — insistió elevando un poco la voz, la frustración inundando su sistema.
Creyó que obtendría la respuesta, muy al contrario de los planes ajenos que salió corriendo en dirección a la puerta de la cocina. Lo atrapó por la muñeca y tiró de él para que lo mirara, desesperado por obtener una explicación.
Se sintió asqueroso al ver el pánico en el rostro de YoonGi, de sentirlo temblar.— Perdón, perdóname, por favor — dijo a la vez que lo soltaba —. No quería hacerlo.
Se analizaron entre ellos unos segundos antes de que le dijera a YoonGi que él terminaría y le pidió que se fuera. Nunca pensó que llegaría a hacer algo así y se sentía de la mierda.
Y YoonGi no estaba diferente, la temblorina no abandonaba su cuerpo y notaba difícil respirar correctamente, además estaba llorando.Se sentó en la esquina de la cama, pegado a la pared y abrazó sus piernas, meciendose para calmarse. No estaba funcionando. Cesó todo movimiento y se concentró en su respiración, frustrandose por no conseguir ni una bocanada profunda. Sentir el sudor deslizándose por su frente aumentaba la sensación de náuseas.
— JiMin, dame una... — HoSeok calló al ver al mayor en la esquina, casi no podía verlo, se acercó un poco y notó lo que le sucedía.
Se esforzó en no soltar una maldición y cortó un poco más la distancia.Tocó un barrote de la litera y se alegró de su baja temperatura. Guardando la distancia, le avisó que tomaría su pie un par de veces hasta recibir un asentimiento. Con lentitud asió el tobillo y retiró el calcetín para poner la planta del pie en el frío metal.
Buscó ayudarlo a guiar su respiración, tratando de que la acompasara con la suya, mientras movía el pie a otra parte fría.— Lo estás haciendo bien — felicitó cuando la respiración se hizo menos errática y continuó guiándolo hasta que su respiración se calmó — ¿Me quedo?
No quería quedarse solo y el aura de aquel beta ruidoso era más relajante de lo que esperaba. Extendió sus piernas al tenerlas entumidas.
— ¿Necesitas que haga algo? — ofreció al verlo tranquilo.
— Cuéntame algo — pidió con la atención en sus manos, necesitaba una distracción que enfocara su pensamiento en algo diferente a lo que su mente le forzaba.
— Yo quiero estudiar enfermería, lo sé desde pequeño. Siempre atacaba con preguntas a las enfermeras escolares e investigaba — capturó su atención por lo feliz que le hacía hablar de lo que en realidad deseaba —. Mi padre decidió que seguiría con la carrera que siempre han ejercido, por eso estoy aquí.
— Deberías hacer lo que te haga feliz, siempre habrá alguien apoyándote — sonrió recordando a su tía, ayudándolo a encubrirse para cumplir su meta —. Mis padres me matarían si supieran que estoy aquí y no en la escuela que ellos desean, aún así sé que esto me hará feliz. Tú deberías intentarlo.
Fue en ese momento donde Jung descubrió que le parecía tan atrayente a su amigo de YoonGi. Era tan serio mientras decía algo dulce, tan indiferente cuando realmente le importaba.
— Ahora entiendo porqué JiMin se empeña tanto en acercarse a ti. Tiene razón, eres genial — comentó con una sonrisa, la cuál aumentó al ver la extraña mueca en el rostro ajeno.
Empezó a revisar la maleta de JiMin para sacar un frasco de pastillas, para lo que inicialmente fue a aquel lugar. Se despidió de YoonGi para irse a dormir.
...
La frustración con él mismo iba en aumento, se suponía que entrenaba para poder defenderse y ser más valiente al no estar indefenso. No terminar bloqueandose por culpa de su propia mente, por pensar en ello volvió a alterarse ligeramente, el frío corrió su cuerpo fugazmente en advertencia de lo que sucedería si no desviaba sus pensamientos a otra cosa.
JiMin entró en silencio, apagó la linterna y subió a la cama. Nunca había sentido asco de sí mismo, empeoraba al recordar el terror con el que YoonGi lo miró, con la forma en que tembló.
Hundió el rostro en el colchón con pesadez en el pecho.— JiMin — nombró en un susurro el pálido desde abajo — ¿Qué mierda fue eso? — reclamó, esforzándose en mantener su tono en susurros.
— Lo siento mucho — sofocado por estar bocabajo —. Actúe sin pensar y en serio me siento mal por eso.
Era tan noble y sincero que deseaba golpearlo. Quería tener razones para odiarlo, la única que encontraba era su casi perfección.
— No te odio — confesó —, tan solo no me agradas.
Cuando odias a alguien podrías pasar por alto todo lo que sucede con esa persona, desearle el mal, incluso. No podía hacerlo con el alfa que se disculpaba por todo y nunca hacía nada, que ayudaba sin esperar nada, que cuidaba de él a pesar de todos los insultos y cosas hirientes dedicadas a su persona.
— ¿Por qué?
— Sinceramente, me aterras con toda tu bondad, que siempre seas tan sonriente y amable, nadie es tan bueno, las personas "perfectas" buscan esconder algo — se envolvió en la cobija con pena por su primera vez siendo sincero —. Sería diferente si tuvieras algún defecto en tu personalidad, serías menos deslumbrante.
Los ojos de JiMin se cristalizaron. Toda su vida las personas veían su personalidad como un defecto por ser un alfa, repitiendole hasta el cansancio que debió ser un omega por su sensibilidad y actitud servicial, incluso sus amigos lo decían en son de broma. Nunca nadie, a parte de sus padres, lo vieron en forma de atributo.
Que no le agradara por ser así era extraño, en especial si lo veía bueno.— ¿Alguna vez me dejará estar con usted?
— Tal vez, JiMin — estaba inseguro si la respuesta seguía siendo un firme no, pues tal vez la insistencia que mostraba siempre le hacía darse cuenta del diminuto defecto.
Durante la noche, el lobo de JiMin regresó a su lugar. Con tanta felicidad, que en su olor era perceptible.
YoonGi no tuvo pesadillas, soñó con un reconfortante color negro que le permitió descansar por primera vez en años.Nana~
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Rough omega (JimSu)
FanficCuando se suponía que los omegas debían quedarse en casa a aprender las labores del hogar o los casos más difíciles iban a una institución para ser educados con base a su lugar en la jerarquía, Min YoonGi fingía ser un beta. En su primer año de univ...